Crecen oposiciones a ley de la UE que prohíbe el uso de semillas y cultivo de plantas autóctonas

Idioma Español
País Europa

En mayo y junio la comunidad agrícola se vio sorprendida por el nuevo Proyecto de Ley de Plantas Reproductivas de la Comisión Europea que regula la producción de semillas y plantas. Según sus opositores pretende en su base poner fin a los cultivos privados de especies autóctonas e incluso silvestres, para favorecer solo aquellas comerciales, registradas y patentadas, generalmente por las grandes industrias.

“Obligándonos a pagar los costes de registro, de control o de royalties prohibitivos, tratan de forzarnos a abocarnos a las semillas de la industria, con la dependencia y el acompañamiento de productos químicos y fitosanitarios que estas últimas representan; y será simplemente imposible que el ciudadano pueda comer sanamente”, destacó Guy Kastler, responsable de EUROVIA (Coordinadora Europea Vía Campesina).

 

El controvertido proyecto de la Comisión Europea fue presentado al Parlamento en mayo pasado y a última hora modificado. “Esto se ha debido a la presión ejercida por muchas personas”, comunicó Ecoagricultor. Sin embargo, crece la inquietud por la futura orientación a la que podría desembocar dicha normativa.

 

“La nueva Ley de semillas disminuye el acceso a éstas para su uso en el hogar y restringe los cultivos de los agricultores”, describe el Ecoagricultor.

 

En su plan original existen restricciones al cultivo de semillas propias y autóctonas de verduras, plantas o árboles que no estén inscritos, a riesgo de infringir la ley. Con las modificaciones, se evitó que los cultivos de alimentación personal y para el pequeño comercio sostenible no se transforme en ilegal.

 

A su vez el nuevo plan es que las semillas registradas pasen a pertenecer a un organismo que supuestamente controlará este ‘banco de semillas’ y estará en poder de aprobarlas o rechazarlas.

 

“Bajo la nueva ley, será ilegal cultivar, reproducir o comercializar cualquier semilla vegetal o árbol que no haya sido probado y aprobado por una nueva “Agencia de Variedades Vegetales de la UE”, que va a elaborar una lista con las plantas autorizadas. Por otra parte, se debe pagar una tarifa anual a la Agencia para mantener esas semillas en la lista, y si no se paga no se pueden cultivar”, destaca el Ecoagricultor.

 

Las correcciones hechas a la ley no dejaron satisfechos a todos. Un logro fue que “los jardineros están autorizados a guardar e intercambiar semillas no aprobadas sin que por ello se infrinja la ley”. Otra modificación es que “individuos y pequeñas organizaciones pueden proveerse de semillas de hortalizas no aprobadas, siempre y cuando tengan menos de 10 empleados”.

 

Por otro lado se incluyó que “los bancos de semillas pueden guardar semillas no aprobadas, sin que por ello se infrinja la ley”, y se estableció que “en una futura legislación (sin especificar cuándo) se regulará las semillas aptas para la agricultura ecológica”.

 

Otro de los puntos en discusión es que el proyecto incluye cláusulas que les permitirán anular viejas concesiones sin pasar por la votación del Parlamento europeo.

 

“El proyecto de ley era horrible”, comentó el director de Real Seed Catalogue, Ben Gabel a cargo de un sistema de producción de semillas sostenibles sin químicos, y agrega que “todavía hay consecuencias negativas”, cita la Web Ecoagricultor.

 

Ben Gabel comenta estar preocupado que la nueva organización controladora “tendrá derecho a acceder a las distintas variedades vegetales de los jardineros, los agricultores ecológicos y de los agricultores que cultiven para los mercados locales a pequeña escala”, destacó.

 

Gabel además señala que el hecho que cualquier empresa con más de 10 empleados tenga prohibido el uso y el cultivo de las variedades de semillas autóctonas que no están registradas significará que a futuro habrán pocas variedades profesionales para uso de los jardineros o para la agricultura sostenible a pequeña escala, ya que seguramente pequeñas organizaciones posiblemente no tengan recursos para hacerlo.

 

“La ley va a reducir las posibilidades de elección también a los grandes agricultores. En algunos casos, sólo se permitirán las nuevas variedades vegetales si se aprueban y se demuestra que son mejores que las que estén actualmente en lista. Esto es absurdo, ya que a menudo se descubren los beneficios de una nueva variedad al cabo de varios años, por ejemplo, cuando se observa su resistencia ante tal o cual enfermedad. En un mercado libre, debería corresponder a los agricultores decir el uso de las nuevas variedades y cuáles son aquellas que más les gustan en base a su experiencia”, aclara Gabel.

 

Para el especialista ya hay leyes que protegen al consumidor, las cuales indican que las semillas deben ser aptas para su venta y cubre la defensa de la salud, la trazabilidad y la seguridad. “Cualquier persona que produce semillas ya es inspeccionada y sus semillas certificadas por Agencias Estatales”, señala el agricultor.

 

“Este es un ejemplo de Burocracia fuera de control. No queremos a tantos funcionarios de la UE que son pagados por mover montañas de papeles para interferir en el derecho de las personas a cultivar lo que quieran, ni debiera pagarse por el uso de plantas que han sido utilizadas durante miles de años en la agricultura a pequeña escala”, agrega Gabel.

 

La nueva ley también planea regular las hierbas, musgos, flores, y muchas de ellas crecen naturalmente en cada estación, sin ser plantadas.

 

Según Gabel, la ley “fue escrita pensando en las necesidades de las Multinacionales de la Industria Agraria y de Semillas, que suministran semillas en grandes cantidades para la producción industrial”.

 

Una de las personas que se manifestó favorablemente al proyecto es Giuseppe Politi, presidente de uno de los organismos de la agricultura en Italia, la CIA (Confederación Italiana de Agricultura). Politi señala que la normativa significa “una mayor seguridad en la cadena alimentaria”, aunque manifiesta dudas sobre los costos que deberán pagar los productores para que la ley entre en funcionamiento, además del “tema relacionado a la reproducción de semillas en los campos de cultivo”.

 

Contaminación de Transgénicos

 

De acuerdo a un comunicado de Andrea Ferrante, miembro del comité de EUROVIA, las empresas que plantan productos transgénicos quedarán libres de responsabilidad por contaminar a campesinos vecinos, tal como está presentada la nueva normativa. En vez de eso, se multará a personas con cultivos sanos.

 

“En esta proposición, la Comisión Europea deja bien abierta la puerta a la comercialización sin restricciones de las plantas patentadas. Estas últimas evidentemente se van a diseminar y van a contaminar todos los campos, sin distinción”, destaca Ferrante.

 

“El texto de ley está elaborado de tal manera que, sea el campesino que ha sido contaminado quien deba pagar una multa a la industria, como si él hubiera robado las semillas. A pesar de que esta última es quién debería soportar la carga de la descontaminación de los campos de los campesinos... Siendo aún más grave que la mayoría de estas plantas patentadas tienen OGM ocultos", comunicó Andrea Ferrante.

 

“Se trata de un ataque directo, de una violencia sorprendente, contra los derechos de los agricultores y de las prácticas que les han permitido alimentar hasta ahora a la población mundial y les permitirán hacerlo en el futuro”, añadió Guy Kastler, responsable de EUROVIA.

Fuente: La Gran Época

Temas: Semillas

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