Represión a campesinos en Atenco. Para el estado mexicano no pasó nada

Idioma Español
País México

El 4 de mayo ocurrieron cosas graves en San Salvador de Atenco: represión brutal de la policía, torturas, violaciones. Sin embargo solo sancionaron a nueve policías rasos. El gobierno de Fox se lava las manos

Por los gravísimos incidentes del pasado 3 y 4 de mayo en San Salvador de Atenco, en las afueras de la ciudad de México, en los que la policía arrestó a más de 200 personas, torturó, abusó violó a mujeres campesinas y reprimió a trabajadores, la secretaría general del gobierno mexiquense exoneró a los altos mandos de la seguridad y sólo sancionó administrativamente a nueve efectivos policiales.

Cuatro jefes de destacamento y de grupo de la Agencia de Seguridad Estatal (ASE) cesanteados y cinco agentes suspendidos por tres meses, es la leve sanción resultante de las investigaciones por los actos violentos más de dos mil uniformados cometieron contra la población y que merecieron el repudio internacional.

Aquí presentamos un resumen de los hechos ocurridos en Atenco entre el 3 y 4 de mayo extraídos de la agencia Adital, y el diario La Jornada de México y el testimonio de una periodista chilena que fue deportada.

San Salvador Atenco es uno de los 125 municipios que conforman el Estado de México, colinda con el Distrito Federal y es una de las zonas más pobres del país. Sus habitantes son en su mayoría campesinos ejidatarios que se dedican principalmente a la agricultura de subsistencia y comercial.

El pasado 10 de abril, campesinos de la región llevaron sus hortalizas para venderlas en el mercado Belisario Domínguez; unos 100 policías municipales y 20 funcionarios del Ayuntamiento les impiden trabajar y los obligaron a retirarse.
Dos días después se produce un enfrentamiento al resistir a un desalojo. El 25 de abril, el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra recibe a “La Otra Campaña” que encabeza al líder del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el “delegado cero” y Subcomandante Marcos.

El 3 de mayo por la mañana un grupo de floricultores que se resisten a dejar sus puestos de venta, es desalojado en forma brutal por elementos policíacos municipales y estatales. Como resultado de tal acción se origina un enfrentamiento con las fuerzas policiales. En el día siguiente más de dos mil integrantes de la Policía del Estado de México y la Policía Federal Preventiva entran fuertemente armados al poblado de San Salvador Atenco. Y se enfrentan con un reducido grupo del Frente de Pueblos. Allí se producen vejaciones y violaciones a las mujeres y golpes brutales y torturas a los hombres, por parte de las fuerzas del orden.

Más de 200 personas fueron detenidas, de las cuales 189 son recluidas en el Penal de Santiaguito, cuatro son hospitalizados en el Hospital General de Toluca, cuatro menores son puestos en libertad por falta de elementos, nueve son remitidos al Consejo Tutelar Quinta del Bosque, en Zinacantepec, dos presos en el penal presos en el penal federal de La Palma y cinco extranjeros fueron deportados.

Una de esas personas, la documentalista chilena Valentina Palma, que vivía desde 11 años atrás en México, relata lo que vivió desde la madrugada del 4 de mayo en Atenco:
“Me dirigí a una de las guardias, donde los campesinos miraban en dirección a la manada de policías que allá a lo lejos se veía (…) Sentí miedo, ellos eran muchos fuertemente armados y los campesinos pocos y desarmados. En la pantalla de mi cámara veo como uno de los policías apunta y dispara hacia nosotros un proyectil que cuando llego a mi lado pude oler y sentir que era de gas lacrimógeno. Más y más gases lacrimógenos rápidamente fueron sepultando la calidez del olor a pan recién horneado y transformaron el angosto callejón en un campo de batalla. El aire era ya irrespirable y me fui a la plaza mientras las campanas sonaban con mas fuerza, por diferentes calles se veía a la policía a lo lejos avanzar. La poca resistencia que hubo por parte de los campesinos dejo de resistir ante el ataque de las fuerzas policiales que abruptamente se abalanzaron sobre los pobladores”.

Al ser detenida junto a otras personas, prosigue: “La camioneta encendió motores y en el camino fui manoseada por muchas manos de policías, yo solo cerré los ojos y apreté los dientes esperando que lo peor no sucediera. Con mis pantalones abajo, la camioneta se detuvo y se me ordeno bajar, torpemente baje y una mujer policía dijo: ‘a esta perra déjenmela a mí’ y golpeó mis oídos con las dos manos. Caí y dos policías me tomaron para subirme al bus en medio de una fila de policías que nos pateaban”.

Ya en la cárcel de Santiaguito, “Eran las dos de la tarde del jueves 4 de Mayo cuando ya estábamos dentro de las instalaciones del penal. Nos llevaron a un comedor y nos separaron a hombres y mujeres. En una esquina, en medio de llantos las mujeres nos contábamos las vejaciones de las que habíamos sido objetos. Una joven me mostró sus calzones rotos y su cabeza abierta llena de sangre, otra contaba que la habían llevado en medio de dos camiones mientras la golpeaban, vejaban y decían ‘te vamos a matar perra’.

Luego de trasladarlos a la estación migratoria de las agujas en el Distrito Federal mexicano le tomaron declaración y le hicieron preguntas tales cómo “¿conoces al EZLN?, ¿has estado en Ciudad universitaria?, ¿participaste en el Foro Mundial del Agua?, ¿conocías a los otros extranjeros detenidos?” para luego llevarla al aeropuerto y deportarla.

Brutalidad policial, abuso de poder, violación de los derechos humanos, impunidad de las fuerzas del orden, detenciones ilegales, deportaciones injustas, todo esto y más puede decirse, y quizá nos quedemos cortos, fue lo que pasó desde mayo hasta que ayer fueron sancionados, en un fallo casi risible, sólo nueve policías rasos o con escaso don de mando, “olvidándose” de la responsabilidad de las jerarquías de la Policía del Estado de México y de la ASE, y obviando la responsabilidad política de los funcionarios nacionales del gobierno de Vicente Fox.

"Nosotros no podemos fabricar culpables, pero tampoco vamos a generar impunidad. A estos (policías) se les encontró responsabilidad y por eso se les sanciona; la investigación continúa contra cinco efectivos más", se justificó Humberto Benítez Treviño, secretario general de Gobierno.

Por otra parte, integrantes del colectivo “Mujeres sin Miedo, Todas Somos Atenco”, calificaron las sanciones a policías de "una burla más" de las autoridades mexiquenses. "Parece que se quieren reír de nosotros, del dolor humano de las mujeres que fueron ultrajadas durante su traslado a la prisión de Santiaguito. Esto lo único que hace es ensuciar y enlodar más la imagen de México a escala internacional, por tratar de curar los abusos de esta manera", denunciaron.

Por último cabe destacar que ninguno de los nueve policías sancionados se relaciona con las 27 violaciones que se denunciaron ante organismos de derechos humanos. Por eso, en San Salvador de Atenco, no ha pasado nada.

Por Germán Gonaldi
Desde la Redacción de APM
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Fuente: APM - Agencia Periodística Mercosur, 13-6-06

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