Greenpeace considera desprolija la autorización de liberar el algodón transgénico al campo argentino

Greenpeace rechazó la autorización que la Secretaría de Agricultura le dio a la multinacional químico-semillera Monsanto para comercializar en la Argentina el algodón transgénico RR (resistente al potente herbicida glifosato).

Greenpeace dijo al secretario de Agricultura que la industria no puede seguir siendo "juez y parte" en las regulaciones sobre los transgénicos.

Greenpeace rechazó la autorización que la Secretaría de Agricultura le dio a la multinacional químico-semillera Monsanto para comercializar en la Argentina el algodón transgénico RR (resistente al potente herbicida glifosato). Según Greenpeace, la medida es una amenaza para el medio ambiente y una evidencia del poder de las corporaciones de las semillas transgénicas sobre las autoridades regulatorias argentinas.

En una carta al secretario de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, Marcelo Regúnaga, Greenpeace dijo que las empresas no pueden seguir siendo "juez y parte" en los procesos de selección y aprobación de los transgénicos.

Los cultivos transgénicos RR, tanto la soja como el algodón recientemente autorizado, llevan esa denominación por ser resistentes a un herbicida conocido como glifosato y cuyo principal fabricante es la empresa Monsanto, bajo la marca "Round Up". La corporación de origen estadounidense es, además, quien también vende las semillas de algodón RR.

Según estudios científicos de la Universidad Nacional de Rosario el uso masivo del glifosato provoca la aparición de malezas resistentes a este herbicida volviéndolo un problema para el productor y el agroecosistema. Uno de los estudios de la UNR sugiere que hay cambios en las comunidades de malezas lo cual está provocando problemas para su control.

De acuerdo con la Coalición por Alternativas al Uso de Pesticidas en Estados Unidos (NCAP) el glifosato es un pesticida de gran persistencia en el medio ambiente, reduce severamente las poblaciones de insectos benéficos, aves, y pequeños mamíferos al destruir la vegetación de la cual dependen.

El año pasado la empresa invirtió millones de dólares en la ampliación de una planta para la producción de glifosato en la localidad de Zarate. Este gigante de los transgénicos llevó las ventas de glifosato solo en la Argentina de 60 a más de 120 millones de dólares desde 1997.

"Las industrias no pueden ser juez y parte. Mientras que las entidades de la sociedad civil encontramos obstáculos para una mayor participación, las empresas tienen acceso directo al gobierno y participan en la toma de decisiones", declaró Emiliano Ezcurra, coordinador de la campaña de biodiversidad de Greenpeace.

Dentro del proceso regulatorio gubernamental y la toma de decisión sobre la liberación de cultivos transgénicos al medio ambiente, las industrias (entre ellas la empresa Monsanto) están presentes dentro de la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (CONABIA), pero no así las entidades ambientalistas o las asociaciones de consumidores.

"Mientras los cultivos transgénicos están cuestionados a nivel global por sus inconvenientes ambientales, falta de consenso científico sobre sus impactos en la salud y serios problemas futuros sobre patentamiento de genes, el gobierno actual mantiene la misma política que la administración anterior en esta materia y los promueve ciegamente", concluyó Ezcurra.

NOTAS

1- Los Cambios Tecnológicos y las Nuevas especies de Malezas en Soja. (Ing. Agr. Delma E. Faccini. Cátedra de Malezas. Fac. de Ciencias Agrarias. UNR).
2- Glyphosate (Roundup). Journal of Pesticide Reform. Fall 1998. Vol. 18. NO. 3. Updated 11/98.

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