Los sindicatos campesinos, prudentemente optimistas ante las promesas agrícolas del nuevo gobierno

Idioma Español
País Asia

A principios de este mes, Lee Jae-myung, del Partido Democrático de centro-izquierda, ganó las elecciones presidenciales de Corea del Sur. Tras meses de agitación política, la victoria de Lee fue acogida con satisfacción por destacados sindicatos campesinos coreanos como una señal del deseo del pueblo de superar las divisiones internas.

En su discurso de investidura y en los anuncios políticos posteriores, el Presidente Lee hizo hincapié en la necesidad de una “responsabilidad estatal en la agricultura”, una agricultura resistente al clima y una mayor seguridad alimentaria. Pidió una nueva legislación que redefiniera el modo en que el gobierno apoya a lxs agricultorxs, los consumidorxs y los sistemas nacionales de suministro de alimentos.

Ya durante la campaña, en abril, Lee  dio a conocer un programa agrícola destinado a transformar Corea del Sur en una “potencia agrícola”. Prometió ampliar la agricultura inteligente y reforzar las redes de seguridad social para lxs agricultorxs.

Los medios de comunicación le citaron diciendo: “En medio de la crisis climática, la agricultura está en primera línea de la seguridad nacional, protegiendo la soberanía alimentaria y garantizando nuestra supervivencia. Iniciaremos un gran cambio en la política agrícola para mejorar la competitividad, salvaguardar los medios de subsistencia de lxs agricultorxs y crear nuevos motores de crecimiento para Corea”.

Su plan incluye indemnizaciones por catástrofes agrícolas, la expansión de tecnologías agrícolas inteligentes, ayudas a la jubilación y la asistencia social para lxs agricultorxs de edad avanzada, un aumento del presupuesto agrícola y de la red de seguridad de ingresos, y la reforma de la Ley de Gestión de Cereales para garantizar precios justos del arroz.

La Liga Campesina Coreana (KPL) y la Asociación de Campesinas Coreanas (KWPA) respondieron con un cauto optimismo. Aunque acogieron favorablemente algunos elementos de las propuestas, expresaron su preocupación por la falta de planes concretos de aplicación.

La promesa de la nueva administración de introducir una Ley de Soberanía Alimentaria ha llamado la atención. En declaraciones a IKP News, el presidente político de la Liga Campesina Coreana señaló que muchas de sus antiguas reivindicaciones aparecen ahora en las promesas del gobierno. En particular, la promesa de legislar una Ley de Soberanía Alimentaria refleja lo que denominó un cambio fundamental en la forma de entender la agricultura. Sin embargo, añadió que, dado que la mayoría de estas promesas siguen siendo abstractas, será esencial supervisar de cerca su aplicación.

Los sindicatos llevan tiempo advirtiendo de que los esfuerzos por convertirse en una “potencia agrícola” pueden conducir a un modelo impulsado por las exportaciones, a menudo reñido con la soberanía alimentaria. Por definición, la soberanía alimentaria es el derecho de las personas a alimentos sanos y culturalmente apropiados, producidos mediante métodos ecológicamente racionales y sostenibles, y su derecho a definir sus propios sistemas alimentarios y agrícolas. Da prioridad a las necesidades y los derechos de lxs productorxs y lxs consumidorxs frente a las exigencias de las empresas y el mercado, promueve la equidad intergeneracional y apoya el control local y democrático de los sistemas alimentarios.

Han Seung-ah, presidenta política de la Asociación de Campesinas Coreanas, también acogió con satisfacción la orientación propuesta. Señaló que, aunque sigue sin estar claro cómo la Ley de Soberanía Alimentaria abordará los derechos de lxs agricultorxs a la producción o los derechos de lxs consumidorxs a una alimentación sana, el mayor énfasis de la administración en la responsabilidad del Estado ofrece cierta esperanza.

No obstante, expresó su decepción por el hecho de que, si bien se reconoció la labor de las agricultoras, no se hicieron promesas concretas para abordar la desigualdad de género en las zonas rurales ni para ampliar las instituciones de apoyo específicas para las mujeres en la agricultura.

Las organizaciones de productorxs, entre ellas la Asociación Nacional de Productores de Ajo y la Asociación Nacional de Productores de Cebolla, también han reaccionado a las promesas políticas. Expresaron su esperanza de que la administración Lee tome medidas más firmes para la gestión de la oferta y establezca una red de seguridad estable para las explotaciones agrícolas. Durante años, lxs productorxs de ajo han hecho campaña contra el uso continuado por parte del gobierno de contingentes arancelarios bajos (TRQ) para importar ajo, argumentando que esta política deprime los precios locales a pesar de la suficiente oferta nacional. Dado que los problemas de precios crean tensiones entre productorxs y consumidorxs, estos grupos subrayaron la necesidad de un cambio en la política agrícola, que garantice una producción nacional estable por encima de la competitividad de precios a corto plazo.

Al mismo tiempo, los sindicatos de campesinxs han expresado su preocupación por las incoherencias del paquete político. Programas como RE100 y las “pensiones solares”, así como las propuestas para ampliar la agricultura inteligente y las fuentes de ingresos alternativas, podrían tener consecuencias imprevistas si no se aplican correctamente. Por ejemplo, las corporaciones que promueven la infraestructura de energía solar en tierras de cultivo, el agresivo impulso a las tecnologías de agricultura inteligente y el aumento de la dependencia de los ingresos no agrícolas corren el riesgo de dejar de lado la agricultura sostenible a pequeña escala.

Durante más de una década, los sindicatos campesinos coreanos se han opuesto a las políticas de agricultura inteligente, que consideran que permiten el control corporativo de la agricultura. Advierten de que las granjas inteligentes priorizan las soluciones de alta tecnología y la inversión de capital a gran escala, socavando las prácticas agroecológicas, las semillas tradicionales y los métodos de bajos insumos. A medida que los actores corporativos adquieren mayor influencia sobre los sistemas agrícolas, los pequeños agricultores temen perder autonomía, endeudarse y quedar atrapados en sistemas de explotación agrícola por contrato.

Tal y como recoge  IKP News, lxs líderes sindicales advirtieron de que, independientemente de lo prometedoras que puedan parecer las promesas, a menos que se produzca una transformación más profunda en la filosofía de la elaboración de políticas agrícolas, sigue existiendo el riesgo de repetir los errores del pasado, en los que la eficiencia y la productividad priman sobre la soberanía, la sostenibilidad y la justicia.

Este artículo incluye material de un reportaje de Jang  Su-ji para IKP News.

Fuente: La Vía Campesina

Temas: Agricultura campesina y prácticas tradicionales, Movimientos campesinos

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