México, primer centro de origen de un cultivo contaminado por maíz transgénico; exige Greenpeace aplicar un plan de emergencia

Maíces criollos mexicanos sembrados en el sureste de nuestro territorio están contaminados con genes de maíz transgénico, reconoció Fernando Ortiz Monasterio, secretario ejecutivo de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem), durante una reunión llevada a cabo el 4 de septiembre pasado en las oficinas de dicha dependencia, reveló Greenpeace México.

Greenpeace, Boletín 174, 17-9-01
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En dicha reunión, en la que Greenpeace estuvo presente, se encontraban Pedro Bosh, de Pulsar; Sandra Piña, de AgroBio México; Lina Ornelas, de la Secretaría de Gobernación; Tomas Litian, de la Cámara de la Industria Azucarera; Dinora Pliego, de la Secretría de Salud y Luisa Montes y Carlos Berzunza, de la Semarnat, entre otros.

Ortiz Monasterio dijo tener información sobre la presencia de ADN proveniente de variedades transgénicas de maíz en variedades criollas de este grano, sembradas actualmente en Oaxaca. Es decir, que las variedades domesticadas y cultivadas durante miles de años por indígenas y campesinos mexicanos han sido contaminadas por alguna de las variedades de maíz transgénico disponibles en el mercado.

Además, el funcionario confirmó a Greenpeace que desde que tomó posesión de su cargo, el 20 de julio pasado, informó a las secretarías que conforman la Cibiogem (Agricultura, Medio Ambiente, Salud, Economía, Educación y Hacienda) sobre este hecho.

"Este hecho es realmente grave, se trata del primer centro de origen y diversidad de un cultivo -de los 3 que existen en el mundo- que es contaminado por organismos transgénicos. El maíz es un asunto de seguridad nacional; su contaminación por transgenes pone en riesgo la diversidad genética del grano y es una grave amenaza para la seguridad alimentaria del mundo. Greenpeace jamás hubiera querido dar esta noticia, especialmente porque desde 1999 había venido advirtiendo que esto podría ocurrir, con la esperanza de que el gobierno tuviera la sensatez de prevenirlo", afirmó Liza Covantes, coordinadora de la campaña de ingeniería genética de Greenpeace México.

Desde enero de 1999, cuando Greenpeace inició su campaña de ingeniería genética, señaló que era un grave riesgo para la diversidad de maiz mexicano que se estuvieran importando millones de toneladas de maíz transgénico procedentes de Estados Unidos sin ningún control. Bajo el argumento de que estos granos estaban destinados al consumo humano y animal y no a la siembra, autoridades tanto de la pasada administración como de la actual (Semarnap -Semarnat, Sagar-Sagarpa, Ssa, Secofi-SE, entre otras) desestimaron estos argumentos y han continuando solapando estas importaciones. En estos casi tres años, Greenpeace demostró que no hay control ni monitoreo sobre el grano que ingresa, que cualquiera lo puede comprar y sembrar.

"Lo que ha venido diciendo Greenpeace desde 1999 es ahora un hecho consumado. Las importaciones de este grano no sólo han acentuado la más grave crisis económica del campo mexicano, sino que ahora resulta que también han infestado nuestro patrimonio más importante", aseveró Héctor Magallón, coordinador de la campaña de consumidores de Greenpeace México.

"Hallar maíces criollos contaminados en Oaxaca significa que todo el territorio nacional puede estar ya infestado con maíz transgénico. Oaxaca no es un caso especial, es únicamente el caso del que se tiene noticia", dijo Magallón.

Greenpeace ha insistido en el hecho de que la introducción de plantas transgénicas amenaza los centros de diversidad. Las plantas silvestres y las variedades cultivables locales pueden adquirir las características de las plantas transgénicas y con ello alterar el reservorio genético del maíz, además de que los transgenes significan una ventaja sobre las plantas de su entorno, lo que puede causar graves desequilibrios en los ecosistemas. Cualquier liberación de plantas transgénicas en centros de diversidad, como semillas o como producto de importación para la industria, es una amenaza para nuestra herencia biológica, nuestras raíces culturales y la seguridad alimentaria mundial. Esta amenaza se ha concretado en apenas 3 años para el centro de origen del maíz.

Este hecho es reconocido por especialistas. En el documento: "Organismos vivos modificados en la agricultura mexicana: desarrollo biotecnológico y conservación de la diversidad biológica", elaborado por científicos mexicanos bajo la coordinación del Conacyt y la Conabio en abril de 1999 por encargo del expresidente Ernesto Zedillo, se reconoce el riesgo que representa la liberación de maíz transgénico en México: "...el maíz es una especie con polinización cruzada y abierta, y el viento es el principal vector del polen, por lo que está claro que los genes de maíces transgénicos se moverán a las variedades criollas o a parientes silvestres cuando entren en contacto con ellos. El teocintle puede crecer en las milpas y es compatible con el maíz; como recurso genético puede ser una fuente de variabilidad para el maíz y como maleza puede crear problemas productivos serios. Si el teocintle recibiera genes de resistencia a herbicidas podría convertirse en una maleza difícil de controlar."

Más adelante el documento señala: "... si el organismo vivo modificado (OVM) se cruza con variedades criollas, los genes transferidos pueden darle ventajas a la variedad receptora que la lleven a desplazar a otras de interés económico o a transferirle desventajas que la hagan desaparecer."

Por su parte, Rafael Ortega Paczka, especialista en maíz e investigador del Instituto Nacional de Investigaciones, Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), afirma que: "la contaminación del maíz criollo con genes de maíz transgénico puede generar un desequilibrio genético de los individuos y de las poblaciones contaminadas con efectos deleterios en el genoma de este grano."

"Además, si el transgene con el que se contamina a las variedades criollas de maíz le confiere características que no agraden a los campesinos y la contaminación continúa por generaciones, los campesinos dejaran de sembrar la variedad contaminada con lo que se perdería valiosa información genética."

Ortega Paczka añade: "aunque todavía no se determina que tan factible es que se contaminen los parientes silvestres o teocintles, de adquirir el gen de resistencia a herbicidas se convertirían en supermalezas y se incrementaría el uso de herbicidas con las negativas consecuencias ambientales que esto conlleva". Por esto, el investigador del INIFAP opina que: "el gobierno debe de dejar de subsidiar la introducción de paquetes tecnológicos, incluidos los transgénicos, de las empresas transnacionales ya que esto no beneficia a los campesinos mexicanos. Además, es indispensable que se etiqueten los productos que contienen OGM".

"México tiene el potencial para producir el maíz que consume. Se debe detener la importación masiva de maíz de Estados Unidos, gran parte del cual es transgénico, y renegociar esta situación en el marco del TLCAN", concluye Ortega.

La reserva genética de los cultivos garantiza el abasto de alimentos para la humanidad. Jack Harlan, botánico dedicado al desarrollo de cultivares en Estados Unidos, ha hecho énfasis en que la diversidad genética debe ser protegida, pues es fundamental para evitar una hambruna de dimensiones catastróficas.

Raúl Benet, director de Greenpeace México, abundó que en el hallazgo admitido por Ortiz Monasterio es necesario determinar responsabilidades de empresas y de autoridades relacionadas con las importaciones de maíz y los asuntos de bioseguridad.

Benet abundó que México no sólo tiene la responsabilidad ética e histórica de velar por este grano tan importante en nuestra cultura y en la alimentación mundial, sino que tiene un compromiso y una responsabilidad con la comunidad internacional para proteger los recursos genéticos de esta especie.

"¿Por qué las dependencias federales que desde hace meses saben del problema de seguridad nacional no han informado a la sociedad? ¿Qué medidas de emergencia están tomando para detener y remediar esta contaminación?", cuestión Benet.

María Colín, asesora legal de la campaña de ingeniería genética de Greenpeace México, señaló que el gobierno mexicano (representado por la Sagarpa) forma parte de la Comisión de Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura de la FAO, en la cual nuestro país está comprometido a garantizar la conservación y el uso sostenible de los recursos genéticos para la alimentación y la agricultura, así como la distribución justa y equitativa de los beneficios derivados de su utilización.

Otro acuerdo vinculante que México está infringiendo, explicó Colín, es el Convenio sobre Diversidad Biológica, cuyo artículo 8g dice que cada Estado miembro "establecerá o mantendrá medios para regular, administrar o controlar los riesgos derivados de la utilización y la liberación de organismos vivos modificados como resultado de la biotecnología que es probable tengan repercusiones ambientales adversas que puedan afectar a la conservación y a la utilización sostenible de la diversidad biológica teniendo también en cuenta los riesgos para la salud humana".

"Estos dos acuerdos fueron suscritos por México, lo cual significa que aunque no contemos con un marco regulatorio en bioseguridad, preciso y efectivo en el ámbito nacional, sí tenemos responsabilidades y compromisos ante la comunidad internacional, los cuales están siendo flagrantemente infringidos", agregó Colín.

Dada la gravedad de los hechos, el gobierno federal, responsable directo de esta situación, no puede continuar sumido en la negligencia. Greenpeace considera que las consecuencias ambientales, económicas, culturales y sociales de su proceder y lo que ha ocasionado requieren las siguientes medidas urgentes:

  • Aplicar inmediatamente el principio precautorio deteniendo inmediatamente las importaciones de maíz transgénico, mediante la solicitud de segregación del grano a los exportadores estadounidenses de maíz
  • Dar a conocer a la sociedad mexicana toda la información sobre estos hechos
  • Aplicar inmediatamente un plan de emergencia que comprenda:

*identificar y eliminar la fuente de contaminación
*elaborar un diagnóstico local (Oaxaca) y nacional de la situación
*remediar
*establecer instrumentos legales que impidan eventos similares en el futuro

  • Determinar la responsabilidad de las empresas y las autoridades relacionadas con las importaciones de maíz e involucradas en los asuntos de bioseguridad
  • Detener cualquier importación, utilización y movilización por territorio nacional de granos, semillas y otros materiales transgénicos (soya, algodón, canola, entre otros) ante la falta de un marco regulatorio y una política nacional en bioseguridad, bajo un enfoque integral y multidisciplinario, dada la incapacidad del gobierno para vigilar su uso adecuado y seguro
  • Ratificar el Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad
  • Que el gobierno mexicano emprenda acciones legales en contra de las empresas multinacionales productoras y comercializadoras de granos transgénicos, responsables de esta contaminación

Finalmente, Greenpeace llamó a la sociedad a tomar parte activa en la defensa de nuestro patrimonio biológico y cultural más importante; el maíz.

Estos son los comentarios y compromisos que Vicente Fox hizo como candidato a la presidencia en relación con los organismos transgénicos.

¿Permitirá usted la liberación al medio ambiente de organismos transgénicos o aplicará el principio precautorio que establece que "la ausencia de pruebas no representa la ausencia de riesgos", cuando existan posibilidades de riesgos?

La biodiversidad en México es patrimonio de la humanidad. Somos los mexicanos los depositarios de esta riqueza, por ello debemos de estar seguros de que la aplicación de nuevos desarrollos tecnológicos no ponga en riesgo esta riqueza, el equilibrio ecológico o la salud de la sociedad. Una de las cuestiones más preocupantes en este sentido es la incertidumbre sobre las consecuencias evolutivas resultado de las interacciones que establezcan estos OGM con los organismo silvestres. Otra cuestión relevante es las (sic) consecuencias en la salud, a largo plazo, como resultado del consumo de productos modificados genéticamente. Por tanto, impulsaremos legislación en la materia que controle, regule y norme las actividades de experimentación, comercialización, consumo y liberación de los OGM en territorio nacional.

Además de promover medidas preventivas que ayuden a valorar ex ante el posible impacto en el uso o aplicación de OGM's, promoveremos la difusión clara de la información pertinente a cada paso, para que la sociedad pueda conocer en qué circunstancias y bajo qué condiciones pueden ser usados estos elementos.

¿Considera que las políticas actuales, que han permitido la siembra de los cultivos transgénicos, representan una amenaza contra la biodiversidad y la seguridad alimentaria de los mexicanos?

Sin información y sin una legislación apropiada los productos transgénicos pueden representar una amenaza. Es necesario que al aplicar cualquier política que incida en el medio ambiente, se difunda la información que sustenta la decisión del gobierno, en donde se valoren los beneficios y posibles riesgos en la aplicación de la misma. El Gobierno federal no ha informado ni ha buscado que la población conozca si existen beneficios y si ellos representan algún riesgo para el medio ambiente y/o la población. En mi gobierno no habrá espacio para la duda, siempre se hablará con la verdad y se tomarán las decisiones que beneficien la población con su conocimiento y participación, sin poner en riesgo el patrimonio natural de los mexicanos. Reiteramos nuestra decisión de impulsar legislación en la materia que controle, regule y norme las actividades de experimentación, comercialización, consumo y liberación de los OGM en territorio nacional.

¿Permitirá que siga la importación de maíz transgénico con el riesgo que representa para las variedades criollas y los impactos económicos, sociales y culturales que esto representa?

El desarrollo de la ingeniería genética y de la biotecnología encuentran su plena justificación cuando son puestos al servicio de las mejores causas de la humanidad, en términos del desarrollo social y económico.

El gobierno de la Alianza por el Cambio establecerá mecanismos transparentes de información pública y reafirmará el derecho de la nación a restringir o negar la importación de cualquier producto que tenga la posibilidad de que estas mercancías representen un peligro para la población y el patrimonio natural, debido a las condiciones bajo las cuales fueron producidas. No se trata de un problema de comercio internacional, sino de un problema de regulación ambiental, por tanto, reitero mi compromiso de impulsar legislación en la materia que controle, regule y norme las actividades de experimentación, comercialización, consumo y liberación de los OGM en territorio nacional.

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