Boletín Nº 18: Ayuda alimentaria y transgénicos

Boletín No. 18
Quito, 3 de julio de 2000

Estimad@s amig@s:

Queremos abordar en esta entrega el tema de las ayudas alimentarias al Tercer Mundo y los alimentos transgénicos.

A continuación anexamos una serie de artículos que hacen referencia sobre todo a la situasión en Africa: Un artículo de Declan Walsh, un resumen de una carta enviada al mismo diario por Norman Borlaug, Premio Nobel de la Paz en1970, y la respuesta dada por Wally Menne de Durban, South Africa.

Aunque el Africa es la región del mundo que indudablemente sufre de mayores desastres ambientales (sequías e inundaciones), la "ayuda alimentaria" llega a otras regiones del Tercer Mundo. Por ejemplo, a Ecuador llegó una carga de soya transgénica como un préstamo no reembolsable a través del "Comodity Credit Corporation" para alimentación de pollos. En Bolivia, Perú y Ecuador hay programas de desayunos escolares para niños de escasos recursos económicos, donde se distribuye alimentos donados por los Estados Unidos (incluyendo soya y maíz).

Es importante meditar sobre el tema de las ayudas alimentarias, sobre todo en época de desastres ambientales, pues es válida la pregunta si son los productos que envian los países ricos lo que más requiere en ese momento el país. ¿Cuáles serán los impactos de los alimentos transgénicos en una población famélica, que tiene sus defensas muy bajas? ¿No es acaso esta una forma de subsidiar a los agricultores de Estados Unidos, que no tienen donde colocar sus productos transgénicos?

Estos problemas se aumentarán con la aguidización de los Cambios Climáticos en el mundo que traerán consigo más desastres ambientales, pero también por la creciente crisis económica que vive la mayoría de nuestros países, crisis que obliga a los campesinos a abandonar el campo, o a producir para otros. Al abandonar nuestra soberanía alimentaria, nos convertimos cada vez más en países importadores de alimentos o dependientes de la ayuda alimentaria.

AYUDA ALIMENTARIA Y TRANSGENICOS

ESTADOS UNIDOS ENCUENTRA UN MERCADO PARA ALIMENTOS TRANSGENICOS: LOS HAMBRIENTOS

Los agricultores de Estados Unidos, que están enfrentado una batalla debido al rechazo existente a sus alimentos genéticamente modificados, tienen aun un mercado incuestionable: las ayudas de emergencia dirigida al mundo hambriento y desplazado.

El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos está exportando cientos de miles de toneladas de maíz transgénico al Tercer Mundo, a través de las Naciones Unidad y las agencias de ayuda americanas. La ayuda es el último mercado de exportación no regulado que está abierto para los agricultores de los Estados Unidos mientras que los consumidores de Europa y el Asia imponen estrictas regulaciones para la importación y etiquetado de estos alimentos.

El año pasado, los Estados Unidos donó 500.000 toneladas de maíz y productos de maíz por un valor de $111 millones de dólares (lo que equivale a £70 millones de libras esterlinas). Se puede decir con cierta seguridad que el 30% de esa ayuda fue de alimentos transgénicos, de acuerdo al USAID, el ala de ayuda al desarrollo del Gobierno de los Estados Unidos.

Se dieron contratos muy lucrativos a algunas comercializadoras de granos como Archer Daniels Midland (ADM) y Cargill, las que ganaron un tercio de todos los contratos por volumen el año pasado. Si se incluyen otras ventas, Cargill y ADM ganaron contratos para ayuda alimentaria por una cantidad de al menos 140 millones de dólares el año pasado. El Programa de Alimentación de las Naciones Unidas recibió alrededor de la mitad de las donaciones de maíz de los Estados Unidos.

Pero las Naciones Unidas no sabe cuánto de la ayuda recibida es genéticamente modificada; tampoco tiene una política sobre este tema. Una funcionaria del Programa de Alimentación de las Naciones Unidas en Nairobi dijo que ellos tienen muchos problemas que enfrentar, y que el tema de los transgénicos está al final de la lista. El Programa Mundial de Alimentación recibe donaciones de alimentos sólo cuando reúnen todos los estándares de seguridad del país donante, añadió ella.

Los estándares de seguridad han sido fuertemente rebatidos por otros, como Elfrieda Pschorn-Strauss de la organización de Africa del Sur, Biowatch. "Africa está amenazada de convertirse en el tarro de basura del mundo". Los Estados Unidos no necesitan sembrar, tampoco donar cultivos transgénicos. Donar alimentos no evaluados y semillas no es un acto de benevolencia, sino un intento de atrapar al Africa en un estado de mayor dependencia de la ayuda externa, dijo ella.

La exportación de cultivos transgénicos debe ser algo sobre lo que el Programa Mundial de Alimentos debería estar muy preocupado, dijo Li Lin Lim de la Red del Tercer Mundo de Malasia. Ella dijo que es muy posible que las políticas de las Naciones Unidas hayan sido influidas por su dependencia de los Estados Unidos.

El año pasado, Estados Unidos contribuyó al Programa Mundial de la Alimentación con 711 millones de dólares, casi la mitad de su presupuesto global. La Directora Ejecutiva del Programa es Catherine Bertini, una ex-funcionaria del Departamento de Agricultura proveniente de la región del cinturón del maíz en Illinois.

El retroceso masivo en contra de los cultivos transgénicos en la alimentación occidental empezó el año pasado en Europa y se esparció al Japón y a los Estados Unidos. Algunas multinacionales como McDonald's y Heinz han prohibido ingredientes transgénicos en sus productos y en la Unión Europea se ha introducido una moratoria de dos años a las importaciones de transgénicos. En el Canadá se han aprobado regulaciones estrictas en el etiquetamiento y exportaciones de cultivos transgénicos a inicios de este año. El Dr. Tewolde Gebre Egziabher de Etiopía lideró un grupo de países del Tercer Mundo en una lucha para que haya regulaciones más estrictas. "Es posible que algunos países que están en medio de una crisis no pueden decir "Este cultivo está contaminado, no vamos a aceptarlo", dijo. "Ellos enfrentan el dilema entre alimentar a millones de personas que sufren de hambre hasta la muerte o permitir que su pool genético se contamine".

Pero argumentos esotéricos como la construcción genética de una bolsa de granos significa poco para aquellos gobiernos en los que la ayuda alimentaria es una cosa de vida o muerte.

Unas 4.000 personas habían llegado a Kafurumaye, un pueblo en el borde de los vastos bosques al Este del Congo. Ellos son parte de un pueblo de más o menos 130.000 personas que han sido desplazadas por ataques militares dentro de la guerra civil que vive el Congo. Ninguna agencia de ayuda les ha visitado todavía. El debate sobre los alimentos transgénicos para ellos es inexistente. El Jefe del pueblo dijo: "Nosotros no tenemos suficientes alimentos, ni siquiera utensillos para cocinar".

El Congo es sólo uno de los muchos países donde las agencias de desarrollo han enfocado sus programas de ayuda: hay países en severa crisis como Burundi, Angola, Mozambique y Sudan.

Una funcionaria del departamento de comunicaciones del Programa Mundial de Alimentos, Brenda Barton, estuvo tan impresionada por las hambrunas de 1998 en el sur de Sudán, que ella alimentó a un par de gemelos famélicos con su propio pecho. "Sería una pretensión decir que los alimentos transgénicos es un tema de importancia para esta gente" dijo ella. "Cuando la gente se está muriendo de hambre, no le pregunta a uno de donde viene la comida".

Tomado de un artículo de: Declan Walsh

The Independent, 30 Marzo 2000

LLEVANDO EL DEBATE DE LA AYUDA ALIMENTICIA Y LOS TRANSGÉNICOS AL AFRICA: ¿NOS HEMOS VUELTO LOCOS?

Norman Borlaug

Abril 10, 2000

Carta abierta al Director

The Independent newspaper

London, UK

Estimado Señor

Mi nombre es Norman Borlaug. En los últimos 56 años he trabajado como científico agrícola para elevar la productividad agrícola en países con bajos ingresos y con déficit alimentario. Durante un viaje a Nigeria, Malawi y Mozambique, encontré el artículo del The Independent, del 30 demarzo del 2000 escrito por Declan Walsh en Nairobi, con una fotografía de un sudanés cerca de la muerte y un saco de comida, la mayoría transgénica, donada por el programa de alimentación de las Naciones Unidas.

El artículo del Sr. Walsh's suguiere que hay una conspiración entre el Gobierno de los Estados Unidos y el Programa de Alimentación de las Naciones Unidas para llegar con los productos transgénicos a un mercado incuestionable que son los pobres y desplazados. Esto es injusto.

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Unos 400 millones de toneladas de alimentos entran en el comercio global. Sin embargo hay sólo 12 naciones que exportan masivamente alimentos. Entre ellos, los Esatdos Unidos es incuestionablemente el más importante (80 millones de toneladas), y es seguido por Argentina, Francia, Canadá, y Australia. La mayoría de alimentos que se venden en el mercado mundial van a países industrializados o recientemente industrializados.

Sin embargo, desde una perspectiva global, sin el gran excedente alimenticio que existe en los Estados Unidos, es posible que millones de personas morirían de hambre.

Una cantidad relativamente pequeña de los alimentos globales va a ayuda alimentaria de emergencia, y organizaciones como el Programa de Alimentos de las Naciones Unidas ayudan a alimentar a poblaciones desplazadas. Yo creo que siendo los Estados Unidos el país más rico y con la mayor producción de alimentos, debe ser quien más contribuya a este programa (40-45% de todos los envios de ayuda alimentaria de emergencia). La ayuda alimentaria ha disminuido en los últimos años (de 10 millones de tonedas en1994 y 1995, a 7.7 millones en 1998). La mayoría es trigo y harina de trigo, que no son transgénicos.

Pensemos por un momento que los alimentos transgénicos son anti naturales y no son seguros como lo afirma el Sr. Walsh en su artículo. El hecho es que ha habido modificaciones genéticas mucho antes de que se inicie el mejoramiento de variedades por el ser humano. Esto lo ha hecho en forma natural la madre naturaleza. Por ejemplo, hay grupos de trigo, de los que depende mucho nuestra alimentación, que se cruzan en forma inusual (pero natural) con hierbas de otras especies.

El pan que comemos hoy es el resultado de un trigo híbrido procedente del genoma de tres especies diferentes, cada una conteniendo 7 cromosomas por lo que fácilmente se podría llamar a este trigo "transgénico". El maíz es otro cultivo que es producto de la hibridización transgénica. De hecho, es difícil de creer que el maíz moderno provenga del Teosintle y del Tripsacum.

El hombre del neolítico domesticó todos nuestros alimentos y ganado en un tiempo relativamente corto (10.000 a 15.000 años). Las generaciones subsecuentes fueron las responsables de seguir haciendo modificaciones genéticas a estos cultivos. Para ver cuánto has evolucionado los cultivos, se puede hacer un estudio de maíz fósil de últimos 5.000 años. Este era el 10% en tamaño que el actual.

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Aunque no hay riesgo cero, hasta la fecha, no hay ninguna evidencia científica de credibilidad que sugiera que el comer alimentos transgénicos pueda producir algún impacto negativo en la salud humana o en el ambiente. Virtualmente todos los debates científicos hablan de los posibles riesgos que la sociedad está dispuesta a correr. Los científicos más prestigiados y hasta el Vaticano apoyan la ingeniería genética para incrementar la cantidad y calidad de alimentos. La principal preocupación de la sociedad civil debería ser como tener acceso equitativo a la propiedad genética, y el control y acceso a los productos transgénicos.

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Las sociedades priviligiadas pueden darse el lujo de adoptar una posición de muy bajo riesgo en relación a los alimentos transgénicos, aunque más tarde se compruebe que estas acciones son innecesarias, pero la vasta mayoría de la humanidad no puede darse ese lujo, y especialmente aquellos que son víctimas de guerras, desastres naturales o crisis económica.

La mayor parte de las naciones africanas desafortunadamente alcanzaron su independencia en los años 1960 durante la guerra fría. Ellos estaban en una lucha entre el Este y el Oeste. El Oeste invertía demasiado en armas y no en infraestructura rural, escuelas,clínicas. Tengo la preocupación que una vez más el Africa está en medio de un campo de fuego entre bloques con intereses económicos e ideologías específicos. Me alarma que algunas personas elitistas anti-tecnología nieguen a los pequeños agricultores del Sud-Sahara el acceso a semillas, fertilizantes y químicos para la protección de sus cultivos, mientras que ellos viven en opulencia. El Africa de nuevo será ignorada.

Norman E. Borlaug

1970 Nobel Peace Prize

Queridos activistas:

Con relación a la carta de Norman E. Borlaug desde mi punto de vista, esta carta es un clásico ejemplo de cómo algunas personas con un nombre famoso, son a veces "adquiridas" (por medios financieros usualmente) por el sector corporativo. Este es un sistema cruel que poco a poco se apropia de la reputación de personas bien intencionadas. Cuando se ha establecido una dependencia parcial, parece que se han metido en un camino sin retorno.

Algunos pueden sentir que no es justo señalar con el dedo a alguien como Norman, quien ciertamente ha tenido una carrera distinguida. Al mismo tiempo, es importante que se advierta a otros científicos para que no sean presas de la megalomanía de las corporaciones.

Wally Menne
Durban, South Africa
plantnet@iafrica.com

Red por una América Latina Libre de Transgénicos
Casilla 17-15-246-C
Quito - Ecuador
Telfaxes: (593 2) 547516 / 527583

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