Argentina: Relevamiento de la utilización de agroquímicos en la Provincia de Buenos Aires

En las últimas décadas se generaron profundos cambios en el campo argentino, los cuales llevaron a consolidar con fuerza el modelo de intensificación hacia una agricultura industrial continua. Dentro de este modelo, la soja cumple un rol fundamental, ya que es el principal responsable del crecimiento de la utilización de agroquímicos en la República Argentina, demandando alrededor del 46% del total de plaguicidas utilizados por los agricultores. De todos los rubros de la industria de agroquímicos, el de los herbicidas ha sido el más importante, llegando al 62% del total de fitosanitarios.

Una situación similar se da con las aplicaciones de insecticidas, donde la aplicación continua -sin atender los umbrales de daño ecológico- determina un recambio permanente de productos menos tóxicos y persistentes por otros de amplio espectro, altamente tóxico con gran impacto ambiental, como el caso del Endosulfán.

En el caso del agro pampeano argentino, en términos prácticos, podemos comprender que se avanza hacia modelos intensivos similares a los utilizados en el hemisferio norte, alejándose rápidamente del modelo semi-intensivo tradicional y rotacional que este tuvo durante muchas décadas.

La pradera pampeana ha sufrido una drástica intervención del hábitat durante la década de los noventa, aquella en que la soja se instala en el centro del planteo productivo. Las tendencias se acentúan en áreas de fuerte expansión agrícola, como la Pampa Ondulada, donde el uso de la tierra y el empleo de plaguicidas (insecticidas, herbicidas, curasemillas), se intensificaron considerablemente en esa década.

Por otro lado, la producción periurbana de hortalizas se ve reflejada con intensidad en el Gran Buenos Aires, zona en la que habitan 13,7 millones de personas, 5 millones bajo el índice de pobreza y 2 millones bajo el de indigencia.

Un aspecto muy importante, y que durante los últimos años se ha incrementado notablemente -con el avance del nuevo paquete tecnológico- es el grado de intervención en el paisaje. Es así que los sistemas más agresivos en el uso de la tierra, e intensivos en la aplicación de tecnologías, ejercerían el impacto más negativo sobre el hábitat y la vida silvestre.

En Argentina, el entramado de explotaciones hortícolas que rodea a las grandes ciudades se lo denomina “cinturón verde”. En el cinturón verde bonaerense alrededor de 1.500 empresas hortícolas se emplazan en unas 16.000 hectáreas que ocupan intersticios rural-urbanos de su borde exterior (segunda y tercera coronas metropolitanas) y abastecen al 30% de la demanda urbana. En 29 partidos de este territorio existen 2.261 empresas que ocupan 12.385 hectáreas, de las cuales 2.595 son bajo cubierta y 2.500 estarían dedicadas a horticultura.

De las hortalizas cultivadas, si bien en los inicios de la actividad se podrían agrupar en una canasta diversificada de más de 15 productos, en la actualidad la tendencia es a la especialización productiva zonal y predial.

Hacia el sur, en La Plata y sus alrededores, se concentra la producción 14 de apio, alcaucil, tomate y pimiento, tanto a campo como en invernáculo; hacia el norte, el partido de Escobar se destaca por la producción de tomate y pepinos.

Por su parte los partidos del oeste -Marcos Paz, General Rodríguez, más atrasados tecnológicamente- se especializan en la producción de hortalizas de hoja, remolacha y zapallito de tronco.

La ciudad de La Plata concentra 775 hectáreas de superficie bajo cubierta que representan un 79% del total del cinturón hortícola de la provincia de Buenos Aires, es decir 75.000 toneladas al año de hortalizas.

En todos los casos, la necesidad de presentar hortalizas de calidad determina la aplicación de plaguicidas, fundamentalmente insecticidas y fungicidas, siguiendo prácticas de “tipo calendario” sin atenerse al umbral de daño ecológico.

Los productores deciden qué cultivos se deben proteger tanto como el producto a aplicar a partir de sus recorridas por la quinta o del análisis de la información provista por los trabajadores.

Por último, un problema gravísimo se da en la fumigación de las hortalizas para consumo en fresco donde la combinación de la utilización de plaguicidas extremadamente tóxicos, las dosis de aplicación elevadas y , fundamentalmente, el no respeto del tiempo de carencia determinan que una elevada proporción de las hortalizas comercializadas en los alrededores del área metropolitana de Buenos Aires llegan al consumidor con un tenor de plaguicidas más elevado que lo admitido por las disposiciones vigentes.

La producción periurbana de hortalizas se ve reflejada con intensidad en el Gran Buenos Aires. Con 4.400 kilómetros cuadrados de superficie es la principal área metropolitana de la América Austral. A su vez su espacio de influencia regional, la Región Metropolitana, abarca 15.000 kilómetros cuadrados. La horticultura se ha caracterizado por la producción de cultivos a campo para el consumo fresco de la población asentada en las zonas urbanas de los partidos mencionados y de la Capital Federal, dado que el destino de la producción es fundamentalmente el consumo interno.

La horticultura del cinturón verde presentaba a principios de la década del `90 el siguiente panorama:

• La consolidación de la mediaría como modalidad de contratación de la mano de obra, independientemente del tipo de productor analizado.

• Un avance en la incorporación de tecnología en semillas fertilizantes y plaguicidas.

• Una profundización en las diferencias económicas entre diferentes tipos de productores.

• Una incipiente especialización productiva zonal.

• Recurrentes crisis de sobreoferta.

• Cambios en la modalidad de producción, incrementándose, algunas zonas, el cultivo bajo invernáculo.

Dado que no cabe dudas que, de todas las acciones humanas que modifican el medio ambiente, la actividad agropecuaria es la que afecta a la mayor superficie, es importante realizar un relevamiento de la utilización de los agroquímicos y hacer un seguimiento profundo de los impactos que la intensificación de la agricultura está produciendo sobre extensas áreas de 15 la provincia de Buenos Aires.

Este es un tema que ha generado y genera la preocupación de los y las habitantes de la provincia de Buenos Aires y ha determinado la intervención de esta Defensoría en distintos casos.

Los agroquímicos, tanto plaguicidas como fertilizantes, son productos de uso difundido globalmente que han permitido aumentar el rendimiento de las cosechas y consecuentemente la oferta de alimentos. Una vez liberados al ambiente, los plaguicidas pueden encontrarse en las fuentes de agua superficial y subterránea, el aire, la tierra y los alimentos.

Sin embargo, la incidencia de las intoxicaciones por plaguicidas es significativa en países como el nuestro e incluye la exposición accidental de niños y niñas, la exposición ocupacional de jóvenes trabajadores agrícolas y la exposición debido a plaguicidas obsoletos en desuso almacenados.

En el caso de ciertos plaguicidas, la exposición crónica a bajas dosis puede entrañar efectos tales como alteraciones en el sistema nervioso central, carencias en el sistema inmunológico e incluso enfermedades como el cáncer. La exposición de los seres humanos ocurre al respirar, beber e incluso mediante absorción cutánea.

El mayor problema se acentúa cuando se produce el manejo irresponsable de los agroquímicos y sus envases.

Es imperioso realizar un mapeo de la situación por contaminación de agroquímicos, un seguimiento y evaluación de los mejores usos y alternativas. Asimismo determinar que tratamiento se les da a los recipientes contenedores de éstos productos, que en general se vuelven obsoletos y la disposición final de los mismos se realiza de forma inadecuada, pudiendo provocar contaminación del suelo y las fuentes de agua.

El equivocado argumento que la agricultura necesita sólo del suelo, el agua y el sol para producir, esconde y puede facilitar la dilapidación y degradación de recursos imposibles de recuperar.

Pareciera ser entonces que la actividad agrícola es una actividad sostenible lograda por la fotosíntesis de la energía solar, cuando en realidad esconde una fuerte exportación de los nutrientes del suelo, ingentes demandas de agua, crecientes niveles de contaminación con agroquímicos, a los que seguirán próximamente elevados tenores de fertilizantes que alteraran los balances de elementos como el nitrógeno, fósforo y potasio y una degradación general de los recursos biológicos. La productividad ha primado siempre por sobre la sustentabilidad de sistemas que, mal manejados, tienen una vida útil muy limitada, estimada por el Instituto de Tecnología Agropecuaria, en menos de medio siglo, si seguimos en el actual sistema productivo que agotaría los suelos franco - arenosos de la Región Pampeana (Ventimiglia, 2003).

El objetivo principal de la investigación que se presenta en esta ocasión apunta a elaborar un mapeo del uso de agroquímicos en la actividad agrícola en la provincia de Buenos Aires y determinar su impacto sobre el medio ambiente (aire, agua y suelos).

En esta inteligencia, se buscó elaborar un diagnóstico de base que permita conocer el uso de agroquímicos en la provincia de Buenos Aires, atendiendo a su utilización en las áreas urbanas, periurbanas y rurales. A su vez, se apuntó a la generación de conocimiento del impacto de los distintos agroquímicos sobre el medio ambiente y a establecer pautas de un uso responsable de los agroquímicos que permita realizar recomendaciones de políticas.

La finalidad de la investigación se centró en la evaluación del impacto en el medio ambiente (los suelos, el aire y los cursos de agua) y en la salud humana que produce la aplicación de agroquímicos en los cultivos para consumo. A partir de estos resultados, se espera poder formular una propuesta de articulación entre los diferentes actores implicados en torno a la problemática tendiente a promover mesas de trabajo para un uso racional y responsable de los agroquímicos en pos de una agricultura sustentable.

Por otro lado, también es deseable lograr promover recomendaciones tendientes a lograr el control de residuos de plaguicidas y establecer un plan de gestión y manejo integral de los envases de agroquímicos teniendo cono objetivo establecer la posible toxicidad y peligrosidad de los mismos y finalmente una red de vigilancia epidemiológica a fin de prever la protección de la salud humana, siendo el eje central de esta investigación el derecho a la salud de la población y el derecho a un ambiente sano.

Para acceder al informe completo, haga clic a continuación y descargue el archivo:

Relevamiento de la utilización de agroquímicos en la Provincia de Buenos Aires

Fuente: Grito Originario

Temas: Agrotóxicos, Salud

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