Un estudio revela la primera evidencia de la existencia de supermalezas modificadas genéticamente, por Steve Connor

La polinización cruzada entre plantas modificadas genéticamente y sus parientes silvestres es inevitable y podría crear supermalezas resistentes a los más poderosos herbicidas, de acuerdo a los resultados del primer estudio nacional sobre la forma en que pasan los genes desde los cultivos a las malezas

Un estudio nacional sobre transferencia genética realizado en el Reino Unido por científicos con la financiación del gobierno, detectó que la polinización cruzada entre plantas modificadas genéticamente y sus parientes silvestres es inevitable, y podría crear supermalezas híbridas, resistentes a los más poderosos herbicidas. El hallazgo fue publicado en la revista ?Science? el 10 de octubre de 2003.

Las supermalezas son consideradas una amenaza porque, en algunos casos, dichas hierbas podrían haber absorbido resistencia a los herbicidas de cultivos genéticamente modificados para ser tolerantes a los mismos.

La investigación, que incluyó el análisis de imágenes satelitales de las regiones rurales del país y el patrullaje de 300 kilómetros de riberas de río, revela que la hibridación es mucho más extensa y frecuente que lo que se había previsto

Según el doctor Mike Wilkinson de la Universidad Reading, quien dirigió el estudio, las barreras físicas, tales como las distancias de aislamiento (por ejemplo, zonas de amortiguación diseñadas para detener la propagación del polen de los cultivos modificados genéticamente en los campos no cultivados, podrían tener solamente un limitado impacto en la prevención de la hibridación. Esto significa que la hibridación en el Reino Unido ?es más o menos inevitable?.

A continuación, reproducimos el informe del periódico ?The Independent? del Reino Unido.

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Un estudio revela la primera evidencia de la existencia de supermalezas modificadas genéticamente, por Steve Connor

La polinización cruzada entre plantas modificadas genéticamente y sus parientes silvestres es inevitable y podría crear supermalezas resistentes a los más poderosos herbicidas, de acuerdo a los resultados del primer estudio nacional sobre la forma en que pasan los genes desde los cultivos a las malezas.

Las conclusiones del estudio aumentarán las preocupaciones por el impacto de los cultivos transgénicos. La semana próxima serán publicados los resultados de las pruebas en escala agrícola, que han explorado el impacto de tres tipos de cultivos en zonas rurales.

Los investigadores, financiados por el gobierno, dijeron que los últimos resultados contrastan con las evaluaciones anteriores sobre el flujo de genes entre cultivos agrícolas y malezas. Aquellos habían sugerido que el peligro de hibridación ? donde dos tipos de plantas efectúan una polinización cruzada para crear otra, por ejemplo una supermaleza ? era limitado. Las supermalezas son consideradas una amenaza porque, en algunos casos, éstas podrían absorber resistencia a los herbicidas desde cultivos GM creadas creados para ser tolerantes a los herbicidas.

Pero los resultados de la investigación, que incluyó el análisis de imágenes satelitales de las zonas rurales del país y el patrullaje de 300 kilómetros de riberas de ríos, revela que la hibridación es tanto más extensa así como también más frecuente que lo que se había previsto.

Mike Wilkinson, de la Universidad Reading, quien dirigió el estudio publicado hoy en la revista ?Science?, dijo que las barreras físicas tales como las distancias de aislamiento ? zonas de amortiguación diseñadas para detener la propagación del polen desde los cultivos alterados genéticamente hacia las zonas silvestres ? podrían tener solamente un limitado impacto en la prevención de la hibridación.

?Este estudio demuestra que las distancias de aislamiento reducirán el número de híbridos, pero no prevendrán la hibridación. Esto depende del nivel de hibridación que se considere aceptable, pero si lo que se pretende es prevenir por completo los híbridos, entonces las (distancias) superficies de aislamiento no son la solución?, dijo el doctor Wilkinson. ?La hibridación es más o menos inevitable en la situación en que se encuentra el país?, agregó el científico.

El estudio se concentró en colza oleaginosa no transgénica, y estableció cuán fácilmente se cruza con un pariente cercano, el colinabo (en inglés ?bargeman?s cabbage?), también llamado nabo silvestre (en inglés ?wild turnip?), el cual crece habitualmente a lo largo de las orillas de los ríos. Aunque la investigación se basó en la colza oleaginosa convencional, el doctor Wilkinson dijo que las conclusiones se aplicaban a cualquier flujo genético que pudiera producirse, en variedades de colza oleaginosa modificadas genéticamente, que fueran sometidas a prueba en zonas rurales.

?Nuestras conclusiones se pueden transferir directamente a casi todas las variedades de colza aceitera modificadas genéticamente?, dijo el especialista. ?Las únicas excepciones serán aquellas en que haya esterilidad masculina introducida en el cultivo?.

Los investigadores recorrieron el campo en busca de aquellos lugares donde el colinabo hubiese crecido cerca de los campos de cultivo de colza oleaginosa y usaron técnicas de ADN para evaluar si se había producido algún híbrido entre el cultivo y su familiar silvestre, como resultado de la transferencia de polen.

Los científicos, del Consejo de Investigación del Medio Ambiente Natural y el Centro por la Ecología e Hidrología de Dorset, calcularon la frecuencia de hibridación y la usaron para estimar el número de híbridos que podrían formarse anualmente a lo largo del Reino Unido. Concluyeron que de manera típica podrían producirse anualmente 32.000 híbridos en poblaciones agrestes (silvestres) de colinabos que crecen en las riberas de ríos, y más de 17.000 híbridos crecerían entre otra variedad de esta planta silvestre ?una maleza- que tiende a infestar los campos de cultivo. Esto representa una fracción relativamente pequeña de los 88 millones de plantas de colinabo silvestre que se estima crecerán a lo largo de las riberas de los ríos del país, pero si la hibridación incluyera un gen genéticamente modificado que les confiriese una ventaja sobre las otras ?malezas?, el híbrido podría propagarse rápidamente para pasar a ser una amenaza de supermaleza.

Un importante resultado del trabajo es que esto permitirá a los científicos calcular qué se necesita hacer para limitar la dispersión de genes y polen desde los cultivos transgénicos. Una posibilidad es convertir en estériles a las plantas macho, para que de esa forma no produzcan polen.

?Si nosotros conocemos cuántos híbridos debemos esperar, entonces podremos probar métodos que la gente pueda aplicar con la esperanza de prevenir la formación de híbridos. Para prevenir la formación de híbridos necesitan saber, en primer lugar, cuántos de ellos se deben esperar?, dijo el doctor Mike Wilkinson.

?Una de las principales razones para hacer el trabajo es que este tipo de datos representa para nosotros un punto de partida para construir modelos predictivos, que nos permitan anticipar cómo se comportarán específicamente los diferentes tipos de genes a lo largo del país?.

?Es importante saber cuántos híbridos hay que esperar, para saber qué tan eficiente tiene que ser su prevención. La pregunta clave es si el gen que contienen va a causar un cambio para el campo o no?, dijo el científico.

Aunque el último estudio contrasta con los trabajos previos que intentan predecir el flujo de genes entre cultivos agrícolas y plantas silvestres, el doctor Wilkinson dijo que los descubrimientos no fueron totalmente sorprendentes. ?El nivel de formación de híbridos está más o menos en relación con lo que nosotros esperábamos a nivel nacional?, dijo el especialista. ?Lo que nos ha sorprendido ligeramente es la variabilidad entre las regiones?.

Artículo en inglés

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