Se seca el 60 % de las cosechas en Italia y España por el calentamiento global

Idioma Español
País Europa

La sequía en el sur de Europa amenaza con reducir la producción agrícola en Italia y España. La desertificación como tendencia en el mediterráneo.

El aumento de las temperaturas, el cambio de regímenes de sequías e inundaciones y su profundización en el mediano plazo es lo que amenaza la viabilidad de la agricultura y la civilización tal como la conocemos. Muchos científicos predicen que las olas de calor y la falta de precipitaciones como las de este año serán cada vez más frecuentes en todo el mundo a causa de la quema masiva de combustibles fósiles.

A causa de este cambio climático, el sur de Europa corre serio peligro de convertirse en un desierto según los escenarios de mediano plazo previstos por especialistas. La sequía que azota el sur europeo amenaza en lo inmediato con reducir la producción de cereales en Italia y partes de España a su nivel más bajo, en al menos 20 años y afectó a otros cultivos regionales, incluyendo aceitunas y almendras, entre otros.

Según datos oficiales, la primavera boreal del 2017 ha sido una de las más calurosas de las que se hayan tenido registro. Las olas de calor y su duración sitúan a España entre los diez países más cálidos del mundo. Lo dice una investigación publicada esta semana en la revista especializada Environmental Health Perspectives, en la que un grupo de científicos (en colaboración con el CSIC) ha estudiado los 18 países donde las olas de calor son más comunes (ver aquí). Para llegar a esta conclusión, han analizado su evolución entre 1972 y 2012.

Ubicación de las comunidades de estudio y días anuales de las olas de calor. La ola de calor fue definida por la temperatura media diaria ≥ 95º percentil de temperatura con duración ≥ 2 d.

En el Estado Español, el 14 de julio el termómetro marcó 46 °C. La racha de calor, sumada a la falta de lluvias, causará pérdidas de cosechas de cereales que podrían alcanzar al 60 % y 70%. También se pronostica pérdidas para los campos de olivos, con una caída del 50 al 60 %, mientras que se perderá un 23 % de la producción de almendras.

Mientras tanto, en Italia la sequía afecta a toda la zona de la llanura del río Po, de la que depende el 35 % de la producción agrícola nacional, afectando el cultivo de maíz y forraje que sirve de alimento a 650 mil cabezas de ganado lechero. En la región de Toscana se perdió ya el 50 % de la cosecha de trigo.

Otra consecuencia de la devastadora sequía que afecta a Italia ha sido el cierre de las fuentes de la capital, Roma, y la amenaza de cortes de agua para 1,5 millones de viviendas en esta ciudad italiana. Sin embargo, la ausencia de lluvia -la más prolongada en 200 años según reconocen las propias autoridades italianas- está pasando factura no sólo a la capital sino a toda la economía.

Un total de 10 regiones italianas se preparan para solicitar el estado de calamidad natural debido a la falta de agua y a la brutal plaga de los incendios, en un desastre sin precedentes que ya ha empezado a cuantificarse. La asociación de agricultores Coldiretti anuncia que los daños podrían superar, al día de hoy, los 2.000 millones de euros.

Fuente: La Izquierda Diario

Temas: Crisis climática

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