Desde Johannesburgo: Joan Martínez Alier narra en vivo lo que está sucediendo en la Cumbre de la Tierra

Si comparamos con la cumbre de Río de Janeiro de 1992, llama la atención en la cumbre de Johannesburg la gran distancia entre las propuestas alternativas de los grupos ecologistas y lo que se discute en la cumbre oficial donde triunfa el regateo sobre temas mínimos.

En Río, los alternativos tuvieron muchas propuestas propias, como aquí, pero apoyaban también los tratados oficiales de cambio climático y biodiversidad, aunque les parecieran flojos, imperfectos. Aquí son dos mundos distintos, el alternativo esta separado, impotente, lejos del calor popular de esta ciudad que tiene tantos rastros geográficos y sociales del apartheid.

 

El gobierno de Sudáfrica quiso precaverse de posibles protestas en la calle al relegar la cumbre alternativa a Nasrec, a muchos kilómetros de la cumbre oficial que se celebra en un centro de gente rica, en Sandton. Además las reuniones de los sin-tierra y el movimiento de justicia ambiental de Sudáfrica no están ni tan siquiera en Nasrec sino más lejos aun.

 

Temas como la deuda ecológica del Norte al Sur y la deuda financiera del Sur al Norte, han sido debatidos pero están casi ausentes de las noticias. Los grupos ecologistas intentaron meter la cuestión de un tratado que regule el comportamiento de las empresas en la cumbre oficial, es decir convertir la corporate accountability en tema central. Eso significa establecer métodos para exigir la responsabilidad de las empresas por los daños ambientales que causan. Tema importante en Sudáfrica, con sus famosos juicios por muerte de mineros en la industria del amianto, tema importante también para las transnacionales de Estados Unidos, Japón y Europa (como la Repsol culpable de tantos daños en Bolivia, Argentina, Ecuador).

 

Pero no se ha conseguido nada, y las empresas transnacionales se pasean en Sandton como en territorio propio. A las activistas de Oilwatch la policía les requiso en Sandton sus pancartas de protesta con las multinacionales del petróleo. Las empresas han impuesto el tema de las partnerships de tipo II, es decir asociaciones entre empresas y otros socios, como camino a la sustentabilidad. Gana el greenwashing, extendido también a otros actores, como las ciudades que pretenden ser ciudades sostenibles con sus agendas 21 mientras en la realidad aumenta su huella ecológica mas y más. Barcelona es una de ellas.

 

Loa ecologistas populares sudafricanos y muchos extranjeros, nos manifestamos con los sin-tierra el sábado 31 de agosto y nos sacamos el mal gusto de boca por unas horas. Las manifestaciones sudafricanas son fantásticas, con bailes y música. Ésta duró cinco horas. Allí estaba la Vía Campesina y todo el espíritu de Porto Alegre. Los ecologistas populares de barrios urbanos como Soweto y Alexandra piden que todo el mundo tenga un mínimo de agua y electricidad gratis, y al mismo tiempo critican el malgasto del agua que llega de las grandes represas de Lesotho, y piden que las empresas mineras paguen la electricidad mas cara. En Johannesburg son muy visibles los montes de escorias dejados por la minería de oro. Representan unas grandes deudas o pasivos ambientales. Pero esa manifestación en la calle fue cosa de un solo ida, bajo fuerte vigilancia policial.

 

Lo importante hoy día 2 de septiembre es que ahora llegan los jefes de estado y de gobierno para un regateo final que no tiene, en mi opinión, ningún sentido histórico. Se subordinan los temas ambientales al poder de las grandes empresas y a la ideología del crecimiento económico a través de mas y más comercio. Para los países pobres eso es un desastre pues para muchos de ellos exportar mas significa empobrecerse mas ya que la relación de precios no les favorece, y además pierden definitivamente sus recursos naturales. Vean el caso absurdo y dramático de una Argentina con hambre. Vean el desastre de Nigeria, que exporta tanto petróleo.

 

Sin embargo, olvidando el pesimismo, yo veo dos cuestiones con trascendencia futura en las negociaciones oficiales, tal vez haya otras mas que yo no alcanzo aun a ver. La primera es la fuerte critica contra las exportaciones agrícolas subsidiadas de la UE y de EEUU al Sur, arruinando campesinos. Claro que algunos gobiernos del Sur insisten en pedir que les dejen exportar más (acero, textiles, bananas, flores, camarones, atunes, lo que sea), olvidando que las exportaciones de productos primarios les están arruinando. Entonces, a cambio de poder exportar mas están dispuestos en cambio a abrirse a esas exportaciones agrícolas de la UE o de EEUU subsidiadas. Pero empieza a haber en las esferas oficiales una pequeña reacción en defensa del campesinado del Sur. No es la China quien lidera esta campaña, aunque debería serlo, junto con la India. No se trata de quitar los subsidios a la agricultura campesina, pues como puede sobrevivir la agricultura campesina sin subsidios? El tema son los subsidios a las exportaciones de excedentes agrícolas de los países ricos. Y en el caso de EUU excedentes transgénicos.

 

Otro punto interesante es que Venezuela esta apoyando una propuesta para llegar a un diez por ciento de energías renovables en América latina. Parece que no es nada serio pero creo que puede llegar a serlo. Para Brasil, las energías renovables significa defender el etanol de caña de azúcar pero para Venezuela significa algo mucho más importante, un país de la OPEP empieza a tomarse en serio el aumento de efecto invernadero y a considerar una economía postpetrolera en el mundo. Si la OPEP llega a reconocer la existencia del cambio climático, y sus países ratifican por lo menos el protocolo de Kyoto, si llegan a sostener que hace falta producir menos petróleo pero más caro por motivos ambientales, si con el impulso del (débil) gobierno de Venezuela se empieza a proponer que las eco-taxes o impuestos o retenciones ambientales se pongan en origen, eso si que serian novedades. No se trata solo de restringir la oferta de petróleo para mantener los precios, sino de liderar un movimiento para ponerle un precio mas caro al petróleo y otros productos primarios para hacer frente a los costos ambientales. Si pensamos que la UE importa tres veces más toneladas que las que exporta, y que las que importamos las pagamos mucho más baratas que las que exportamos, verán ustedes lo interesante de esta discusión.

 

Colaboracion de Joan Martinez Alier ,coordinador de la revista internacional Ecología Política , para Los Verdes de Andalucia - BOLETÍN INFOVERDES - 2 de septiembre de 2002

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