Guatemala: comunidad internacional pide detener minería en San Marcos

Se utilizarán 250 mil litros de agua por hora, en una zona donde es escaso ese recurso; se destruirá la ecología y se contaminará el vital líquido con metales pesados, lo que será nefasto para la salud de las personas, que consumirán frutas y vegetales irrigados, en el área inmediata a la mina y en las comunidades cercanas

Las comunidades campesinas de Sipacapa y San Miguel Ixtahuacán, San Marcos, lograron el apoyo de la comunidad internacional, en un intento por detener la actividad minera en esos lugares, a cargo de la compañía canadiense Montana Exploradora, por considerar que esa actividad viola los derechos de las comunidades, se conoció aquí.

El Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que establece que los pueblos indígenas tienen el derecho de decidir sus prioridades en lo que respecta a su desarrollo, en la medida en que éste afecte a las tierras que ocupan o utilizan, no fue aplicado en la concesión otorgada a la referida compañía, sostuvieron 70 organizaciones y 60 ciudadanos de Canadá y Estados Unidos, en una carta enviada al Presidente Óscar Berger.

De acuerdo con los derechos establecidos en el referido tratado, es necesario que su gobierno suspenda los trabajos en la mina Marlin, hasta que haya una participación completa e informada de las comunidades locales, en la formulación, implementación, evaluación de los planes y programas de ese proyecto, agrega el documento.

Las entidades norteamericanas también respaldaron la petición de los campesinos, en cuánto a modificar la Ley de Minería, con el fin de incluir el requisito de consentimiento previo de los pueblos indígenas afectados, antes de otorgar las licencias de exploración y explotación minera.

La referida norma debería prohibir el uso del cianuro; que se eleve el porcentaje de las regalías a un 12 por ciento (la compañía canadiense sólo otorgará el 1 por ciento) y que esos recursos sean invertidos para el desarrollo de las comunidades, indica la misiva.

Hay razones legítimas para estar preocupados, debido a que se utilizarán 250 mil litros de agua por hora, en una zona donde es escaso ese recurso; se destruirá la ecología y se contaminará el vital líquido con metales pesados, lo que será nefasto para la salud de las personas, que consumirán frutas y vegetales irrigados, en el área inmediata a la mina y en las comunidades cercanas.

La explotación de metales preciosos en los países en vías de desarrollo crea conflicto, fomenta la corrupción y provoca violencia, mientras que el número de empleos directos no compensa los que se pierden en la agricultura, ni el deterioro ambiental, cultural y social, que sufren los pueblos donde se desarrollan estos proyectos.

La carta de las organizaciones y ciudadanos norteamericanos, enviada a Berger, surge en el marco de la reunión de aproximadamente 70 comunidades en San Marcos, que ratificaron su oposición a las actividades mineras en ese lugar.

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