La argentinidad al palo: actividades de Techint y Repsol YPF en Perú

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El proyecto Camisea consiste en el traslado de gas natural y líquido de gas natural desde la selva, donde se encuentran los pozos de explotación del llamado Lote 88, hacia la costa peruana, donde se encuentran las plantas de procesamiento, a través de dos ductos que atraviesan diversos poblados de comunidades nativas y campesinas

Patricia Patrón, de la Asociación Civil Labor / Amigos de la Tierra Perú, cuenta acerca de las actividades de Techint y Repsol YPF en Perú.

¿Qué es el proyecto Camisea, a quiénes afecta?

El proyecto Camisea consiste en el traslado de gas natural y líquido de gas natural desde la selva, donde se encuentran los pozos de explotación del llamado Lote 88, hacia la costa peruana, donde se encuentran las plantas de procesamiento, a través de dos ductos que atraviesan diversos poblados de comunidades nativas y campesinas. El proyecto Camisea afecta principalmente a los pueblos indígenas asentados en las márgenes del Río Urubamba, en la Provincia de la Convención, Departamento de Cusco, ya que ha propiciado la disminución de los recursos para su subsistencia, como peces y animales de monte, y el cambio de sus estilos de vida con la introducción de nuevas costumbres como alcoholismo, consumismo, etc.

Desde que se iniciaron las operaciones de Camisea en agosto de 2004, el ducto de líquidos de gas natural ha tenido cinco fallas graves, lo que hace sospechar de la seriedad en la construcción de los mismos, poniendo en riesgo a toda la población asentada a lo largo del trazado, afectando a familias indígenas y generando contaminación de tierras y quebradas.

¿Quiénes están llevando adelante el proyecto?

El consorcio privado encargado de la explotación, procesamiento y exportación del gas natural del Lote 88 está liderado por la argentina Pluspetrol, y la empresa encargada de transportarlo de la selva a la costa es Transportadora de Gas del Perú TGP, que tiene como principales socias a Hunt Oil de Estados Unidos, y a Techint de Argentina. Techint es la empresa que se encargó de la ingeniería y construcción de los ductos de Camisea, de los cuales el ducto de líquidos de gas natural fue el que ha sufrido hasta el momento 5 fallas con consecuencias negativas sociales y ambientales.

El líquido de gas natural es llevado a la Planta de Fraccionamiento operada por Pluspetrol ubicada en Playa Lobería, zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional de Paracas, que es un sitio RAMSAR, incrementando los impactos ambientales negativos en esta zona. La razón por la que la empresa seleccionó esta ubicación ha sido reducir sus costos de inversión y no se tomaron en cuenta las precauciones ambientales. Inclusive se cambió la zonificación del lugar para permitir su uso industrial. Esta situación provocó que el ExIm Bank no financiara el ducto del proyecto por $ 145 millones dólares, sin embargo el BID sí aprobó un financiamiento por $ 75 millones a TGP.

Repsol Exploración Perú también forma parte del Consorcio privado de empresas liderado por Pluspetrol para la «explotación» de los yacimientos del Lote 88. A la vez, Repsol también está involucrada en el proyecto de exportación del gas de Camisea, ya que a través de Repsol Comercializadora de Gas S.A. (Repsol CG) se dedicará a comprar el gas de los Lotes 88 y Lote 56 (Camisea II) para exportarlo a México y a Estados Unidos. Es decir esta compañía es una de las protagonista en nuestra historia de dependencia energética.

¿Como se están organizando para luchar contra el proyecto?

El proyecto Camisea estaría afectando al país entero en la medida que no cumplirá con abastecer la demanda nacional y se priorice la exportación. Los beneficios de consumir internamente el gas son mayores, ya que la importación de combustibles para satisfacer la demanda interna en 8 años nos costaría a todos los peruanos aproximadamente US$ 60 mil millones, y las regalías que se obtendrían por su explotación en 18 años solo ascenderían a US$ 5 mil millones. Es decir seguiremos siendo un país con dependencia energética.

Por otro lado, la situación de las comunidades locales afectadas directamente es incierta, puesto que las empresas están ganando confianza de los líderes de base con quiénes tienen constante relación y establecen negociaciones directas. Asimismo, la empresa está entregando a los comuneros irrisorias sumas de dinero para explotar sus territorios indígenas. Sin embargo estas poblaciones se sienten favorecidas por recibir cualquier suma de dinero. Los fondos obtenidos por el canon (impuestos por explotación económica) no llegan directamente a las poblaciones más pobres.

Las comunidades nativas de la selva, en el área de influencia del Proyecto Camisea están organizadas en dos federaciones: el Consejo Machiguenga del Río Urubamba (COMARU) y la Central de Comunidades Nativas Mashiguengas (CECONAMA). Ambas sufren la presión de las empresas en las negociaciones asimétricas. Asimismo, la sociedad civil peruana ha formado el grupo Acción Ciudadana Camisea con la finalidad de lograr que el proyecto Camisea respete los derechos de los pueblos indígenas y que se generen verdaderos beneficios para todos los peruanos a partir del proyecto

¿Cuáles son las consecuencias del proyecto?

Lo que se puede ver es que el proyecto Camisea no es un proyecto que pretenda favorecer a los peruanos sino a empresas transnacionales a través de la exportación. De acuerdo a las declaraciones del ex ministro de energía y minas, Carlos Herrera Descalzi, «Camisea estaba concebido prioritariamente para consumo interno y evitar depender de la importación de energía en el actual contexto de crisis mundial». Actualmente, el gas se esta exportando y de forma paradójica, paralelamente estamos importando gas licuado de petróleo.

Se esperaba que Camisea ayudara a reducir las tarifas de electricidad y el precio de los combustibles para consumo doméstico y vehicular, y que propiciara la ndustrialización nacional, algo que no está sucediendo. Las cinco fallas de los ductos nos hacen dudar de la seguridad que tendría la extensión de los ductos en zonas urbanas, y existe el riesgo de que se produzcan nuevas fallas. La alteración de las formas de vida de las comunidades nativas es una consecuencia grave difícil de revertir.

Por otro lado, los impactos en la zona de amortiguamiento de la Bahía de Paracas se incrementarán con la ampliación de la Planta de Fraccionamiento anunciada por Pluspetrol. Es decir, habrá mayor tráfico marítimo de buques, mayor ruido submarino y mayor actividad humana, que en conjunto perturbarán el ecosistema, aumentando además el impacto visual negativo afectando el potencial turístico de la zona.

¿Algo que quieras agregar?

Que el Proyecto Camisea de como resultado un beneficio para el país está ligado a una voluntad política del gobierno peruano por salvaguardar nuestros intereses energéticos, a las comunidades nativas, a las poblaciones indígenas y al medio ambiente, y por asumir un rol regulador sobre las acciones de las empresas.

Fuente: Amigos de la Tierra Argentina

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