Boletín Nº 11: Impactos de la guerra biológica contra las drogas

Boletín No. 11

12 de mayo del 2000

IMPACTOS DE LA GUERRA BIOLOGICA CONTRA LAS DROGAS

Estimad@s amig@s:

Tomando en cuenta que la COP se realizará en las próximas semanas, se ha emitido un informe para solicitar al Convenio de Biodiversidad una moratoria a los experimentos que se realizan con hongos para matar cultivos de narcóticos. En el boletín No. 6 les enviamos alguna información al respecto, hoy la complementamos.

Además se incluye un artículo que narra las dolorosas experiencias de algunos campesinos de la región de Río Blanco De Sotar, en Colombia, quienes fueron víctimas de un programa de fumigación aérea, y la indiferencia con la que las autoridades y responsables del programa respondieron a sus quejas

Fraternalmente,

Elizabeth

Ana Lucía

SUNSHINE PROJECT, SOLICITA AL CONVENIO DE BIODIVERSIDAD DE LAS NACIONES UNIDAS PONER ALTO A LOS EXPERIMENTOS PELIGROSOS CON HONGOS DE ESTADOS UNIDOS

(Hamburgo y Seattle, 2 de mayo 2000)

En un informe detallado, el Sunshine Project, una nueva organización sin ánimo de lucro dedicada a poner al descubierto los abusos de la biotecnología, hace un llamado a la reunión venidera del Convenio de Biodiversidad de las Naciones Unidas para ponerle alto a los experimentos peligrosos que Estados Unidos está llevando a cabo con hongos diseñados para matar cultivos de narcóticos.

El blanco: los países en desarrollo de Asia y las Américas

Diseñados para matar plantas de amapola, coca y marihuana, los microbios representan riesgos para la salud humana y la biodiversidad. Existe un peligro inminente de que un hongo altamente infeccioso será deliberadamente liberado en los centros de diversidad de los Andes y Amazonas. El hongo respaldado por los Estados Unidos ha sido usado de manera experimental contra la amapola y la marihuana en los Estados Unidos y en Asia Central.

Los hongos están dirigidos a cientos de miles de hectáreas de sembríos en los países productores de cultivos narcóticos en Asia Central, del Sur y del Sudeste, junto con México, América Central y del Sur. Treinta años después de uso intensivo de herbicidas tóxicos en la guerra de Vietnam (Agente Naranja), los Estados Unidos están planeando el uso de un agente biológico ("Agente Verde") en la Guerra contra las Drogas.

Ambientalmente dañino- Amenaza contra especies en peligro

Las cepas del hongo Fusarium oxysporum y Pleospora papaveraceae pueden infectar y matar plantas diferentes a la coca, amapola y marihuana en áreas ecológicamente sensibles de Asia y América.

Los investigadores del Departamento de Agricultura de Estados Unidos nunca probaron el alcance de infección del Agente Verde en especies de plantas nativas de los países a los que estaban destinados, incluido Colombia, actualmente el país número uno en la lista Estadounidense de sitos donde se planea usar los hongos. Solamente un número limitado de cultivos comerciales fue probado, lo cual constituye apenas una pequeña muestra de cómo los hongos podrían comportarse en las variadas y poco entendidas ecologías del mundo real donde éstos podrían ser usados.

"Los Estados Unidos están jugando a la ruleta rusa con la irremplazable diversidad biológica"' afirma Susana Pimiento Chamorro, abogada colombiana que trabaja con el Sunshine Project. "En Colombia, cuatro parientes cercanos de la coca ya han sido incluidos en la lista de especies amenazadas. El Agente Verde puede ser el último paso hacia su extinción".

Es bien conocido que algunas cepas de F. oxysporum pueden infectar muchas plantas diferentes, inclusive especies lejanamente relacionadas entre sí. Para evitar perturbar ecosistemas delicados en el Amazonas, Sudeste Asiático rural y los Andes, los hongos no deben ser liberados.

Una de las mariposas más preciadas del mundo las Agrias (Agrias sp.) dependen de parientes silvestres de la coca en el bosque húmedo del Amazonas. Plantas del género de la coca son los únicos hospederos de la mariposa, el único sitio donde las orugas jóvenes pueden alimentarse y madurar. El centro de especialización de estas hermosas y veloces mariposas, que en Brasil están catalogadas como especies amenazadas, es la región del Alto Putumayo, precisamente donde Estados Unidos pretende aplicar la dosis más pesada del hongo que mata la coca. Si el hongo ataca parientes silvestres de la coca, también le hará daño a las mariposas Agrias.

Aún más perturbador es el hecho de que cepas del Fusarium oxysporum son altamente tóxicas para animales y humanos. Los pájaros que se alimenten de semillas contaminadas están en peligro y el consumo de las hojas de coca - que es legal en Perú y Bolivia - puede representar una amenaza para la salud. "Fusaria pueden producir micotoxinas que son suficientemente letales para ser consideradas armas de guerra y que están catalogadas como agentes biológicos en el borrador del Protocolo de la Convención de Armas Biológicas y Tóxicas" afirma el doctor Jan van Aken, biólogo del Sunshine Project, "los investigadores de Estados Unidos no han probado en el Agente Verde la producción de estas micotoxinas letales".

Una vez liberados en el medio ambiente, los hongos letales no pueden ser recogidos. En efecto, el hongo de la coca parece haber escapado del alcance de los científicos cuando saltó a los lotes de control durante pruebas de campo en Hawai.

Rechazado en los Estados Unidos ? pero promovido en el exterior

El hongo ha sido claramente rechazado en los Estados Unidos, el mayor productor mundial de marihuana ilícita. El año pasado, la Agencia de Protección Ambiental de Florida se opuso enfáticamente y paró la propuesta de usar Fusaria. De acuerdo al director de dicha agencia "Es difícil, sino imposible, controlar la dispersión de las especies Fusarium. Los hongos mutados pueden causar enfermedades en un gran número de cultivos... Las especies de Fusarium son más activas en suelos cálidos y pueden permanecer en el suelo durante años".

Los altos funcionarios de Estados Unidos no han logrado obtener el respaldo financiero de otros gobiernos para el plan. Excepto por el apoyo modesto del Reino Unido al hongo que mata a la amapola, ningún otro país donante ha respaldado la idea. Sin embargo, esto no ha hecho que los guerreros de las drogas de Estados Unidos se abstengan de presionar a los países asiáticos y sudamericanos. A través de las oficinas del Programa de las Naciones Unidas para la Interdicción de Drogas se está ejerciendo presión especialmente sobre Colombia, a quien se le pide suscribir un convenio para pruebas de campo. Irónicamente, fue bajo el liderazgo de Colombia como las recientes negociaciones del Protocolo de Bioseguridad concluyeron con éxito, y el ministro colombiano del Medio Ambiente es el Presidente de la importante Comisión de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

Movimientos del Hongo pueden alcanzar a víctimas inocentes

De acuerdo con Edward Hammond, del Sunshine Project, "una falla obvia y flagrante en el plan es que los microbios no le prestan atención a los requisitos de pasaportes y visas. El hongo puede diseminarse sin tener en cuenta límites políticos, atacando potencialmente cultivos lícitos y países que no están de acuerdo con su uso".

Hay muchas víctimas potenciales. Los cultivadores industriales canadienses de cáñamo ya han expresado su preocupación respecto de los planes de Estados Unidos. Las aplicaciones del hongo de la coca en el sur de Colombia, por ejemplo, podrían desembocar en infecciones en Ecuador, Brasil o Perú (un productor legal de coca). El uso en Asia Central o Asia del Sur, por ejemplo en Afganistán, Pakistán o Turkmenistán podría llevar a pérdidas en la vecina India, la cual produce, bajo un estricto sistema de licencias, cerca de la mitad de la producción mundial de opiatos para uso farmacéutico. En el Sudeste Asiático, una gama de escenarios desastrosos se pueden prever, donde áreas de amapola de Birmania limitan con Laos, Tailandia y China, que produce opiatos para uso farmacéutico nacional.

Si la producción legal de opiatos en los países en desarrollo resulta afectada por la diseminación del hongo, productores industrializados como Australia; que ya ha sembrado una super potente amapola genéticamente modificada- podrían incrementar su participación en el mercado.

Amenaza al uso tradicional

También están en peligro los derechos de los pueblos indígenas que siembran los cultivos en la mira para usos tradicionales, no relacionados con las drogas. En Asia del Sur, la amapola es usada en la medicina tradicional y la planta es usada como forraje. La coca ha sido usada desde hace más de un milenio en la medicina tradicional desde Argentina hasta Colombia. Bajo el Convenio de Diversidad Biológica, a los pueblos indígenas se les reconocen derechos sobre su biodiversidad, incluyendo las plantas medicinales. Los pueblos indígenas que vivan cerca de donde el hongo será aplicado, pueden convertirse en víctimas inocentes de la Guerra contra las Drogas.

Posible Ingeniería Genética

Estados Unidos dice que las variedades de hongo que quiere usar en países en desarrollo no han sido modificadas mediante ingeniería genética. No obstante, Estados Unidos ha creado en sus laboratorios cepas de los hongos modificadas mediante ingeniería genética. Los científicos estadounidenses también han clonado genes de parientes de los hongos (cepas del Fusarium que ataca a la papa) con la posible intención de incrementar, mediante la biotecnología, la capacidad de morbidad de los hongos contra la droga. Una consecuencia de permitir ahora las pruebas y el uso de los hongos, podría ser la presión futura para que los países permitan hongos "mejorados genéticamente".

Se requiere con Urgencia Acción por parte del Convenio sobre Biodiversidad

Los gobiernos tienen una necesidad legítima de controlar los cultivos narcóticos, pero hacerlo mediante el uso de los microbios "Agente Verde" es totalmente equivocado y sienta un precedente alarmante. Si los gobiernos permanecen inmóviles mientras están siendo desarrollados agentes microbiológicos para atacar cultivos narcóticos, ¿de qué forma van a proteger su biodiversidad si se desarrollan otros microbios para atacar otros cultivos poco populares y controlados, como tabaco, kava, palma de betel, peyote, ayahuasca o lúpulo?

El Sunshine Project, que envió su informe a 500 delegatarios gubernamentales de más de 100 países, está sugiriendo varias opciones de acción para los gobiernos durante la Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) de las Naciones Unidas, a realizarse del 15 al 26 de mayo en Nairobi. Los delegatarios debieran adoptar una resolución solicitando detener el programa de los Estados Unidos y condenar el uso de cualquier microbio con el propósito de erradicar especies cultivadas. Dicha resolución no constituye un pronunciamiento en la política de las drogas; por el contrario, es una reiteración de los objetivos fundamentales del Convenio. El CDB no puede permanecer callado mientras un estado no Parte está desarrollando agentes para destruir deliberadamente componentes de la biodiversidad, especialmente plantas con usos legítimos y tradicionales.

El CDB también puede considerar estudiar el hongo dentro de su Programa de Agricultura, debido a los impactos del hongo sobre polinizadores y diversidad del suelo, ambas responsabilidades específicas del Convenio. Los gobiernos también podrán solicitar al Secretario Ejecutivo del CDB para que transmita urgentemente la visión del CDB al Programa de las Naciones Unidas para la Interdicción de las Drogas, el cual ha estado ayudando; en ocasiones de manera reluctante, en la implementación del programa en Estados Unidos.

Sobre el Sunshine Project

Para mayor información, (http://www.sunshine-project.org)

Una copia del informe del Sunshine Project sobre Agente Verde está disponible en nuestro sitio Web o mediante solicitud

Prensa Europea y Científica

Dr. Jan Van Aken
Hamburgo, Alemania
van.aken@sunshine-project.org

Tel: +49 40 431 88-001

Prensa política de las Américas, Asia

Susana Pimiento o Edward Hammond
Seattle, Estados Unidos
ehammond@sunshine-project.org spimiento@sunshine-project.org

Tel: +1 206 633 3718

Biotecnología y la Guerra contra las drogas:

Impactos de los agentes microbianos diseñados en contra de los cultivos de narcóticos

Los Estados Unidos, con poco apoyo internacional, está desarrollando y probando hongos y virus para matar plantas de opio, marihuana y coca. Este hongo fue diseñado para ser liberado en el ambiente en los programas de erradicación de cultivos, dando poca importancia a los impactos de este agente biológico en la salud humana y en el ambiente.

Inicialmente destinado para ser usado en las áreas de producción de droga en Asia y América, algunos de estos agentes se esparcen incontrolablemente, se quedan en el suelo por décadas, afectan a otros organismos y tienen graves consecuencias en la salud humana y animal.

El Sunshine Project cree que el desarrollo de estos agentes, da origen a ciertas preguntas con relación a los acuerdos internacionales sobre medio ambiente, agricultura y paz. Su uso puede exacerbar los problemas de la "guerra contra las drogas", aumentando los terribles costos ambientales y sociales ya existentes.

Un acción efectiva en contra de la adicción y tráfico de drogas requiere principalmente que se tomen acciones por parte de los gobiernos para tratar y reducir la adicción en los países consumidores. Las estrategias para controlar la producción de cultivos narcóticos juegan un importante rol dentro de esta política, pero para que sean efectivas necesitan responder a los principales factores socioeconómicos que incitan a los agricultores a sembrar cultivos narcóticos y deben ser consistentes con todas las obligaciones adquiridas a través de tratados internacionales.

Por: LARRY ROHTER

RIO BLANCO DE SOTAR, Colombia.- Los niños y sus profesores estaban en el jardín, dijeron, jugando fútbol y basketball y esperando que las clases empiecen, cuando

la neblina apareció. Al principio se agitaron, pero a medida que el avión se acercaba y una nube gris empezaba a fluir de sus alas, los profesores alarmados abalanzaron a los niños a sus clases.

En las dos semanas siguientes, una flota de aviones antinarcóticos que son parte del programa para erradicar los cultivos de amapola, auspiciado por Estados Unidos, volvieron aquí repetidamente. En varias ocasiones, los residentes han culpado a los aviones del gobierno de rociar edificios y campos, que supuestamente no eran objetivos, causando daños en la salud de los residentes y en otros cultivos.

"El piloto estaba volando bajo, por lo tanto no hay forma de que no haya visto a estos niños" dijo Nidia Majn, directora de la escuela rural básica "La Floresta", cuyos 70 alumnos fueron rociados en la mañana de ese lunes, el pasado mes de junio. "Nosotros no teníamos ninguna manera de prestarles primeros auxilios, por esto los enviamos a casa. Pero ellos tuvieron que atravesar campos y acequias que también habían sido contaminadas, por eso algunos se enfermaron".

De hecho, los líderes de este remoto pueblo indígena de Yanacona, situado en los altos Andes, afirman que decenas de otros residentes también se enfermaron durante la campaña de fumigación. Estas personas se quejaban de vómito, nausea, mareo, salpullido, problemas de la visión, y dolor de oído y estómago. También afirmaron que la irrigación dañó cultivos lícitos, minando los esfuerzos del gobierno para apoyar a los residentes que habían abandonado el cultivo de amapola.

Incidentes como este, no se limitan solamente a este pueblo de 5.000 habitantes, dicen los críticos en Colombia y en Estados Unidos, sino que han ocurrido en numerosos lugares de Colombia y están destinados a aumentar si el programa de fumigación se intensifica, como lo está proponiendo la administración de Clinton como parte del programa de ayuda urgente a Colombia de USD 1.6 mil millones.

Los críticos afirman que reciben frecuentemente informes de errores y abusos por parte de los aviones conducidos por pilotos Colombianos, los cuales ambos gobiernos - Estados Unidos y Colombia- han decidido ignorar.

Los funcionarios del Departamento de Estado niegan que se haya realizado una fumigación indiscriminada, un personero de la embajada estadounidense puntualizó que el reclamo de los residentes por las enfermedades es "científicamente imposible".

Pero para los líderes locales la situación ocasionada por la irrigación, es solamente una parte de la crisis. "La fumigación fue hecha en una manera indiscriminada e irresponsable, y no alcanzó su objetivo", dice Alberto Chincangana, quien era alcalde cuando ocurrió la irrigación. Dijo también: "El daño ocasionado al bienestar económico y físico de esta comunidad ha sido muy grave, y va a ser muy difícil para nosotros sobreponernos".

Él y otros líderes locales afirmaron que las personas estuvieron enfermas durante varias semanas luego de la fumigación, y en entrevistas realizadas, algunos residentes se quejaron de molestias permanentes. Dicen también que tres granjas piscícolas con más de 25.000 truchas fueron destruidas, y numerosos animales domésticos, en su mayoría pollos y cuyes murieron mientras otros como las vacas y caballos se enfermaron.

Además se fumigaron campos de fréjol, cebolla, ajo, papas, maíz y otros cultivos tradicionales, las plantas se marchitaron y murieron. Los líderes dicen que el resultado de esto fue que los proyectos de substitución de cultivos impulsado por el gobierno Colombiano fueron irremediablemente dañados y que los participantes de estos programas quedaron empobrecidos.

Aunque las irrigaciones en este pueblo han terminado, los pobladores temen que puedan reanudarse en cualquier momento, y que continúen en áreas vecinas ?como Guachicono- y anualmente en cualquier otro lugar de Colombia.

Los campesinos de la región cocalera de Caquete, situado al sudeste de esta comunidad, se quejaron el año pasado a un reportero sobre la devastación que causaron los aviones irrigadores a los cultivos que ellos plantaron después de abandonar la coca, quejas similares se conocieron de los campesinos de Guavire, otra provincia del este.

Claro está que las campañas de irrigación financiadas por Estados Unidos como ésta, tienen el objetivo principal de que el gobierno de Colombia vea reducir el cultivo de coca y amapola en una década. La flota del gobierno colombiano ha crecido, ha aumentado 65 aviones y helicópteros, los cuales vuelan todos los días, cuando el clima lo permite, desde tres bases.

El año pasado, la irrigación dio como resultado la fumigación de 104.000 acres de coca y 20.000 acres de amapola. A pesar de que estas operaciones fueron respaldadas por más de USD 150 millones de ayuda americana, la producción de heroína y cocaína en Colombia ha aumentado más del doble desde 1995.

En un intento de cambiar esta tendencia y debilitar la guerrilla y los grupos paramilitares, que son quienes están aprovechado del comercio de la droga y amenazando la estabilidad del país, la administración de Clinton está ahora urgiendo al Congreso para que apruebe un nuevo paquete de ayuda, el cual solicita un incremento de gastos en la erradicación de drogas así también como un incremento gigante para los programas de substitución de cultivos a USD 127 millones de 5 millones.

Algunos críticos como Elsa Nivia, directora de la organización Colombiana afiliada a la Red de Acción en contra de los plaguicidas, observa al trabajo de erradicación como peligroso y mal dirigido. "A estos pilotos no les importa si ellos fumigan escuelas, casas, zonas de recreación, fuentes de agua", dijo en una entrevista en las oficinas de la organización en Cali. Ella añadió "además, la fumigación sólo exacerba el problema de la droga al desestabilizar a las comunidades que están tratando de dejar los cultivos ilícitos y cultivar otros legales".

Aquellos quienes habían sido afectados directamente por la irrigación, señalan que la fumigación es contraproducente. En esta región cubierta de nubes, cascadas, ríos afluentes, bosques densos y profundas quebradas, el cultivo del opio se redujo voluntariamente a la mitad entre 1997 y 1999, a 250 acres, dijo el ex alcalde Chincagana. Afirmó también que de esta forma se iba a eliminar en su totalidad, hasta cuando las irrigaciones comenzaron. "Estabamos colaborando, y ahora la gente se siente traicionada por el Estado", se lamenta.

"La fumigación nos molesta muchísimo" dice Juan Hugo Torres, un funcionario de Plante -la agencia colombiana que supervisa los trabajos de substitución de cultivos- quien trabaja aquí con los agricultores. "Usted está construyendo confianza en la gente, ellos tienen esperanzas y luego la fumigación hecha todo eso a perder"

En una entrevista realizada en Washington, R. Rand Beers, el asistente estadounidense de la secretaría de Estado sobre narcóticos y leyes internacional, dijo que las fumigaciones aéreas son estrictamente monitoreadas y los objetivos se escogen cuidadosamente. Él dice que el programa de fumigación esta diseñado de tal manera que los pilotos "no deben estar de ninguna forma cerca de proyectos de desarrollo alternativo" y "que los funcionarios que están en el aire y en la tierra deben estar equipados con instrumentos geográficos que señalan donde se están desarrollando esas actividades". "Sí esto sucedió, el piloto quien conducía esta misión debe ser sancionado" dijo el Sr. Beers, en relación a las acusaciones específicas hechas por los pobladores "Esto no debía haber pasado".

Pero el área que se fumigó es un terreno montañoso con remolinos de viento, donde los cultivos ilícitos y las alternativas legales crecen juntos, dificultando así la exactitud de la fumigación. Y en otros lugares, los pilotos están obligados a volar más alto de lo aconsejable por temor de ser alcanzados por disparos de las guerrillas, cuyas guerras son alimentadas por las utilidades del comercio de drogas.

De la misma forma que se contestaron las quejas por enfermedad, el funcionario de la embajada de Estados Unidos quien supervisa el programa de irrigación dijo en una entrevista en Bogotá que el glyfosato - ingrediente activo del pesticida que se utiliza ? es menos tóxico que la sal de mesa o la aspirina. Denominándolo como "el herbicida más estudiado en el mundo" dijo que se había probado su inocuidad en la vida humana y animal y denominó a las protestas de los pobladores como "científicamente imposibles". Asegura que "el ser irrigado no enferma a la gente porque esto no es tóxico para los seres humanos". El glifosato no contamina el agua y no deja residuos en el suelo", y añadió, entonces "si ellos están diciendo lo contrario, para ser honesto con usted, están mintiendo, y podemos probar esto científicamente".

Sin embargo, en un acuerdo fuera de la corte en el Estado de New York en 1996, Monsanto ?una compañía líder en la producción de herbicidas basados en glifosato, aunque no necesariamente idénticos a los utilizados aquí, acordó retractarse sobre la pretensión de que el producto es "seguro, no tóxico, inofensivo y libre de riesgos". La compañía firmó una declaración en la que aceptaba que son procedentes los reclamos que dicen que no es preciso afirmar que Roundup no es transportado o filtrado en el suelo porque el glifosato puede moverse a través de ciertos tipos de suelo bajo algunas condiciones, luego de su aplicación.

En Estados Unidos, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) ha aprobado el glifosato para la mayoría de usos comerciales. No obstante, el propio estudio de recertificación de la EPA publicado en 1993 señala que "en California, donde los médicos están obligados a reportar el envenenamiento con pesticidas, se ubicó al glifosato en tercer lugar entre las 25 causas más importantes de enfermedad o daño debido a pesticidas", en un periodo de cinco años, en los ochentas, causó principalmente irritación de los ojos y en la piel.

Además, las etiquetas de los productos que contienen glifosato como el Roundup que se vende en Estados Unidos, advierte a los usuarios de "evitar la aplicación directa a cualquier extensión de agua". Las instrucciones también previenen a los usuarios de que ellos "no deben aplicar este producto de forma tal que tenga contacto con trabajadores u otras personas, ni directamente ni a través de corrientes de viento o aire" y previene que "solamente las personas que tengan la protección adecuada pueden estar en el área durante la aplicación".

El doctor encargado del centro de salud local, Iván Hernández, fue transferido recientemente y no pudo ser localizado para que comente sobre los impactos de la fumigación en la salud de los residentes. Gisela Moreno, una auxiliar de enfermería, se negó a hablar con un periodista diciendo " nosotros hemos recibido instrucciones de no hablar con nadie sobre lo que pasó aquí". Cuando se le preguntó sobre el origen de tal orden, contestó: "Desde arriba, de las altas autoridades".

Aquí, en Rioblanco de Sotar, media docena de pobladores locales afirmaron haberse sentido muy enfermos luego de la fumigación, tanto que viajaron 55 millas en bus para recibir asistencia médica en el hospital San José en Popayán, provincia del Cauca. Ahí fueron atendidos por el Dr. Nelson Palechor Obando, quien dijo que fueron atendidos por los mismos síntomas que más de dos docenas de pobladores locales describieron a un periodista independiente, en entrevistas recientes.

"Ellos se quejaron de mareo, nausea y dolor en los músculos, articulaciones y algunos tenían también salpullido" Dijo "Aquí no tenemos los mecanismos científicos para probar que sufrieron envenenamiento por pesticidas, pero los síntomas que ellos mostraban eran ciertamente compatibles con esta condición"

Puesto que esta es un área de espantosa pobreza, donde la mayoría de la gente reúne con dificultad algo para su subsistencia de la agricultura, no hay estigmas ligados a los cultivos de amapola, y aquellos quienes la plantan lo admiten libremente, no obstante aquellos que dicen nunca haber cultivado esta planta afirman que sus campos también fueron fumigados y sus cultivos destruidos.

"Ellos fumigaron en cualquier lugar, sin hacer ningún esfuerzo para distinguir entre papas y amapola", se quejó Oscar Cern, un agricultor de 32 años. " Nosotros incluso pudimos oír sus transmisiones de radio en FM, las órdenes dadas desde tierra, refiriéndose a nosotros en forma vulgar".

Otros agricultores dicen que las corrientes de aire que constantemente forman remolinos bajo los 14.885 pies del volcán Sotar, en cuyos costados se asienta este pueblo, llevaron el herbicida sobre las tierras plantadas con cultivos legales. "Una ráfaga de viento puede llevar el veneno a los campos adyacentes, por lo tanto éstos pueden ser más dañados que los campos que eran el objetivo original, a los cuáles deja en algunas ocasiones intactos". Explica Fernando Hormiga.

En los Estados Unidos los usuarios de glifosato son específicamente advertidos de "no irrigar el producto cuando los vientos estén huracanados o bajo cualquier otra condición que favorezca el movimiento". Las instrucciones de uso también dicen que "se deben mantener zonas apropiadas de amortiguamiento" para prevenir la contaminación de áreas vecinas.

Una vez que se habló sobre las enfermedades que produjo la fumigación, los precios de la leche, el queso y otros productos que son el soporte principal de la economía local, bajaron más de la mitad. " Se rumora que la tierra está contaminada, entonces nosotros no estamos bajo las órdenes de afuera y el intermediario puede ahora poner su propio precio" Dice Fabin Omn, agricultor y concejal del pueblo.

Peor aún, el gobierno y las instituciones privadas de crédito están sin embargo solicitando que se paguen los préstamos hechos para los proyectos de substitución de cultivos como las granjas piscícolas, aunque éstas mismas empresas han sido destruidas.

Cuando le preguntamos a Alba Luca Otero, Directora de Plante de la provincia del Cauca, sobre las implicaciones de la falta de una política integrada, expresó con fustración: "El Estado es una sola entidad , pero nosotros trabajamos en un lado y los que están realizando la fumigación en otro". Dijo que: "Debería haber coordinación pero el poder central toma las decisiones sin consultarnos".

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