Argentina: No se sabe cuándo ni cómo, pero sí que habrá cortes antipapeleras

Idioma Español

Vecinos de Gualeguaychú ratificaron que habrá más cortes y hoy resuelven la modalidad. Un diputado entrerriano dice que la instalación de las plantas estaba prevista por ambos gobiernos en 2004.

Aún no se sabe si serán sorpresivos o programados. Si afectarán a un puente, dos o tres. Si durarán horas o días. Lo seguro es que los cortes en los caminos que comunican a la provincia de Entre Ríos con Uruguay y que comenzaron como forma de protesta contra la instalación de dos plantas de celulosa en las cercanías de la uruguaya ciudad de Fray Bentos continuarán, “a menos que se suspenda la construcción de las plantas”, aseguró a Página/12 Horacio Mello, integrante de la Asamblea Ambiental Ciudadana de Gualeguaychú. Ayer, el diputado nacional por Entre Ríos Juan Carlos Godoy aseguró que la instalación de las plantas estaba prevista en un acuerdo entre los gobiernos de ambos países desde 2004, pero esa situación fue desmentida por la Cancillería argentina.

Los vecinos entrerrianos estaban reunidos anoche, desde las 20.30, para decidir los próximos pasos en su plan de rechazo a las papeleras Botnia y Ence. Como a las asambleas concurre cada vez más gente, una segunda parte del encuentro se realizará hoy por la noche.

No sólo discutirán cómo seguir el reclamo, también harán una evaluación de los cortes que entre el último viernes y sábado mantuvieron durante un día cerrado el paso en el puente internacional General San Martín, que une Fray Bentos con Gualeguaychú, y en forma parcial el puente José Gervasio Artigas, que comunica Colón con Paysandú.

“Cortes va a haber”, afirmó Mello, aunque aclaró que “resta definir cuándo y cómo van a ser, hoy (por ayer) se va a seguir elaborando el plan de lucha en la asamblea”. Sin embargo, son muchas las posibilidades de que los cortes se reanuden durante esta semana.

La protesta de la semana pasada fue calificada como “muy positiva” por el representante de los vecinos. “Fue muy ordenada y con calma. Incluso se dejó pasar a algunos autos con gente que se movilizaba por problemas de salud y otro que iba en busca del cuerpo de una persona fallecida”, detalló.

Un eslabón más a la polémica lo agregó el diputado nacional de Entre Ríos, Juan Carlos Godoy, de Concertación Entrerriana, quien advirtió que existe un acuerdo entre las cancillerías de ambos países para el emplazamiento de las plantas. “Hay un gran inconveniente previo que me parece que, no sé si lo quieren ignorar o algo raro está pasando, pero acá hay informes, en algún caso firmados por el secretario de Relaciones Institucionales de la Cancillería, Marcelo Fuentes, donde reconoce que en el ámbito de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) se han hecho acuerdos que determinan cómo hacer el monitoreo sobre el río una vez que las plantas estén instaladas”, señaló el legislador.

“(Roberto) García Moritán, actual vicecanciller, es el que condujo el proceso de acuerdos por parte de la Argentina en la CARU para llegar a aceptar entre abril y junio de 2004 que se instalaran las papeleras”, apuntó Godoy. “Somos responsables institucionales y esto debe decirlo el presidente (Néstor Kirchner): la negociación del tema debe ser a nivel presidencial”, agregó.

La respuesta partió pronta desde el Ministerio de Relaciones Exteriores. El secretario de Asuntos Ambientales, Raúl Estrada Oyuela, indicó que “no hay un acuerdo entre los cancilleres sobre este asunto” y consideró que “el diputado Godoy fue inducido a error por una nota que contiene una información errónea originada en la Cancillería”.

Según Estrada Oyuela, lo establecido entre ambos países “no significa un acuerdo sobre las plantas, sino simplemente hacer funcionar la CARU”. Y explicó que “lo que se decidió es hacer un sistema de monitoreo de lo que pudiera pasar”.

Además, el encargado de Asuntos Ambientales opinó que las papeleras serían un fracaso comercial porque “si el producto se obtiene con daño al medio ambiente los consumidores no lo van a comprar, los productos que en su origen tienen un pecado ecológico, luego los mercados lo rechazan”. Como muestra de ese posible daño, puntualizó que “con certeza un fuerte olor a huevo podrido acompañará los primeros seis meses de actividad de las plantas”.

Página 12, Argentina, 3-1-06

Comentarios