Describir lo que pasa en Gaza está más allá de las palabras; Israel debe cumplir las mismas leyes que todos los Estados

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Foto: UNICEF/Mohammed Nateel. Un joven sentado sobre las ruinas de la que fue una casa en Gaza.

Israel, como potencia ocupante, tiene la obligación de garantizar alimentos y atención médica, pero eso no está ocurriendo. En cambio, los civiles son desplazados, asesinados o mueren de hambre, dice el coordinador humanitario al Consejo de Seguridad y lo insta a evaluar las acciones de Israel. La responsable de la agencia para la infancia afirma que el mundo le está fallando a los niños gazatíes.

Gaza se enfrenta a un “colapso humanitario total”, con condiciones que ya no pueden describirse con palabras: “Estamos más allá del vocabulario para describir las condiciones en Gaza”, afirmó el secretario general adjunto de para Asuntos Humanitarios ante el  Consejo de Seguridad de la ONU.

En una categórica intervención durante una sesión del órgano resolutivo sobre la situación humanitaria en la Franja de Gaza, Tom Fletcher expuso la gravedad de la crisis con datos: más de 5800 niños gazatíes fueron diagnosticados con desnutrición aguda en junio, la cifra más alta desde el inicio del conflicto. En tanto, mujeres y niños han muerto recientemente mientras esperaban alimentos.

El sistema de salud está prácticamente inoperante con solo 17 de 36 hospitales funcionando parcialmente, un 70 % de medicinas esenciales agotadas, incubadoras compartidas entre cinco bebés, y mujeres dando a luz sin asistencia médica.

El agua y el saneamiento también están derrumbados: cuatro de cada cinco instalaciones están en zonas militarizadas o de desplazamiento forzado, inaccesibles para quienes dependen de ellas.

Obstáculos burocráticos y logísticos sistemáticos

Fletcher denunció la obstrucción sistemática a la entrega de ayuda, refiriendo que, pese a un leve alivio reciente con la entrada limitada de combustible, se necesitan mucho más que dos camiones diarios para mantener los servicios vitales en funcionamiento. “Incluso cuando se permite el ingreso de combustible, no se garantiza nuestro acceso para almacenarlo o distribuirlo”, abundó.

El coordinador humanitario de la ONU explicó que la burocracia y los obstáculos logísticos hacen que incluso una bolsa de harina atraviese múltiples capas de inspección antes de llegar a Gaza. “Contar camiones es engañoso: no equivale a contar ayuda efectiva”, recalcó.

Violencia creciente en Cisjordania

Fletcher habló también de la creciente violencia en Cisjordania, precisando que en lo que va del año se han documentado cuatro ataques diarios de colonos israelíes contra palestinos, incluyendo asesinatos, agresiones, y bloqueos a ambulancias.

El titular responsable de  OCHA fue tajante: “Israel, como potencia ocupante, tiene la obligación de garantizar alimentos y atención médica. Pero eso no está ocurriendo. En cambio, los civiles son desplazados, asesinados o mueren de hambre”.

El coordinador humanitario de la ONU, Tom Flecher, informa al Consejo de Seguridad. (Foto de archivo)

Visas a cambio de silencio

Tras denunciar que las visas de sus trabajadores humanitarios son restringidas en represalia por sus reportes sobre la situación de los civiles en Gaza, solicitó una reflexión al órgano de seguridad: “Con estos hechos ante ustedes, les pido, como Consejo, que evalúen si Israel está cumpliendo con sus obligaciones legales internacionales y si los trabajadores humanitarios pueden cumplir con su mandato”.

El 56% de las entradas a Gaza solicitadas por equipos médicos de emergencia han sido negadas en 2025 y las visas se otorgan a cambio de silencio en un lugar donde no se permite la entrada a periodistas internacionales. Nuestro personal y suministros vitales no pueden desplazarse. No tenemos el combustible para entregar la ayuda y alimentar nuestras operaciones.

“¿Se está permitiendo y facilitando esto el paso rápido y sin trabas de ayuda humanitaria imparcial, como exigen las reglas de la guerra? ¿O se trata de una obstrucción? Saquen sus propias conclusiones”, dijo a los integrantes del Consejo.

Declaraciones deplorables

Como refuerzo a su planteamiento, Fletcher aludió a las declaraciones de hace semanas de un ministro israelí que calificó de “«desastrosa» la autorización al ingreso de ayuda humanitaria a Gaza, mientras que otro insinuó que la hambruna podría ser «justificada y moral» hasta que se libere a los rehenes.

“Utilizar intencionalmente la hambruna de civiles como método de guerra sería, por supuesto, un crimen de guerra”, aseveró. Luego citó al ministro de Defensa israelí, quien habló recientemente de forma abierta sobre el traslado de palestinos a lo que denominó una “ciudad humanitaria”. “Entendemos que la propuesta consiste en desplazar por la fuerza a los palestinos a una zona designada cerca de Rafah. No sé cómo describir esto, pero humanitario no es”, enfatizó.

Fletcher reiteró que el bloqueo a la ayuda, la inanición intencional y los desplazamientos forzosos no son humanitarios. “Son inaceptables”. La ley es clara: proteger a los civiles es un deber, no una opción, recordó, y sostuvo que se debe exigir a Israel que cumpla con los mismos principios y leyes que todos los otros Estados. Para cerrar su intervención, Fletcher urgió una vez más a un alto el fuego.

Niños palestinos sentados entre los escombros de las casas destruidas en el campo de Jabalia, al norte de Gaza.

Le estamos fallando a los niños de Gaza

También presente en la sesión, la directora ejecutiva del Fondo para la Infancia ( UNICEF) presentó otro sombrío informe al Consejo de Seguridad en el que advirtió que la niñez de Gaza enfrenta “una catástrofe humana sin precedentes” tras casi dos años de guerra en los que más de 50,000 niños palestinos han sido asesinados o heridos, una media de 28 menores muertos al día.

Catherine Russell fue enfática: “Estamos fallando colectivamente a los niños de Gaza. Esta inhumanidad debería estremecernos hasta lo más profundo”.

La situación es desesperada, apuntó Russell, citando los ataques a la gente mientras espera ayuda humanitaria, como ocurrió la semana pasada en Deir al Balah, donde un bombardeo mató a nueve niños y cuatro mujeres cuando hacían cola para recibir alimentos.

El colapso de los servicios básicos es generalizado. El 95% de los hogares carece de agua potable y hay una emergencia sanitaria creciente, con brotes de meningitis y enfermedades transmitidas por el agua afectando gravemente a los menores.

La ayuda que entra, una gota en el océano de necesidades

Russell denunció que solo se permiten unos 30 camiones diarios con ayuda humanitaria, “una gota en un océano de necesidades”, y pidió la evacuación médica urgente de miles de niños, el acceso seguro y sostenido para los trabajadores humanitarios y el fin inmediato del bloqueo de combustible, vital para hospitales y servicios esenciales.

UNICEF llamó al Consejo de Seguridad a actuar ahora, exigiendo un alto el fuego, el respeto al derecho internacional, el fin de los ataques a civiles, y la suspensión del flujo de armas hacia todos los actores del conflicto.

“La historia nos juzgará por nuestra respuesta. Aún estamos a tiempo de poner a los niños primero”, concluyó Russell.

Fuente: Desinformémonos

Temas: Criminalización de la protesta social / Derechos humanos, Defensa de los derechos de los pueblos y comunidades, Geopolítica y militarismo

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