Nicaragua: Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria Nutricional

Idioma Español
País Nicaragua

Ha pasado más de un año desde que el Parlamento nicaragüense aprobó la Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria Nutricional (SYSAN) en lo general, pero falta su aprobación definitiva en lo particular. El debate que se desató alrededor del artículo 5, que plantea la prohibición de aceptar ayudas alimentarias que contengan transgénicos, obligó suspender la discusión y la ley fue reenviada a una Comisión Especial donde sigue, todavía, durmiendo “el sueño de los justos”

¡Su aprobación es una emergencia!

Frente a la grave situación de crisis alimentaria que se ha desatado a nivel mundial, organizaciones de la sociedad civil particularmente comprometidas con ese tema, han vuelto a reclamar la urgente necesidad de dotar el país de un instrumento tan importante para regular esa materia.

El Grupo de Interés por la Soberanía y la Seguridad Alimentaria Nutricional (GISSAN), organización que participó activamente en la formulación del proyecto de ley, pidió públicamente a diputados y gobierno acelerar el proceso de aprobación de la Ley SYSAN.

Desde hace un año la Comisión prácticamente no ha funcionado. Se creó supuestamente para destrabar el tema de los OGM en las ayudas alimentarias, que de hecho paralizó su aprobación. Se le envió una carta al Presidente de la Asamblea Nacional, pero nunca respondió.

“El GISSAN, espacio de articulación de la sociedad civil en donde convergen 73 organizaciones nacionales, preocupado por la situación de pobreza e inseguridad alimentaria nutricional que vive el pueblo nicaragüense, desde hace cuatro años en reiteradas ocasiones ha venido planteando propuestas para combatir el hambre y la desnutrición que agobian al 30 por ciento de la población nacional y, al mismo tiempo, hemos señalado y denunciado los principales problemas que la provocan”, señala el espacio publicitario que apareció en los principales periódicos del país.

“La mejor respuesta que el país necesita -continúa la declaración- es la aprobación urgente de la Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria Nutricional. Con esta ley, además de afirmar al pueblo de Nicaragua su derecho a una alimentación adecuada como un derecho humano fundamental, también promoverá otorgar a aquellas personas, sobre todo del sector rural, los medios necesarios para procurarse una alimentación adecuada”.

“Señor Presidente de la República -sigue la nota-, estamos seguros de que esta ley aportará a la lucha e interés por la Soberanía Alimentaria ya anunciado por su gobierno. Señores diputados de la Asamblea Nacional, el pueblo necesita esta ley. Den prioridad a la lucha contra el hambre y la desnutrición de miles de nicaragüenses. La Soberanía Alimentaria de Nicaragua está ahora en sus manos. Rechazamos nuevas propuestas de Ley de Seguridad Alimentaria en las que, con la excusa de reforzar la propuesta ya dictaminada y aprobada en lo general, más bien percibimos la intención de sustituirla, y esto es realmente lo que ha ocasionado el atraso real de la aprobación definitiva de la Ley de Soberanía y la Seguridad Alimentaria Nutricional”, concluye el texto publicado por GISSAN.

Según Eduardo Vallecillo, facilitador nacional de GISSAN, “Desde que en junio de 2007 se paralizó la aprobación de la Ley SYSAN, pensamos que el problema se resolvería en unos pocos meses por el interés que había de aprobarla. Después de un año de seguir paralizada en una Comisión Especial que no se está reuniendo, nos estamos dando cuenta de que el principal problema es que esta Comisión nunca fue autorizada oficialmente por el Presidente de la Asamblea Nacional. Esto significa que no tiene los instrumentos para poder trabajar”.

Confirmando esta tesis, la diputada Mónica Baltodano, miembro de la Comisión Especial que debería reformular el dictamen de ley, declaró a Sirel que “desde hace un año la Comisión prácticamente no ha funcionado. Se creó supuestamente para destrabar el tema de los OGM en las ayudas alimentarias, que de hecho paralizó su aprobación. Envié una carta al Presidente de la Asamblea Nacional, René Núñez, haciéndole ver que la comisión no tenía coordinador y nadie estaba convocando a reunión, pero nunca tuve una respuesta. Nos hemos reunido solamente un par de veces a iniciativa de la FAO, porque tiene una propuesta de ley que difiere en buena medida de la consensuada con los grupos de organismos que trabajan en el tema de Soberanía y Seguridad Alimentaria Nutricional, en este caso GISSAN.

El intento de que prevalezca este proyecto de ley es lo que ha atrasado la discusión y la aprobación. Es muy grave lo que está ocurriendo -continuó Baltodano- porque estamos viviendo una situación muy difícil, y esta ley sería un instrumento muy importante e ideal para empujar algunos de los principios establecidos a nivel internacional entorno al derecho de los pueblos a la alimentación balanceada, equilibrada y sana. Un país como Nicaragua, donde tres de cada diez niños y niñas sufren de desnutrición, no tiene sentido que una ley de esta importancia esté engavetada”.

Para el facilitador nacional de GISSAN, la controversia con la FAO es uno de los elementos que más está atrasando la aprobación de la ley.

“Paralelamente, a la suspensión de la discusión y aprobación de la ley SYSAN, y esto tal vez es lo más grave, una diputada suplente del FSLN, Dora Zeledón, fue encargada por su bancada a trabajar una propuesta de fortalecimiento al dictamen elaborado y aprobado por la Asamblea General. Lo que hizo fue pedir el apoyo de la FAO y esta organización le propuso una ley totalmente diferente que como GISSAN consideramos inaceptable”, aseveró Vallecillo.

La idea de algunos sectores de agronegocios es que la producción sea intensiva y a gran escala, tal vez con uso de transgénicos como ocurre en muchos países del Cono Sur.

Para los miembros de GISSAN, el proyecto de la FAO desechaba buena parte del texto original, en cuanto lo consideraba como una propuesta únicamente de principios. “Creemos -continuó Vallecillo- que los principios deben quedar en una ley para que se conviertan en principios del Estado de Nicaragua y no estar sujetos a los cambios y vaivenes de los gobiernos. Además, hay que destacar que es la primera vez en el mundo que el concepto de Soberanía Alimentaria es considerado parte de una ley. La diputada Zeledón y la FAO, en lugar de actuar como facilitadores entre el Estado y la sociedad civil para trabajar sobre ese tema, actuaron en secreto, como cómplices, y esto es lo que rechazamos. Esta actitud de querer retirar el texto que ya fue aprobado en lo general y reemplazarlo con un proyecto de ley totalmente nuevo elaborado por la FAO, donde se hace mayor énfasis en la Seguridad Alimentaría y no en la Soberanía, es lo que realmente está trabando todo. Es cierto que la aprobación de la ley se detuvo cuando se comenzó a discutir el tema de la prohibición de la importación de ayudas alimentarias con presencia de transgénicos, pero esta fue una excusa para tratar de desechar nuestra propuesta y cambiarla”, concluyó Vallecillo.

Para GISSAN resulta muy importante que la SYSAN integre todo el aspecto local, es decir que los gobiernos locales se capaciten sobre el significado de Soberanía Alimentaria, para desarrollar prácticas y facilitar recursos para que la gente pueda producir alimentos, generando y activando la economía local y desarrollando estrategias reales de lucha contra el hambre.

“Nicaragua tiene un gran potencial productivo en función de que nosotros los nicaragüenses podamos generar nuestros alimentos. La idea de algunos sectores es que la producción sea por grandes extensiones, tal vez con uso de transgénicos como ocurre en muchos países del Cono Sur. Nuestra visión es con un enfoque de fortalecer la economía de las familias campesinas, estas mismas familias que fueron dejadas sin medios para producir por las políticas de estrangulamiento del Banco Mundial y de otros sectores. Tenemos años de venir denunciando esto, y ahora se ha vuelto noticia internacional, todo el mundo está opinando al respecto. Pero esto ocurre porque saben que ya no hay forma de ocultar las consecuencias de las políticas que han implementando y ahora quieren echarle la culpa a otros factores. Y a este propósito la crisis que va a desatar la producción de agrocombustibles va a ser mucho peor. El problema no es la falta de alimento, sino cómo se negocia y se especula en el mercado de alimentos. Es por eso que para nuestro país resulta fundamental aprobar esta ley, y nos hemos reunido con diputados, organizaciones y hasta con la empresa privada para destrabar la situación, pero por el momento sin muchos resultados. Sin embargo. vamos a continuar con la campaña de presión en los medios de comunicación”, concluyó Vallecillo.

Rel-UITA, Internet, 4-7-08

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