La AGIP viola los Derechos Humanos en Ecuador

Idioma Español
País Ecuador

Es la cara amable del bello país, aquella de una multinacional que a cambio de un litro de aceite, una lata de atún, una bolsa de sal a por familia, alguna vajilla y una cantidad irrisoria de alimentos invade los territorios indígenas de los Huaroani en la Amazonia sud oriental ecuatoriana para explotar los recursos petrolíferos

Según la encuesta conducida por Paolo Crecchi publicada estos días en Secolo XIX, la Eni comete violaciones de los derechos fundamentales del hombre: el derecho a la salud, el derecho de las poblaciones indígenas de vivir en sus propios territorios ancestrales, la defensa del medioambiente. Es el “Eni’s Way”, música de Sting y publicidad en los periódicos de media Italia. Es la cara amable del bello país, aquella de una multinacional que a cambio de un litro de aceite, una lata de atún, una bolsa de sal a por familia, alguna vajilla y una cantidad irrisoria de alimentos invade los territorios indígenas de los Huaroani en la Amazonia sud oriental ecuatoriana para explotar los recursos petrolíferos.

El contrato firmado el 28 de marzo del 2001, con las huellas digitales de las comunidades indígenas, establece condiciones de una libertad total y la exención de toda responsabilidad para la empresa en caso de generar daños ambientales e impactos sociales; y constriñe a las poblaciones a un total sometimiento y dependencia económica (el “almuerzo escolar”) y cultural de la multinacional.

El Senador de los Verdes Francesco Martone presentará una interpelación parlamentaria al ministro de las Actividades Productivas, Antonio Marzano, para preguntarle por los números del contrato que la Eni ha hecho firmar a los indígenas Huaroani, obteniendo la explotación del yacimiento petrolífero en la Amazonia, mientras en Bruselas, la eurodiputada Marta Vincenti protestará oficialmente a nivel europeo. Los expertos en derecho internacional confirman que la Eni ha cometido la violación de los Derechos Humanos.

También los trabajadores de la Eni piden claridad sobre el procedimiento de la multinacional en Ecuador. En los próximos días la Asociación Ética Energética, a la cual se adhieren numerosos empleados de la Eni, organizará una rueda de prensa junto con A Sud para informar a la opinión pública de cuanto está sucediendo.

A Sud había denunciado ya en el 2001 la Inconstitucionalidad del contrato firmado entre los Huaroani y Agip, con ocasión de la Campaña contra la Construcción del OCP, un oleoducto de 500 kilómetros que atraviesa 11 áreas naturales frágiles y zonas con riesgo sísmico, volcánico e hidrológico, construido fuera de toda norma de impacto ambiental violando los derechos de las poblaciones indígenas campesinas.

La Eni participa en el Consorcio OCP con el 7,5%. Para garantizar una mayor producción y explotar la potencialidad del oleoducto la Eni ha debido intensificar y agilizar las perforaciones en el bloque 10 en la Amazonía ecuatoriana. Así se explican los contratos estafa “petróleo a cambio de tacitas”.

La CONAIE (Confederación Nacional Indígena Ecuatoriana), después de las movilizaciones de los ecologistas ecuatorianos e italianos, había denunciado la inconstitucionalidad y la evidente violación del Tratado 169 de la OIT.

Según la resolución del 5 de diciembre del 2002 del tribunal civil de Pichincha (Ecuador) en relación a la denuncia presentada por la CONAIE contra la Compañía Agip, “La Agip debe consultar e informar seriamente a la nación Huaroani sobre los planes y proyectos en su territorio y aceptar la decisión que tome la comunidad sea cual sea; con el objetivo de defender la supervivencia de los pueblos indígenas, durante las negociaciones y los contratos de cooperación entre la empresa petrolífera y la comunidad Huaroani o cualquier otra nacionalidad, debe intervenir como asesor un abogado del Estado y de la ‘Defensoría del Pueblo’.”

De cualquier modo, según el periodista del Secolo XIX, el acuerdo Eni-Huaroani está todavía vigente. Evidentemente “el Eni’s way” continúa aún en contra de la indignación general y la Constitución Ecuatoriana. Y continúa también, con fuerza la Campaña para denunciar la conducta de la empresa italiana de la Opinión Pública Internacional. A Sud en estos días ha respondido al llamamiento de la Comunidad Indígena Shuar Whashints y de la Comunidad campesina del Triunfo que viven al lado del bloque 10. Las comunidades humanas denuncian el estado de contaminación del ambiente, los daños a los cultivos, a los pastos y a la salud humana causados por el alto índice de contaminación y de la lluvia ácida provocada por las emisiones residuales de gas de la Agip en el Centro de Facilitación y Procesamiento.

A las denuncias de los habitantes, la Agip ha respondido presentando análisis del suelo, del agua y del aire que no presentaban trazas de hidrocarburos ni metales pesados.

A Sud ha sacado una muestra de tierra de las zonas indicadas de la comunidad como las más golpeadas por la actividad petrolífera. En los próximos días serán públicos los resultados en una rueda de prensa.

Enviado por Acción Ecológica, Ecuador

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