Científicos demandan moratoria total a los transgénicos

País México

El panel titulado “Riesgos de los transgénicos” se realizó el pasado viernes 31 de mayo en la Facultad de Economía de la UNAM, y fue organizado por el Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano (CECCAM), el Centro de Análisis Social, Información y Formación Popular (CASIFOP) y el Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración (Grupo ETC/RAFI).

"Riesgos de los transgénicos"
31 de mayo de 2002
Panel realizado en el marco del Seminario "En defensa del maíz" (Enero de 2002-México)
Facultad de Economía de la UNAM 4-6-02

En el marco de las actividades de la red establecida a partir del seminario “En defensa del maíz”, se llamó a un panel de expertos, para debatir el tema de los transgénicos desde el punto de vista científico. El panel titulado “Riesgos de los transgénicos” se realizó el pasado viernes 31 de mayo en la Facultad de Economía de la UNAM, y fue organizado por el Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano (CECCAM), el Centro de Análisis Social, Información y Formación Popular (CASIFOP) y el Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración (Grupo ETC/RAFI).

Ana de Ita del CECCAM, retomó las demandas del seminario “En defensa del maíz” realizado en enero del 2002 en la ciudad de México, con la participación de más de 300 delegados de organizaciones campesinas, indígenas, ambientalistas y sociales, tales como parar las fuentes de contaminación del maíz mexicano, impedir que siguiera entrando maíz transgénico por importaciones, establecer planes de emergencia para detectar la contaminación y fincar la responsabilidad de las empresas.

El Dr. Rubens Nodari, catedrático de Fitotecnia de la Universidad Federal de Santa Catarina, Brasil, afirmó refiriéndose a los transgénicos, que “La ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia de riesgos”, y agregó que “En el caso de la soya transgénica en cultivo, ya sabemos que usa mayor cantidad de químicos porque las malezas se vuelven resistentes, tiene menor rendimiento y promueve que insectos que no eran una plaga para la producción agrícola, ahora lo sean” Esto se debe, explicó, a que las fuertes dosis de herbicidas aplicadas a los cultivos -que son resistentes a ese químico y por tanto no mueren- elimina las malezas que antes eran alimento de los insectos, y ahora se comen los cultivos. La menor productividad se debe a que la planta utiliza más energía para expresar las proteínas codificadas en los nuevos genes insertados para tolerancia a herbicidas o para hacerlas insecticidas, y le resta esa energía al desarrollo de los granos, volviéndolas menos productivas y más vulnerables a otros factores de estrés climático o en el agroecosistema. “La soya también contamina a otras variedades no transgénicas de soya o frijol, aunque el porcentaje de cruzamiento no sea tan alto como el maíz. Hemos visto en campos ilegales (es ilegal su siembra en Brasil) que igual se cruza y le trasmite la característica transgénica” El Dr. Nodari, también es asesor científico de la CNTBio, comisión de bioseguridad de Brasil.

El Dr. Terje Traavik, catedrático de la Universidad de Tromso, y director del Centro de Ecología Genética en Noruega afirmó que no acepta el uso de la palabra “tecnología” referida a la ingeniería genética.

“Tecnología significa que frente a un mismo proceso se obtiene siempre el mismo resultado, lo cual no es verdad en el caso de los transgénicos: cada célula modificada es diferente de las otras, ya que no hay forma de controlar en qué parte de la cadena cromosómica se inserta el nuevo gen, ni tampoco si hay múltiples inserciones en la misma célula. Se utiliza un promotor -que es una especie de “director técnico” de los genes- que hace que el gen introducido se exprese. Pero este mismo promotor, que en el 99% de los casos es de un virus (CaMV) puede activar o desactivar otros genes en la célula, haciendo que la planta pueda perder cualidades nutritivas, o que se expresen genes con resultados alergenitos”. Este es el mismo promotor que en las pruebas realizadas por el INE-CONABIO se encontró contaminado las variedades criollas del maíz mexicano, posiblemente proveniente del tipo de maíz “Bt”, es decir maíz insecticida con la bacteria del Bacillus thuringiensis. Sobre esto, Traavik dijo que la inserción de genes exógenos es un proceso cargado de incertidumbres. “Los efectos de la toxina utilizada para hacer plantas “Bt” (algodón, canola, maíz) no han sido nunca probados en seres humanos o animales tal como se encuentran en las plantas transgénicas. Se sabe que el Bacillus Thuringiensis afecta a las lepidoptéras, pero nunca se han hecho pruebas para saber si el ADN desnudo de estos constructos transgénicos pueden tener otros efectos en mamíferos.

Tampoco se sabe como reaccionan los genes introducidos en el ambiente natural, debido entre otras cosas al fenómeno de la transferencia horizontal de genes, es decir la transferencia de genes entre diferentes especies que no se cruzan normalmente. Esto puede dar efectos totalmente inesperados e impredecibles. Los científicos no conocen bien y no entienden la transferencia horizontal de genes, y esto es una amenaza muy seria. Considero que cualquier introducción de transgénicos al medioambiente en este momento, es altamente irresponsable ya que puede tener efectos irreversibles que le dejamos a las generaciones futuras. Porque hace 25 años que trabajo con ingeniería genética, sé que hay muchas variables que no se conocen. Una actitud ética como científico, como padre, abuelo y ciudadano, es exigir por todos los medios una moratoria total a los transgénicos, hasta que se conozcan mejor sus efectos, o que se desarrollen técnicas más seguras.”

El Dr Traavik resaltó la importancia fundamental de la investigación pública e independiente. “El 95% de los biotecnólogos en el mundo está directa o indirectamente financiado por empresas multinacionales con intereses comerciales en el sector. Esto explica la prisa para introducir transgénicos al mercado, pese a la falta de evaluación de riesgos y pruebas-incluso las más básicas- que se deberían hacer en estricto confinamiento para no poner en riesgo la salud humana y animal, y el medio ambiente.”

La Dra. Elena Alvarez-Buylla, investigadora del Laboratorio de Genética Molecular, Desarrollo y Evolución de Plantas del Instituto de Ecología de la UNAM, también tiene años de trabajo biocontenido con transgénicos, y dijo que cada una de las células obtenidas por esta mal llamada “tecnología” de ingeniería genética es distinta a las demás, “es como si cada automóvil producido fuera diferente, entonces imaginen la cantidad de accidentes que se producirían en el tráfico”. La Dra. Álvarez-Buylla también dijo que es necesario que México, por ser un centro de origen y diversidad de cultivos, debe establecer una moratoria a todos los transgénicos, por la falta de evidencias de seguridad ambiental e inocuidad alimentaria que tienen. “Hemos encontrado en Oaxaca contaminación de las variedades criollas, pese a que es ilegal su cultivo, y sólo es legal a miles de kilómetros de aquí, en Estados Unidos Allí también han habido casos de “escapes genéticos” en algodón, canola y maíz, como el caso del maíz Starlink, que no fue aprobado para consumo humano por considerarlo alergénico, y de todos modos se .introdujo en la cadena alimentaria.”

Agregó una nueva preocupación además de los impactos que podrían tener la contaminación actual del maíz en México: “En este momento, en Estados Unidos hay una liberación restringida pero a campo abierto de maíces que expresan fármacos, productos industriales como aceites, plásticos, y otros productos que hacen del maíz una planta no comestible. Es claro que México debe prohibir la entrada de granos, propagulos o plantas vivas que sean transgénicas, con especial énfasis en aquellas que son destinadas a fines no alimentarios. La prohibición debe ser muy abarcativa, incluyendo el control de importaciones, porque ya vimos que pese a que estamos a miles de kilómetros de EU, estamos encontrando esos transgenes en nuestras razas criollas.”

Concluyendo, la Dra Alvarez-Buylla dijo que los gastos de evaluar los riesgos de esta tecnología los deberían asumir en totalidad las empresas que los proponen, aunque los estudios deben ser completamente independientes de éstas, incluyendo la independencia de las instituciones y laboratorios implicados en las pruebas necesarias. Agregó que la evaluación debería incluir también las alternativas a las nuevas técnicas propuestas, por ejemplo “Sel apoyo a escala de las tecnologías tradicionales que han probado ser sustentables social y ecológicamente, y que afirman la diversidad cultural y natural de México.”

El Dr. Mark Wheelis, de la Universidad de California en Davis es experto en armas biológicas e integra el grupo de trabajo de la Federación Americana de Científicos sobre armas químicas y biológicas. Es miembro del comité de control del cumplimiento de los Convenios de Naciones Unidas sobre Armas Químicas y sobre Armas Biológicas y Tóxicas.

El Dr. Wheelis dijo que el público había escuchado los efectos negativos que la falta de conocimiento de los impactos, o los accidentes con transgénicos, podían traer a la salud y el ambiente. “Ahora imaginen que esta misma técnica pueda ser usada para producir daño en forma intencional. Las armas biológicas siempre han tentado a los ejércitos y hay muchos ejemplos en la historia de que se han usado virus y bacterias para producir enfermedades en plantas, animales (por ejemplo los caballos del ejercito enemigo o el ganado con que se podrían alimentar) y directamente en humanos. Sin embargo con el advenimiento de la ingeniería genética, esto ha empeorado notablemente, ya que hemos comprobado en varios países -tal como la ex URSS, Irak, Sudáfrica- que los estados han estado trabajando por muchos años en hacer letales gérmenes que no lo eran, y que afectan a humanos, animales o plantas.” Wheelis dijo que hasta hace poco pensaba que Estados Unidos solamente estaba haciendo investigación de armas biológicas con fines defensivos, lo cual de todas maneras es un hilo my fino al desarrollo ofensivo de armas, pero recientemente se descubrió que la CIA tenía varios proyectos secretos de desarrollo de armas biológicas en tales cantidades que no podrían ser sino ofensivos. “Todos estos proyectos son secretos, y por tanto quedan afuera del control del público. Luego del 11 de setiembre, Estados Unidos ve enemigos en todas partes, y está desarrollando no solo armas bélicas, sino también para controlar poblaciones en conflictos menores, tal como el Programa de Armas no Letales que usa muchos elementos de la biotecnología”.

Agregó que además de la manipulación de microbios para hacerlos letales, “también está el maluso que se puede hacer de ciertas tecnologías y aplicaciones farmacéuticas con algunas nuevas tecnologías, como la genómica, la proteómica y la bioinformática. Estas permiten conocer las funciones de los genes y sus interacciones y desarrollar fármacos específicos para activar o desactivar ciertos genes, lo cual también puede ser usado con fines bélicos y en conflictos.” En suma, expresó Wheelis, “tanto el uso de estas tecnologías con fines comerciales como en sus usos bélicos -aunque sean llamados defensivos- está claro que el secreto y la falta de conocimiento de sus implicaciones y la participación real e informada del público es una constante, y amenaza los sistemas democráticos”.

Mark Wheelis, citó también las conclusiones del seminario científico “Impactos de la biotecnología agrícola en el ambiente y la seguridad alimentaria”. Realizado del 28 al 31 de mayo 2002 en la ciudad de México, convocado por la asociación internacional Pugwash (asociación fundada por A. Einstein y Bertrand Russell para defender la ética en la ciencia). En este taller, integrado por científicos de varios países, tanto críticos como defensores de la ingeniería genética, se consensaron algunos puntos. El primero de ellos afirma que “el conocimiento actual es insuficiente para evaluar los riesgos y beneficios de los organismos modificados genéticamente (OGM), particularmente a la luz de las consecuencias de corto y largo plazo que estas tecnologías pueden implicar para la biosfera y las generaciones futuras”. Un punto particularmente referido al maíz que dice “Debido a que muchas de las consecuencias a largo y corto plazo de los OGM son desconocidas, ciertas actividades no deberían realizarse hasta que se supiera más sobre las consecuencias biológicas y sociales. Por ejemplo, los esfuerzos actuales para desarrollar maíz que produzca químicos no comestibles y farmacéuticos son una preocupación grave, ya que el maíz es un cultivo básico ampliamente cultivado y de polinización abierta”.

Silvia Ribeiro, del Grupo ETC, resaltó que a esta conferencia también asistieron autoridades del pueblo huichol, venidos desde Jalisco, así como otros pueblos indígenas, que paralelamente al encuentro de científicos estaban realizando su propia ceremonia en defensa del maíz nativo y contra la contaminación transgénica. “Aunque parecieran ser actitudes contrastantes, en realidad son complementarias, porque se trata de la defensa de la ética y la diversidad social y biológica.”

Por más información:

Ana de Ita, CECCAM, gro.cpa.atenal@maccec
Silvia Ribeiro, gro.puorgcte@aivlis

Temas: Transgénicos

Comentarios