Chile: etiquetado de alimentos transgénicos y producción de alimentos agroecológicos

Idioma Español
País Chile

Se considera como un gran triunfo de las organizaciones que están en contra de los transgénicos, en hecho de que el Codex Alimentarius, haya acordado que los alimentos transgénicos tengan que ser etiquetados como tales para su ingreso al mercado.

Se trata de una medida que en sí misma es positiva y que permitiría conocer por parte del llamado “consumidor”, en caso de que sea asumida adecuadamente, la naturaleza de aquellos alimentos a los cuales se les haya incorporado insumos transgénicos en su elaboración.

Hasta aquí todo parece perfecto. Las grandes, medianas y pequeñas empresas pueden producir alimentos con insumos transgénicos, estos alimentos serán etiquetados convenientemente, el consumidor podrá elegir libremente si los consume o no.

 

Sin embargo, se puede decir que este es un paso más, si se quiere a regañadientes por parte de las grandes empresas, para que, ahora sí, abiertamente, los alimentos transgénicos, cuya inocuidad no está en absoluto probada, ingresen libremente al país, para que ingresen insumos transgénicos y también se pueda producir sin traba alguna, insumos y alimentos transgénicos en Chile (semillas y otros).

 

Si nosotros los productores agroecológicos, nos oponemos a los transgénicos porque son incompatibles con la producción de alimentos sanos, libres de contaminantes, ¿De qué nos sirve que el Codex Alimentarius haya emitido esa resolución?.

 

Los cierto es que de poco, salvo para ver ingresar a los supermercados, fruterías, almacenes de barrio, panaderías, etc, toda clase de alimentos cuyos insumos tendrán incorporados materias primas a base de transgénicos que, etiquetados y convenientemente publicitados como inocuos (eso es lo sostienen los defensores de estos insumos), serán consumidos por una masa de seres humanos ajenos al peligro que ello puede representar, si no se logra frenar su consumo masivo.

 

Para lo anterior, bastará una fuerte campaña publicitaria por TV, radio, diarios, revistas, y de otros medios que las grandes empresas emitirán a raudales sobre las mentes de los mal llamados consumidores y ya deberíamos sentarnos a esperar la muerte de los cultivos y productos agroecológicos, abandonados a su suerte por el grueso de los habitantes urbanos (sobre todo), los que verían en ellos, los transgénicos, un alimentos más y, tal vez a bajo precio, para ser consumido sin preocupaciones.

 

Por otra parte, no es ninguna garantía para la humanidad, el hecho que el Codex esté integrado por la FAO y por la OMS. ¿Que ha hecho la FAO en contra del Hambre en el Mundo? Muy poco o casi nada y no es de extrañarse, cuando el financiamiento de estos organismos provienen principalmente de los países más poderosos, origen de las grandes transnacionales de los alimentos.

 

No quiero enviar con esto, un mensaje pesimista sobre nuestra realidad, solamente estoy exponiendo una idea sobre lo que puede ser el futuro de la producción de alimentos agroecológicos, considerando la enorme fuerza que se está poniendo en campaña en Chile, representada por empresas transnacionales, políticos, científicos, dirigentes sociales campesinos, profesionales técnicos y productores, para dar la bienvenida a estas prácticas, permitiendo que se aprueben acuerdos y leyes como la del UPOV 91 y estén ya listas los proyectos de ley sobre semillas y transgénicos, para completar el cerco sobre la agricultura agroecológica u orgánica.

 

Es por eso que me pregunto. ¿Tiene algún sentido la lucha que los consumidores organizados dan para que las grandes empresas respeten algunas normas mínimas fijadas por ellas mismas o por los gobiernos u organismos internacionales que las amparan?

 

Respetuosamente creo que ello contribuye a legitimar una forma monstruosa de organizar a la sociedad. Por un lado las grandes empresas que tienen todo el poder económico y político y por otro los “consumidores” que solo tenemos nuestra capacidad de organizarnos para pedir que todo se haga de acuerdo a normas que de poco valen para las grandes transnacionales y que, además, ellas misma dictan a partir de sus parlamentarios en cada país en los que dominan sin contrapeso.

 

Francamente, pienso que, aún cuando significa la defensa de los esclavos del sistema, no es la mejor forma de luchar para avanzar hacia una sociedad más justa. Tal vez las organizaciones de consumidores solo se proponen aquello: su defensa, sin cuestionar la existencia de esta injusta forma de organización social, económica y política. Están en su derecho.

 

En una sociedad donde las injusticias desbordan la capacidad de Estados poco voluntarios para estructurar mejor las relaciones entre clases sociales, el tema de los alimentos sanos aparece como un lujo difícil de pagar, cuando tenemos ejemplos de atropellos brutales como los de los trabajadores en general, de los bancos, las empresas de servicios, básicos (luz, agua, telefonía), las tiendas al detalle, las Isapres, las AFP. Para que seguir.

 

Se trata de un solo ser vivo que nos está quitando las energías, que se está apoderando de nuestro aliento, es un parásito enorme con mil ventosas que absorbe toda la vida que podemos tener: el famoso modelo neoliberal.

 

Nuestra tarea debiera ser luchar por terminar con las injusticias, por construir una sociedad en donde la producción de alimentos no sea un lucrativo negocio de grandes empresas sino la expresión real de nuestra voluntad de alcanzar la soberanía alimentaria, en la que nuestro país produzca primero alimentos sanos para nuestra patria y lo que sobre lo entreguemos al mercado internacional, al que tienen acceso en primer lugar, los consumidores de los países desarrollados y no los hambrientos del mundo.

 

Aquí se está haciendo todo al revés.

 

DEFENDAMOS, ENTONCES, LA SOBERANÍA ALIMENTARIA, POR LOS CAMPESINOS POBRES DE CHILE.

 

CAMBIEMOS EL MODELO QUE NOS AHOGA CON SU INSACIABLE CAPACIDAD DE ARREBATARLES A LOS CHILENOS SUS FUERZAS Y SU BIENESTAR.

 

FUERA DE CHILE LAS TRANSNACIONALES DE LOS ALIMENTOS.

*Codex Alimentarius creado en 1963, por la FAO/OMS para establecer normas sobre los alimentos y la salud humanas.

Oreste Mora Avendaño
Chiloé Orgánico A.G.
moc.liamtoh@arometsero

Temas: Transgénicos

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