Denuncian a mafia de menonitas acaparadores de tierra

Idioma Español
País México

La comunidad menonita en el estado enfrenta sus propios lastres mientras las autoridades se muestran renuentes en la mayoría de los casos en atender los robos, despojo de bienes y cosechas y acaparamiento de tierras que cometen menonitas en contra de otros menonitas cada vez con mayor frecuencia, incluso con ayuda del crimen organizado.

Es el caso de Juan Peters Friessen, presunta víctima de despojo por parte de William y/o Guillermo Peters Krahn, Johan Knelsen, Cornelio Harms, Johan Krahn y David Wiebe, quienes según la denuncia 19-2020-0021603, el pasado 4 de noviembre llegaron al predio de su propiedad en el Campo 110 y luego de agredirlo de manera verbal, le advirtieron que si no abandonaban la cosecha y el predio donde sembraron la avena de su propiedad, tomarían represalias contra él y su familia.

Esa misma tarde y luego de la retirada de los agresores, Petter y su hijo Heinrich Peters Gierbrecht, continuaron cargando pacas a un camión marca Mack serie número 1M1AE06Y4YW003821 modelo 2000 de su propiedad, pero luego de concluir su jornada fueron interceptados por el mismo grupo que intensificó las agresiones, hecho que en la denuncia se menciona textual de la siguiente manera:

“Ya cuando terminamos esa carga, nos dirigíamos al campo 7C que es donde vivo, ya casi al legar nos alcanzan los seis sujetos en la camioneta color blanca de reciente modelo, marca Ford, antes descrita y con toda la violencia nos bajan del camión torton y nos apuntan con las armas y nos obligan a regresarnos al predio de mi propiedad ya descrito, escoltándonos hasta el predio y una vez que llegamos nos obligan a descargar todas las pacas de avena, nos hicieron que nos arrodillarnos en el piso nos patearon y nos golpearon con las armas en la espalda y en el cuerpo, diciéndonos que era la última ves que nos querían ver en mi predio porque a la siguiente vez nos van a matar y en ese momento empezaron a tirar con sus armas al suelo cerca de nosotros y nos obligaron a dejar el camión en el predio, nos robaron nuestros celulares, nos robaron 8 mil pesos, y de ahí nos regresamos a mi casa en uno de los tractores de mi propiedad que había dejado yo anteriormente en mi predio”.

Producto de la golpiza, Petter y Heinrich presentaron fuertes hematomas y lesiones en diferentes partes del cuerpo que ameritaron atención médica, y al pasar por sus tierras la mañana del 6 de noviembre, se percataron que ni el camión ni su cosecha se encontraban en el predio, por lo cual decidieron interponer una denuncia por tentativa de homicidio, asociación delictuosa, robo agravado con violencia, robo de vehículo, lesiones, amenazas y lo que resultara, en contra del grupo encabezado por Krahn, a quien acusan de más abusos en contra de otros menonitas, en su afán de acaparar propiedades por la fuerza.

El martes 10 de noviembre, policías estatales detuvieron a la altura de Colonia Anáhuac un par de camiones que transportaban la mercancía robada, 46 pacas de 550 kilos cada una, equivalentes a 52 mil 800 kilos, producto del trabajo de todo un año. Los choferes se disponían a llevarla a otro sitio para su comercialización.

Un mediador anónimo en el conflicto, comentó que recibieron apoyo por parte de la comunidad Lebaron para solicitar el actuar de las autoridades policiales y evitar el robo de la mercancía, así como brindar protección a la familia de las víctimas.

Personal del departamento de Comunicación Social de Fiscalía, indicó que en los últimos años se tienen ubicados a líderes criminales de la comunidad menonita y que incluso, se detectaron redes tráfico de drogas operadas por miembros de esta comunidad que cruzan todos los Estados Unidos hasta Canadá, donde se han registrado detenciones de ciudadanos mexicanos que llevan droga desde Chihuahua hasta las regiones donde tienen arraigo cultural, como Manitoba.

Fractura en comunidad a partir de un cisma religioso

Los conflictos entre la comunidad menonita se han incrementado en las últimas dos décadas por la pérdida de costumbres tradicionales, que provocaron también desunión entre las familias, así como la pérdida de autoridad moral y veneración hacia ministros y líderes de los diferentes campos, orden que imponía equilibrio, sana convivencia y resolución de conflictos apegados a los principios de justicia comunitaria en antaño.

La antropóloga Karla Fernanda Gracia, quien realiza una tesis enfocada en el estudio de los menonitas como grupo étnico, comentó que de acuerdo a sus informantes, hace alrededor de 50 años se presentó un cisma religioso en la comunidad, que se dividió entre iglesias tradicionalistas e iglesias liberales

“El respeto y la obediencia hacia los ministros y líderes sí ha cambiado, mucho, lo que ellos platican es que antes una de las autoridades que tenían mucho poder, eran los ministros de la iglesia, eran muy respetados y eran los consejeros de su pueblo, pero hacer alrededor de 50 años hubo una reforma en la que la iglesia menonita, por lo que se crearon nuevas iglesias que ya no tenían ese unión y respeto por los ministros”.

Gracia, enfatizó que la unión estrecha y el liderazgo de ministros y jefes, era muy importante a mediados del siglo pasado, porque por lo regular eran de los pocos que hablaban español y podían representar a la comunidad ante las autoridades mexicanas y durante negociaciones comerciales con particulares.

“La función de ellos ya no es tan esencial como por ejemplo hace más de 50 años, porque en esos tiempos eran muy pocos los menonitas que hablaban español y cuando se tenían que comunicar con las autoridades del país, este tipo de líderes que escogían los habitantes de las colonias los representaban, pero ahora muchos menonitas hablan español y ya no requieren la representación de los líderes”.

En la actualidad, en Cuauhtémoc y los municipios vecinos predomina la presencia de menonitas liberales, “agringados” en su mayor parte, aunque también han ido adaptando costumbres como bodas y festejos apegados a las tradiciones mexicanas, aunque conservando su religión luterana. De manera histórica no han sentido el respaldo de las autoridades mexicanas en materia de justicia y seguridad.

“Casi siempre toman las cosas en sus manos, por ejemplo, hubo un tiempo, hace años, en el que había muchos robos y como los policías o la autoridad mexicana no hacía nada, los menonitas se unieron e hicieron vigilancia, ellos mismos atraparon a los ladrones. Ahora siguen siendo unidos, pero ya no como antes”.

De acuerdo a la investigadora, en la actualidad, los menonitas tradicionales se concentran en la región de Casas Grandes y Nuevo Casas Grandes, y en los campos más alejados de los municipios de Cuauhtémoc, Namiquipa y Bachíniva, mientras la comunidad comienza a experimentar una crisis de identidad, acompañada con casos de narcotráfico y crimen organizado desde los años 90, situación que las generaciones avanzadas tratan de evitar para que las nuevas continúen con el honorable legado basado en el trabajo, el bien común y el respeto de su fe.

Fuente: El Diario de Chihuahua

Temas: Criminalización de la protesta social / Derechos humanos, Tierra, territorio y bienes comunes

Comentarios