España: sentencia contra el compañero de la Assemblea Pagesa Josep Pámies

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Ecologistas en Acción considera injusta la sentencia impuesta al compañero activista antitransgénicos de la Assemblea Pagesa Josep Pàmies por parte del juzgado de lo Penal nº 2 de Lleida

 

Por un lado le absuelve de los delitos de atentado a la autoridad y de lesiones, pero por otro lado le considera culpable de dos faltas leves. Esto supone que tendrá que pagar una multa de 120 euros por una falta de desobediencia leve a los agentes de la autoridad y otra de 360 euros por una falta de lesiones, además de una indemnización de 16.462 euros por los 392 días que el agente estuvo de baja a causa de las supuestas lesiones, y otra de 6.000 euros más por las secuelas sufridas que aduce, un total de 22.462 euros, a lo que hay que sumar los costes judiciales.

Los hechos de los que se acusa a Josep Pàmies se remontan al 13 de septiembre de 2003, la Assemblea Pagesa de Cataluña conjuntamente con Ecologistas en Acción de Aragón, realizaron una protesta a causa de la proliferación de campos de experimentación transgénica en nuestras tierras. Esa mañana, y siguiendo una convocatoria internacional de Vía Campesina, unas cincuenta personas se concentraron en un campo de experimentación de la multinacional Syngenta en la localidad de Alcoletge (Lleida), que no reunía ninguna medida de seguridad. Después de hacer una siega simbólica y recoger unas muestras, las personas concentradas fueron a la subdelegación del gobierno en Lleida para entregarlas conjuntamente con un manifiesto. Al no encontrar ningún representante de la administración, se encerraron pacíficamente hasta la llegada de alguna autoridad competente. Justo después de entregar el manifiesto al secretario de esta institución e identificándose convenientemente, las trece personas que habían ocupado el edificio, lo abandonaron.

A partir de entonces surgen una serie de interrogantes que todavía siguen sin aclarar:
¿Por qué la denuncia se produce un año después de los hechos?

¿Por qué el agente, si resultó gravemente lesionado tal y como manifiesta, no acudió de inmediato a un centro médico de urgencia para ser atendido?

¿Por qué, una vez lesionado y ante la gravedad de lo que allí supuestamente podía haber ocurrido, no solicitó refuerzos? La jueza no permitió la entrada a la vista pública a los acompañantes presentes alegando que podía encontrase entre ellos personas violentas. Parte de estas personas fueron las que participaron en la acción.

¿Quizá el agente lo estuvo consultando con las personas allí presentes? Sobra recordar el carácter marcadamente no violento de la acción, que el propio agente permaneció en el lugar de los hechos conversando tranquilamente con las personas que participaron y que las trece que accedieron a las instalaciones se identificaron inmediatamente una vez entregado el manifiesto.

Según informaciones de las personas que han conformado la campaña de solidaridad, se sabe que el agente recibió presiones para que denunciara a Josep Pàmies y se sirviese de la ocupación de los manifestantes en el edificio. También, y según las mismas fuentes, el agente ha seguido un interés personal en jubilarse y con doble paga si salía vencedor del juicio. Por otro lado, ninguna de las pruebas y resonancias magnéticas mostraron lesiones importantes durante los meses de baja del denunciante. Es más, durante la vista quedó demostrado que el citado agente ya había tenido dos años antes una lesión en la misma parte del cuerpo, hecho que hace sospechar de la denuncia y del causa real de la baja.

En todo caso, en ningún momento se ha comprobado que Pàmies que estuviera en primera línea en el momento de los hechos; y mucho menos que agrediera, ya sea intencionada o indirectamente, al denunciante. Únicamente se ha dado por buena la versión sin pruebas definitivas del agente, único testimonio que incrimina a Josep, y cuyo testimonio, como ya se ha citado, ha quedado en entredicho.

Desde Ecologistas en Acción, algunos de cuyos activistas participaron de esa acción y de la posterior campaña de solidaridad, no podemos sino mostrarnos sorprendidos ante sentencia, denunciar lo irregular de la forma de proceder del denunciante y de la propia sentencia. No es la primera vez que se castiga ejemplarizantemente este tipo de acciones no violentas con el objetivo político de silenciar la defensa del medio ambiente y, particularmente, defenestrar económicamente a organizaciones que mediante el altruismo voluntario de sus integrantes mantienen estructuras un tanto precarias en el terreno de lo económico pero muy fuertes en el terreno de lo social y de la solidaridad.

Apoyaremos, como hemos venido haciendo hasta ahora, la campaña de solidaridad naciente tras la sentencia y seguiremos trabajando por un mundo libre de transgénicos.

Fuente: Ecologistas en Acción

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