Uruguay: nuevos fondos para la forestación

Idioma Español
País Uruguay

Recientemente se conoció que el consorcio forestal-celulósico Montes del Plata, conformado por la empresa sueco-finlandesa Stora Enso y la chilena Arauco, vendió al administrador de fondos de inversión estadounidense GMO, 45.000 hectáreas de campo, en su mayoría forestadas, ubicadas en los departamentos de Tacuarembó y Rivera.

El grupo GMO, con sede en Boston, administra distintos tipos de fondos de inversión por el equivalente a US$ 110.000 millones, entre ellos dotaciones, fondos de pensiones, fondos públicos, fundaciones e instituciones culturales, así como fondos de inversión en deuda y acciones. Su filial Renewable Resources está enfocada en la administración de inversiones forestales. En Uruguay, GMO Renewable Resources controlaba 37.000 hectáreas (datos de Agenda Forestal 2009 de la consultora especializada Rosario Pou & Asociados) con plantaciones forestales en los departamentos de Rivera, Tacuarembó, y Cerro Largo.

El motivo de la venta a GMO sería que esas plantaciones de Montes del Plata están lejos de la fábrica de celulosa que el consorcio está terminando de construir en la localidad de Conchillas, departamento de Colonia. Según afirman testaferros de la empresa, los costos de transporte hacen inviable seguir produciendo la materia prima a esa distancia.

Si bien en el Uruguay ya existían fondos de pensión nacionales que habían invertido en plantaciones forestales, como es el caso de la Caja de Jubilaciones y Pensiones Bancarias, la Caja de Jubilaciones y Pensiones Profesionales Universitarios y la Caja de Jubilaciones y Pensiones Notariales, durante los últimos años han llegado a este sector fondos de pensión extranjeros dispuestos a invertir en el mediano y largo plazo en el sector forestal.

Tal es el caso del fondo de pensiones de los bomberos estadounidenses Dallas Police & Fire Pension Fund, administrados por la empresa Regions Timberland Group (RTG), fundada en 1981 en Atlanta, Georgia, Estados Unidos, una empresa pionera en inversiones forestales para inversionistas institucionales, que opera como unidad comercial del banco Regions Bank, con base en Atlanta. El grupo comenzó sus actividades en Uruguay en 2005, con la creación del fondo de inversión Southern Cone Timber LLC y la constitución de Taurion S.A. Posteriormente agregó el manejo de campos bajo titularidad de los fondos de inversión Criollo Madera (Monte Fresnos S.A) y Bosques del Sur (Ponte Tresa S.A). RTG también tiene registradas en Uruguay las firmas Monte Fresnos S.A y Ponte Tresa S.A. y creó los fondos de inversión Criollo Madera y Bosques del Sur. Según figura en el Plan General de Gesti&oa cute;n de RTG, la producción maderera de sus empresas está destinada a pulpa de celulosa, aserrado, energía y otros fines, tanto para exportación como para el mercado interno. (2)

All Pensions Group (Apg), uno de los mayores administradores de fondos de pensiones del mundo, tiene un fondo forestal y también está activo en Uruguay.

Según datos recogidos por REDES Amigos de la Tierra (3), Global Forest Partners (GFP), grupo inversor de Estados Unidos que administra fondos de pensiones a nivel global, es propietario en Uruguay de cuatro firmas forestales: Forestal El Arriero (con 26.000 hectáreas), Forestal Oro Verde (con 50.000 hectáreas), Forestal Tekoayhu (con 50.000 hectáreas) y Forestal Tierra Verde (con 14.000 hectáreas). El patrimonio de tierras en Uruguay de este grupo inversor totaliza las 140.595 hectáreas.

Otros actores que han adquirido importancia en el Uruguay como inversores del rubro forestal son los fondos forestales. Según el referido informe, entre esos fondos se cuenta Forestal Atlántico Sur, un fondo de inversiones forestales que surgió como una empresa mixta de capitales chilenos (Forestal del Sur) y uruguayos (Peter Lyford-Pyke). Comenzó a operar en Uruguay en 2006, especializándose en actividades comerciales con fines de exportación de madera astillada para la producción de pasta de celulosa. A fines del 2012, FAS compró 30.000 hectáreas de tierras en la región sureste del país y las instalaciones en Uruguay de la empresa española ENCE.

Según indican los inversores extranjeros, la plaza uruguaya les conviene pese a que veces "se cambia la legislación" en materia de tributación del sector, haciendo alusión a que hace dos años se aprobó un Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales que fuera derogado este año para ser sustituido por un Impuesto al Patrimonio.

Creando un clima favorable a las inversiones extranjeras

El clima de tratamiento de inversiones extranjeras en igualdad de oportunidades con las nacionales ha promovido no solamente la instalación de las principales empresas forestales del mundo sino también de varios fondos de inversión como GMO, RMK, GFP, FAS, entre otros.

Algunas de las medidas que favorecen la inversión extranjera en forestación son:

* Entre el 20% y 100% del monto invertido pueden descontarse del Impuesto a la Renta, según la tipificación del proyecto.
* El impuesto a la renta es de un 25%
* Se descuenta de Impuesto al Patrimonio los bienes muebles del activo fijo y obras civiles.
* Se descuenta el IVA de las compras de materiales y servicios para las obras
* Se exonera de impuestos a la importación de bienes muebles de activo fijo, declarados no competitivos para la industria nacional

Fuente: “Uruguay. Información sobre sector forestal e inversiones”, marzo de 2013, Rosario Pou & Asociados, ver aquí

En términos generales, consideran que invertir en el país es propicio porque es políticamente estable, con una elevada tasa de alfabetización y bajo grado de criminalidad, además de que las plantaciones se establecen sobre praderas, no entrando en conflicto con los bosques (4).

No obstante, esta última consideración pasa por alto que las plantaciones forestales industriales están afectando justamente el principal ecosistema del país – la pradera -, base de su sistema productivo, y que los monocultivos de árboles de rápido crecimiento ubicados en zonas de recarga de acuíferos y nacientes de ríos ponen en riesgo las fuentes de agua, como por ejemplo el caso del río Santa Lucía, que abastece de agua potable a Montevideo y su zona metropolitana.

Pero, ¿qué suponen este tipo de inversiones? En primer lugar que llegan nuevos actores a engrosar las filas no solamente de la industria forestal y celulósica sino también de los demás negocios a los que se vinculan los monocultivos industriales de árboles, volcando más y más dinero a la expansión de los monocultivos de árboles, a costa de las vidas y el futuro de comunidades y ecosistemas. Por otro lado, estos nuevos fondos de inversores anónimos, en algunos casos incluso ajenos al destino de sus aportes y ahorros recolectados en fondos privados que han ido desarticulando paulatinamente el carácter social de los mismos, se suman a los grandes actores financieros que profundizan la mercantilización de la naturaleza, convirtiéndola en un mercado cada vez más especulativo, concentrado y generador de injusticias y desigualdades. Las luchas de la s comunidades locales por conservar sus territorios, sus medios de vida, su identidad y su futuro deben hacer frente a un adversario inasible y sin rostro. Y ése es un nuevo desafío, frente al avance de la forestación que ya cubre más de un millón de hectáreas de suelo uruguayo.

Por Elizabeth Díaz, Grupo Guayubira, yu.gro.aribuyaug@ofni, http://www.guayubira.org.uy/

Notas:

(1) “Fondo de EE.UU. compró campos a Montes del Plata por unos US$ 140:”, Fabián Tiscornia, diario El País, ver aquí.

(2) Ver aquí.

(3) “Agentes Empresariales del Agronegocio”, Informe de Redes / Amigos de la Tierra Uruguay y Uruguay Sustentable, ver aquí.

(4) “MK Timberland Sets Sights On Brazil”, Institutional Investors, ver aquí.

Fuente: WRM

Temas: Agronegocio

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