"Ya vivimos el libre mercado en los '90 y desaparecieron 100 mil productores en el campo"

Idioma Español
País Argentina
Foto: Nicolás Pousthomis

La Mesa Agroalimentaria llevó su voz al debate en el Congreso por la Ley Ómnibus. Omar Príncipe (Bases Federadas) marcó el rechazo a la extranjerización de la tierra, la modificación del instituto de la yerba mate, la privatización del Banco Nación o la adhesión al convenio UPOV 91. "Presentamos las normas necesarias para frenar el proceso de concentración", recordó y reclamó "más diálogo".

Por Omar Príncipe – Bases Federadas / Mesa Agroalimentaria Argentina

Para cuidar a los pequeños y medianos productores, y a sus cooperativas, así como los territorios y las poblaciones rurales, y también la diversidad y acceso a los alimentos; el camino no es el desmantelando de normativas e institutos. Por el contrario, lo necesario es concentrarnos en una política integral de desarrollo rural.

Como organizaciones rurales, en la Mesa Agroalimentaria, tenemos un común denominador en nuestra historia institucional. Una es la representación y el reconocimiento, en todo el territorio, de miles de agricultores, campesinos, cooperativas, que nos acompañan e integran nuestras entidades. Productores pequeños, productores hortícolas, productores de fruta, productores de cerdo, productores de leche, tamberos, productores ganaderos, de trigo, de soja y de maíz. Por eso, en esa diversidad de producción agraria, nosotros decimos que somos el campo que alimenta.

La Mesa Agroalimentaria representa a esos miles de agricultores que producimos los alimentos en la Argentina para el consumo de los argentinos, pero también para la exportación y para el ingreso de divisas. Otro común denominador es el diálogo y las gestiones que tenemos de las distintas organizaciones durante nuestra historia y ahora como mesa con los gobiernos nacionales y provinciales de turno.

Algo muy importante es el trabajo y la articulación con el Poder Legislativo. Es el lugar, en estos 40 años de democracia, que tenemos y que estamos consolidando continuamente. Este es el espacio que tenemos las organizaciones para ser escuchadas, para debatir ideas, para proponer cambios, para crear normativas, para discutir proyectos de leyes que se puedan transformar en políticas de Estado. De esto tenemos ejemplos concretos como la Ley de Tierras, que se intenta derogar.

Por eso, cuando apenas se conoció el alcance del DNU y de la Ley Ómnibus, emitimos un comunicado rechazándolo. No se puede borrar de un plumazo instrumentos, leyes, normativas que llevan años de debate, años de opiniones, años de consultas. Leyes que se lograron con consensos de la mayoría de los partidos políticos. El libre mercado, sin Estado, es un beneficio para un grupo minúsculo de la sociedad y lo único que provoca es concentrar poder, concentrar riqueza, generar peleas de derechos adquiridos, generar pobreza.

En nuestro sector, ya vivimos el libre mercado en la década de 1990 y desaparecieron 100 mil productores, que todavía no pudimos recuperar. El proceso sigue con concentración y desaparición de pequeños y medianos productores en la Argentina. Por eso, desde la Mesa Agroalimentaria creemos que el impacto de estas medidas propuestas van a ser fuertísimas en los pequeños y medianos productores y en el movimiento cooperativo.

No estamos de acuerdo con las privatizaciones de las empresas públicas, especialmente en el Banco Nación, que es una herramienta financiera que sirvió muchísimo para los pequeños y medianos productores y para el movimiento cooperativo.

No estamos de acuerdo con la eliminación del Instituto Nacional de la Yerba Mate. Dependen de las políticas de este organismo 12.000 pequeños agricultores, 15.000 tareferos y 49 cooperativas.

No estamos de acuerdo con la derogación de la Ley de Tierras. La ley no es solo para la producción de alimentos, todos lo sabemos. Es un recurso, un reservorio de los bienes naturales, es el agua dulce de los minerales. En la Argentina hay 15 millones de hectáreas extranjerizadas, el 6 por ciento del territorio de la Argentina. Para algunos eso es poco, para algunos eso es poco…  ¿Ustedes consideran que se puede hablar de este tema tan importante en siete minutos? ¿Podemos derogar una ley de extranjerización de las tierras sin debatir, cuando costó años de trabajar con gobernadores y el mismo Congreso de la Nación? Esto no se puede hacer de golpe y sin un debate serio en el Poder Legislativo. Tampoco estamos de acuerdo con la derogración de la Ley de Fuego.

No estamos de acuerdo con la adhesión de Argentina al convenio UPOV 91. Es perder el derecho al uso propio de los productores agropecuarios. Es una ley hecha a medida de Monsanto-Bayer, sin ninguna duda. Nosotros como productores creemos que la tecnología se paga y se paga cuando se compra la semilla, pero no creemos que haya que patentar la vida, patentar la semilla. Esto es como si cualquiera de nosotros, cuando vamos a comprar un auto, pagamos la tecnología del auto, pero cada vez que apretamos el freno le tenemos que pagar a la tecnología del ABS. Es algo realmente irrisorio. Es mentira, es falso que faltan inversiones en materia de semillas por la no adhesión a la UPOV 91. En la Argentina, en los últimos años, se cuadriplicó la producción de granos tanto de soja como de maíz y de otros granos.

Foto: Nicolás Pousthomis

Sí hace falta que haya un Estado eficiente. Tenemos que fiscalizar la bolsa blanca —la semilla sin certificación—, que creo que es uno de los temas a abordar de aquí en adelante en el Poder Legislativo. Decimos no la derogación del Fondo Compensador Algodonero. Creemos que el camino es más diálogo, más debate, más propuestas y también un Estado eficiente.

Por eso desde la Mesa Agroalimentaria hemos presentado en el Honorable Congreso de la Nación cinco proyectos de ley para construir soberanía alimentaria y desarrollo nacional:

  • Ley de acceso a la tierra
  • Ley de arrendamientos rurales
  • Ley de protección y fortalecimiento de los territorios campesinos y la agricultura familiar
  • Ley de segmentación de las políticas impositivas agrarias
  • Ley de financiamiento y fomento del cooperativismo y la transición agroecológica

Estas son las normas necesarias para frenar el proceso de concentración, el despoblamiento de los pequeños y medianos productores, de la agricultura familiar y el movimiento cooperativo agrario. Somos los que, en realidad, estamos en emergencia. La producción, comercialización, industrialización y exportación en manos de agricultores está desapareciendo, quedando para los grandes capitales en forma de fondos de inversión, fideicomisos y pools de siembra.

Fuente: Tierra Viva

Temas: Agronegocio

Comentarios