Durante el Día Internacional de la Mujer, ocupación de tierras y reforma agraria en Brasil

Por APM
Idioma Español
País Brasil

2.000 mujeres integrantes de la Vía Campesina ocuparon plantaciones de eucaliptos de la compañía Aracruz Celulosa en Barra do Ribeiro, a 56 kilómetros de Porto Alegre, en el sur brasileño

Por la Redacción de APM

Según relata un cable de la agencia Inter Press Service (IPS), 7 horas después de la ocupación marchaban por la larga avenida Ipiranga de Porto Alegre hasta la Universidad Católica, donde tiene lugar desde el martes hasta este viernes la segunda Conferencia Internacional sobre Reforma Agraria y Desarrollo Rural (CIRADR) de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En la Conferencia que proseguirá hasta el viernes participan delegaciones de 80 países, 20 de las cuales encabezadas por ministros.

La marcha incorporó a hombres de Vía Campesina y a mujeres de otros movimientos, como el de las Trabajadoras Urbanas, para sumar unas 3.500 personas que encontraron cerrado el portón de la Universidad, protegido por una veintena de policías. Lograron quebrar ese primer obstáculo con gritos de triunfo y la canción tradicional cubana "Guantanamera" emitida desde el camión que acompañaba la manifestación.

Pero las manifestantes no tuvieron acceso al edificio donde se reúnen los diplomáticos y funcionarios gubernamentales e internacionales que participan en la CIRADR. Tras media hora de negociaciones, una comisión de 50 mujeres pudo entrar al auditorio principal de la conferencia, al grito de "urgente y necesaria, reforma agraria" y "mujeres unidas jamás serán vencidas".

Así pudieron leer el Manifiesto de las Mujeres Campesinas a la II CIRADR "contra todas las formas de violencia y explotación" sufridas en Brasil, y defendiendo "reformas agrarias integrales" a favor de la soberanía alimentaria de los países. La intervención fue aplaudida por las delegaciones presentes.

El ministro de Desarrollo Agrario de Brasil, Miguel Rossetto, dijo que "acciones de esa naturaleza nada tienen que ver con el programa de reforma agraria y, por lo tanto, este es un asunto que debe ser tratado por el Poder Judicial."

No obstante esto, las mujeres también se manifestaron "contra el dominio autoritario" de las compañías transnacionales y las políticas del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial y de la Organización Mundial del Comercio, a la vez que condenan los "desiertos verdes" de "las enormes plantaciones de eucalipto, acacias y pinos" destinadas a la industria de celulosa y papel.

A través de un comunicado difundido a los medios la Vía Campesina explicó que “la Aracruz Celulosa es la empresa que posee el mayor desierto verde del país. Son más de 250 mil hectáreas plantadas en tierras propias y 50 mil sólo en Río Grande do Sul. Sus fábricas producen 2.4 millones de toneladas de celulosa blanca por año, produciendo contaminación en el aire y en el agua, además de perjudicar la salud humana”.

“La Aracruz es la empresa de agronegocio que recibió más dinero público. Son casi 2 mil millones de reales (unos 800 millones de dólares) que ha recibido en los últimos tres años. Sin embargo, una empresa como Aracruz genera apenas un empleo cada 185 hectáreas plantadas, mientras la pequeña propiedad genera un empleo por hectárea. Si el desierto verde continúa creciendo en poco tiempo va a faltar agua para beber y tierra para producir alimentos. No logramos entender como un gobierno que quiere acabar con el hambre patrocina el desierto verde en lugar de invertir en la reforma agraria y en la agricultura campesina", afirma el manifiesto.

La movilización de Vía Campesina también se da para denunciar los impactos ambientales de la monocultura de eucalipto, que está avanzando en Río Grande do Sul con tres grandes empresas: la Votorantim, la Stora Enso y la Aracruz.

Los desiertos de eucalipto desgastan el suelo y consumen mucha agua: cada pie de eucalipto es capaz de consumir 30 litros de agua por día. Las mujeres de Vía Campesina también protestan en solidaridad con los pueblos indígenas cuyas tierras fueron invadidas por la Aracruz Celulosa en el estado de Espíritu Santo. En enero de este año, las familias indígenas fueron expulsadas violentamente por la Policía Federal, que utilizó máquinas de la propia empresa para realizar el desalojo.
Revitalizar la cuestión de la reforma agraria, como forma de reducir el hambre, la pobreza y la desigualdad, es una cuestión muy urgente, después de varias cumbres mundiales que destacaron la prevalencia de la pobreza en el campo y la persistencia de 850 millones de hambrientos en el mundo y fijaron los Objetivos de Desarrollo del Milenio, destacó Jacques Diouf, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, promotora del encuentro).

Por su parte la ministra brasileña de Ambiente, Marina Silva, en nombre de la delegación de su país, subrayó la necesidad de un desarrollo rural sustentable, lo que impone el desafío de "integrar políticas sectoriales", como la construcción de infraestructura y el fomento agrícola y tecnológico con la cuestión ambiental. "Políticas sectoriales aisladas no promueven el uso eficiente de los recursos del país", declaró.
Pese a los discursos favorables a la participación social, los movimientos campesinos pretenden manifestar su insatisfacción durante los cuatro días de la CIRADR. El hecho de acoger a la conferencia no concede a Brasil la calidad de promotor de una "buena reforma agraria".

En este marco, el Movimiento de los Sin Tierra (MST) de Brasil anunció una jornada de ocupaciones y protestas que movilizará hasta abril a los 120.000 miembros del grupo que viven en campamentos en todo el país.

La serie de ocupaciones fue anunciada por los dirigentes del MST en la ciudad de Porto Alegre, donde asiste al encuentro de la FAO como observador, y como organizador, junto a Vía Campesina, de una conferencia paralela que reúne organizaciones no gubernamentales.

Según el coordinador nacional del MST, Joao Paulo Rodrigues, la movilización que la organización realizará en marzo y abril prevé ocupaciones de latifundios y haciendas improductivas en 24 de los 27 estados brasileños.

Rodrigues aclaró que las ocupaciones son parte de una protesta del Movimiento para exigir avances en la reforma agraria en Brasil y recordar el décimo aniversario de la llamada Matanza de Eldorado dos Carajás, ocurrida el 17 de abril de 1996, cuando un grupo de policías asesinó a 19 campesinos que protestaban en una carretera en el estado amazónico de Pará.

Al menos 4.000 integrantes del Movimiento ocuparon en los últimos días diecinueve haciendas en el estado de Pernambuco (nordeste de Brasil), otras dos en Mato Grosso (sudoeste) y una en Goiás (centro), además de invadir la sede del Instituto de Reforma Agraria en la ciudad de Goiania.

La organización también invadió la semana pasada una hacienda de cerca de 7.000 hectáreas, una de las mayores propiedades en el estado sureño de Río Grande do Sul, del que Porto Alegre es capital, y se negaron a cumplir el domingo un ultimátum de desalojo.

El gobierno dice haber entregado tierras en tres años a 245.000 familias de campesinos, pero la meta del presidente brasileño, Lula da Silva, es asentar a 400.000 familias en sus cuatro años de mandato.

Este martes el secretario general de la FAO, el senegalés Jacques Diouf, advirtió que, en las actuales condiciones, serán necesarios 146 años para alcanzar las metas de reducción de pobreza que se propuso la ONU para el 2015.

“El objetivo de la ONU de reducir en la mitad el número de personas que pasan hambre, con las actuales tendencias, no será alcanzado en 2015 sino en 2150”, afirmó Diouf en la apertura de la II Conferencia Internacional sobre Reforma Agraria y Desarrollo Rural.

Según cálculos de Naciones Unidas, aproximadamente 900 millones de personas (tres cuartos de la población mundial pobre) vive en áreas rurales y depende del acceso a la tierra para subsistir.

La reunión de Porto Alegre se produce 27 años después de la primera Conferencia sobre Reforma Agraria de la FAO y tiene por objetivo debatir las políticas de distribución de tierra y de agua de cara al compromiso que asumieron en 2000 los países de la ONU de reducir a la mitad el número de pobres y de personas con hambre para el 2015.

“Se pasaron 27 años desde la primera Conferencia y había llegado la hora de volver a debatir el tema, cuando el problema se sitúa en el eje de la política de seguridad alimentaria del mundo”, afirmó el secretario de la FAO en su discurso.

El senegalés enfatizó que, en las actuales condiciones, difícilmente la ONU cumplirá su objetivo de reducir la pobreza, aunque, en declaraciones posteriormente, aclaró que “espero que esas tendencias cambien para que podamos cumplir el objetivo”.

El Movimiento de los Sin Tierra (MST) de Brasil considera que, sin una reforma completa a la economía mundial, será imposible que la ONU cumpla su objetivo.

“Un obispo acostumbraba decir que no basta estar a favor de los pobres pues hay que estar contra de los ricos. Hay riqueza suficiente para resolver los problemas de pobreza, pero sin voluntad política la pobreza apenas será reducida en 5015”, aseguró el líder nacional del MST, el economista Joao Pedro Stédile.

Según Diouf, la reforma agraria dejó de ser exclusivamente un problema de acceso a la tierra y pasó a ser también un problema de garantizar a los más pobres y vulnerables oportunidades de ingresos decentes y garantías de alimentación. (08|03|2006)

Fuente: APM- Agencia Periodística del Mercosur

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