Maíz: recipientario cultural, por Alonso Aguilar Orihuela

Mirando el celaje, el presidente del Comisariado de Bienes Comunales de la localidad y Coordinador del área de derechos indígenas de la Unión de Organizaciones de la Sierra Juárez(UNOSJO S. C.), Aldo González Rojas, dice: "cuando se siembra maíz, se echan cuatro granos por golpe"

SAN PABLO GUELATAO - El verdor de los maizales se prolonga hasta que el horizonte es cruzado por la Sierra Juárez y el sol, prendido de los cerros, sangra luz que anuncia la llegada de la oscuridad.

Mirando el celaje, el presidente del Comisariado de Bienes Comunales de la localidad y Coordinador del área de derechos indígenas de la Unión de Organizaciones de la Sierra Juárez (UNOSJO S. C.), Aldo González Rojas, dice: ?cuando se siembra maíz, se echan cuatro granos por golpe: uno para los animales silvestres, otro para los que les gusta lo ajeno, otro para los días de fiesta y otro más para consumo familiar. Los criterios de rendimiento, eficiencia y productividad occidentales son ajenos a la cultura zapoteca. El maíz no es un negocio, es el alimento que permite la supervivencia, que nos sustenta y nos alegra, por eso, antes de plantarlo, lo bendecimos para pedir una buena cosecha para todos. Desgraciadamente, se descubrió que en varias comunidades de la Sierra Juárez, los maíces nativos están contaminados por semillas transgénicas. Lo que a nuestros pueblos indígenas costó desarrollar miles de años, hoy las industrias que comercian con la vida lo pueden destruir en poco tiempo?.

La visión de los habitantes de los pueblos originarios sobre su entorno les ha permitido contemplar de una manera integral el maíz, no sólo como un grano básico en la alimentación de los mexicanos sino, sobre todo, como un recipiente de identidad necesario para el entendimiento de nuestra civilización.

Con el fin de propiciar la reflexión sobre los problemas que enfrenta el maíz actualmente y revalorar su importancia, los días 26, 27 y 28 de noviembre, coordinado por la UNOSJO S. C., se efectuó el Encuentro Maíz y Espiritualidad Indígena, en la cuna del Benemérito de América. En el encuentro, los ponentes hicieron énfasis en los mitos, leyendas, tradiciones y técnicas de cultivo que hay en las comunidades.

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Desde 2001, el gobierno federal reconoció la existencia de contaminación por maíz transgénico en los campos mexicanos. En aquel año fueron señaladas las entidades de Puebla y Oaxaca como zonas afectadas: ?en este momento, sabemos que en la Sierra Juárez hay contaminación de maíz por transgénicos pero el gobierno no está realizando acción alguna detenerla o revertirla?, reflexiona González Rojas.

El principal motivo para introducir maíz de este tipo a México es la promesa de mayores cosechas, sin embargo, según la investigadora Ana de Ita, el maíz transgénico no va a provocar ningún beneficio a los campesinos mexicanos debido a que al diseño genético que tienen se suma un herbicida que actúa, algunas ocasiones ?como la del maíz BT? contra una plaga inexistente en el territorio nacional, lo que convierte el grano en un ?maíz insecticida?, calificó De Ita, además de que la semilla es más cara que la del maíz criollo y deja en el suelo sustancias químicas biodegradables después de 280 días, agregó.

?El gobierno mexicano no ha tomado ninguna medida seria? para revertir la contaminación de los granos diseñados genéticamente ni para cancelar las importaciones que hace a Estados Unidos ?México es el segundo comprador más grande de maíz norteamericano, después de Japón?, afirma Ana de Ita.

La única ?medida relativa? por parte del gobierno federal es que DICONSA ?que fue acusado de propagar maíz transgénico a la población más numerosa de México: los pobres? ya no importa maíz desde el 2003, sin embargo, las importaciones de maíz por otras empresas no lleva ninguna regulación, requisito de etiquetado ni de segregación: ?es decir, se puede importar todo el maíz transgénico que se desee?, explica la académica.

La especialista continúa: ?en lugar de tomar medidas precautorias, lo que hace el gobierno mexicano es decir que va a levantar la moratoria que existe para la siembra experimental de maíz transgénico. También, firmó uno que le llamamos el TLC (Tratado de Libre Comercio) transgénico, un acuerdo sobre productos transgénicos con Canadá y Estados Unidos que disminuye las regulaciones y ni siquiera se apega a las exigencias del Protocolo de Cartagena?.

Asimismo, De Ita informó que el Poder Legislativo ?quiere aprobar una ley de bioseguridad que está en el congreso pero que es totalmente favorable para la industria y no a la protección de los campesinos ni se acoge al principio de precaución (que recomienda abstenerse de consumir productos elaborados con ese tipo de maíz hasta no realizar estudios que descarten el daño al organismo humano). Esto pasa porque la política sobre transgénicos en el país se regula por la Cibiogem que es una comisión interinstitucional formada por seis secretarías, actualmente, es presidida por la Secretaría de Agricultura Ganadería Pesca y Alimentación (SAGARPA) pero el director técnico es el doctor Víctor Villalobos Aramburu, que es un científico totalmente proclive a los transgénicos y siempre ha trabajado con un pie en la industria y un pie en el gobierno?.

Para la investigadora Silvia Riveiro, existe: ?un ataque a los pueblos del maíz, no al maíz?, evidente en los cada vez más imperativos condicionamientos que las empresas semilleras ponen a los campesinos para cultivar en sus campos un grano diseñado genéticamente.

El maíz genético es una ?biocontaminación?, consideró Riveiro quien llamó a campesinos, dependencias gubernamentales y sociedad civil a dimensionar en su justa medida el daño que significa la polución biológica en el país cuna del maíz y, más aún, en un estado donde se han hallado restos fósiles muy antiguos que prueban la ancestral domesticación del grano.

En alusión directa al Popol?Vuh, la investigadora dijo que el mundo actual se resume en la lucha de los hombres de barro ?con sentimientos? contra los hombres de madera ?calculadores? quienes tratan de imponer una lógica de mercado a una lógica de la naturaleza.

Además de la contaminación de maíz por transgénicos, otro factor que ha incidido tajantemente en la disminución de la siembra de maíz es la falta de recursos económicos en las comunidades rurales e indígenas del país, que obliga a la gente a migrar a Estados Unidos.

El fenómeno de empobrecimiento de la práctica cultural de la siembra es peligroso porque es en las comunidades indígenas donde existe la mayor cantidad de maíces criollos: ?si alguna variedad desaparece, con ella también desaparecen miles de años de tradición en las comunidades?, explica el comisariado de Bienes Comunales de la demarcación, quien ha asumido la responsabilidad de ser un guardián del maíz, en miras de proteger la biodiversidad de la región e incentivar su cultivo.

Fuente: Noticias Oaxaca, México

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