La voz de la activista trans y campesina que se alza desde el campo hasta la ONU

Idioma Español
País Argentina

La activista mendocina fue nombrada representante de la CLOC – Vía Campesina en Argentina y llevará la voz de la ruralidad a los espacios internacionales

Una vez, Dhanna Moyano -que aún no se llamaba Dhanna- se vio a sí misma y lo que vio, no la conformó. “Estaba con otras chicas  trans, tomando vino en caja, apoyadas en unas moreras, donde nos subíamos si veíamos que la policía venía, porque nos sacaban las ganancias o íbamos presas. De repente vi que salía una viejita de una casa a limpiar la vereda. Yo pensé: no quiero estar más acá en la calle, quiero ser como esa viejita”.

Acto seguido, Dhanna se despidió de sus compañeras, que la miraron atónitas tras capas y capas de maquillaje. “Les dije ‘hasta acá llegué’ y no me creyeron. Entré a la casa que nos servía de guardia, de casa y de telo. Busqué mis cosas y me fui”, cuenta.

Desde aquel momento, en el que se fue hasta la terminal de ómnibus, se lavó cuatro o cinco veces la cara buscando su verdadero rostro y se puso la mejor ropa que encontró -“y que no iba a asustar a mi abuela” dijo en broma- y volvió a su hogar, en Agua de las Avispas, Luján de Cuyo, desde donde había escapado siendo un adolescente que no podía mostrarse como era.

Esta vez, sí se mostró, abrazó a sus abuelxs, a su mamá y a sus hermanos -el padre había quedado atrás, tanto como su vida anterior- y decidió dedicarse a la tierra, al campo, a las cabras, a todo eso de lo que había huido y que seguía formando parte de su identidad.

Ahora Dhanna Moyano es una activista trans que defiende los derechos campesinos y está a punto de asumir la representación de Argentina en la CLOC (Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo) La Vía Campesina, una organización que tiene representación en la ONU.

Con casi 38 años, su trayectoria no puede leerse sólo en clave personal: cada paso que da está anclado en la lucha colectiva de su comunidad y en la defensa del territorio. “Hoy yo, una chica trans, ocupo un cargo político dentro de la coordinadora latinoamericana del campo, es una gran victoria”, asegura, convencida de que su nombramiento es también un triunfo para Mendoza y para las diversidades sexuales en el mundo campesino.

Un nuevo rol de liderazgo continental

La elección no fue sencilla: tras tres días de debate entre cinco de las principales organizaciones campesinas del país, Dhanna fue designada como representante nacional de la CLOC – Vía Campesina, red que nuclea a miles de organizaciones rurales de todo el continente. “Seríamos como lxs vocerxs de los espacios políticos de organizaciones campesinas latinoamericanas (…) en la representación de los derechos campesinos. En la ONU“, explica.

El nombramiento no sólo implica un reconocimiento a su militancia sino también un desafío inmenso: asumir la voz de sectores históricamente marginados en un escenario internacional. “Para Mendoza es una victoria ganada, ser parte de un cuadro de cuadros políticos nacionales latinoamericanos”, reflexiona con orgullo, aunque sin perder de vista el peso de la responsabilidad que asume.

El territorio como raíz y ancla

Pese a la proyección continental, Dhanna no despega los pies del suelo que la sostiene. En Agua de las Avispas, donde vive y trabaja en la producción caprina, encuentra su refugio y la base de su militancia. “Ya de por sí, ser una chica trans no te da trabajo y a esta edad… El campo, la producción, claro, es lo seguro que yo tengo para salvar las papas en las peores épocas”, señala.

Su familia es parte esencial de ese sostén. Con varios de sus hermanos desocupados por la crisis, el trabajo comunitario dentro de la casa y con los animales se reparte, en un esquema que mezcla ironía y necesidad. “Gracias a la pobreza, entonces a mis hermanos los han rajado a casi todos de los trabajos. Yo obviamente aprovecho y les digo: ‘Ay, no trabajás, me cuidás la casa, compartimos gastos’”, comenta entre risas.

Una agenda cargada de activismo y luchas

La nueva función continental se suma a una larga lista de responsabilidades que hacen evidente su compromiso político. Dhanna Moyano preside la cooperativa “El Avispero”, integra la comisión política de la CLOC – Vía Campesina, coordina el espacio feminista campesino indígena popular, forma parte del colectivo de la diversidad a nivel latinoamericano y también ocupa un lugar en la Mesa Ganadera de Mendoza.

Este último espacio, dominado por varones y patrones de campo, suele ser escenario de choques constantes. “Por eso muchos no me quieren, porque me he peleado con casi todos. Me encanta pelear con los machirulos”, reconoce sin rodeos.

Desde allí denuncia la falta de vacunas contra la brucelosis y la tuberculosis en el sector caprino, un riesgo sanitario que -afirma- el Estado desatiende. Cansada de la sobrecarga, analiza ceder algunos cargos. “Llevo seis mandatos dentro de la cooperativa. Necesito un descanso”, asegura.

Una victoria para la diversidad

El acceso de Dhanna Moyano a un cargo de representación continental es también un hecho inédito para la comunidad trans y la diversidad sexual. “Tenemos que entender que no somos parte de un sistema del capitalismo que tenemos que estar en una esquina todas las noches (…) Esa vara que dice el gobierno, ‘ustedes se mueren a los 40 años, claro, porque nos enferman, nos cagan a palos, nos secuestran. Eso tampoco se habla”, denuncia.

Desde su lugar, busca abrir caminos para que otras compañeras puedan ocupar espacios de liderazgo. Su ascenso político es leído como un faro de esperanza en un contexto donde la violencia contra personas trans sigue siendo brutal en la región. “La mochila es mucho más grande. Si acá en Mendoza peleo con los viejos oligarcas, ahí tengo que dar la discusión no solamente por mis compañeras del país, sino de toda Latinoamérica”, advierte.

Bronca, odio y coraje: el origen de su voz

Su discurso no nació de la academia sino de la experiencia directa de la injusticia. En Agua de las Avispas, la comunidad enfrenta la amenaza de la cárcel que crece sin freno, un basural a cielo abierto, fábricas contaminantes y 19 pozos petroleros. Allí, apenas 29 familias resisten en condiciones adversas.

“¿Por qué hay gente hablando por familias campesinas cuando no conocen el territorio? ¿Por qué un político habla de las comunidades indígenas cuando ni siquiera los ha visitado?”, cuestiona.

Frente al silencio de muchos, ella eligió dar un paso al frente: “Te tienes que agarrar de bronca, de odio y de coraje y pararte y decir ‘esto no es así’. Desde ahí empecé a ser quien soy”.

La política como decisión colectiva

Aún con su creciente exposición, Dhanna rechaza la idea de pensar la política en clave individual. Ante la posibilidad de una candidatura partidaria, responde con claridad: “Es una decisión que no la tomo personal sino colectiva. Si mi comunidad… si vamos a gastar energía en algo que no nos suma, no la desplumemos a la Dhanna ahí. Que replume para cuando haya que mandarla al frente en otro combate”.

Esa lealtad a la comunidad sintetiza el espíritu de su militancia: cada paso que da está atado al colectivo que la acompaña. Desde Agua de las Avispas hasta la ONU, la voz de Dhanna Moyano encarna la potencia de las luchas campesinas, feministas y trans que se abren camino en los territorios y ahora también en el escenario global

Fuente: La Vía Campesina

Temas: Defensa de los derechos de los pueblos y comunidades, Desigualdad, Feminismo y luchas de las Mujeres

Comentarios