Paraguay: en defensa de la semilla, de la vida, soberanía y autonomía alimentaria

Idioma Español
País Paraguay

Con el lema "Mandu'a Ñane Mba'ere", que en el dulce idioma guaraní significa "Recordando lo que fue nuestro", se realizó el 19 de agosto, la "Feria de la Semilla y el "IV Festival de la Tradición" en la Escuela Agroecológica "San Juan", en la comunidad "Regina Marecos", en el distrito de Juan de Mena, Departamento Cordillera, Paraguay

MANDU'A ÑANE MBA'ERE

RECORDANDO LO QUE FUE NUESTRO

La Cooperativa Agroecológica, el Centro de Capacitación de Desarrollo Agrícola y la propia Escuela organizaron este evento en "defensa de la semilla, defensa de la vida, soberanía y autonomía alimentaria".

Participamos representando al Movimiento Mundial de Salud de los Pueblos, y compartimos con alegremia el homenaje que este grupo de sabios y valientes campesinas y campesinos le rindió a la Vida.

Se celebró con música, baile y teatro, se compartieron alimentos tradicionales, se intercambiaron semillas y se fortaleció la esperanza y la fe en este otro mundo posible que ya está amaneciendo.

Esta fiesta y la historia de esta comunidad, que recordamos brevemente a continuación, son una hermosa expresión de tan anhelado amanecer.

En la década del 80 las familias campesinas que alquilaban campos, se reconocieron como trabajadores sin tierra e iniciaron un prolongado período de lucha por sus derechos. Regina Marecos fue una pobladora reconocida como mártir en esta lucha.

En 1992 se obtuvo el asentamiento legal y de inmediato se fue construyendo una propuesta agroecológica superadora del modelo agroexportador, ya que su propósito, como fue expresado por las mismas familias campesinas, ha sido recuperar la tierra, no para adueñarse de ella, sino para pertenecerle.

Se trata de un desarrollo rural autosostenible desde la agricultura familiar campesina, una propuesta para el Paraguay y para el mundo

Nos emocionaron los discursos compartidos durante la feria, en ellos se reafirmaba la autonomía ganada al convertirse en generadores y cuidadores de su propia semilla. La semilla, que como lo expresó uno de ellos, es la Vidamisma.

Vimos cómo se realizaban los intercambios de semillas entre las numerosas comunidades que se dieron cita a esta fiesta de la vida.

Disfrutamos de las expresiones artísticas de su identidad cultural, y sobretodo, alimentamos nuestra alma y llenamos nuestro cuerpo de esperanza y alegría, con la auténtica hospitalidad y cariño de las comunidades campesinas.

Sandra Payán y moc.liamg@aimergelaatla

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