Colombia: Territorios agroalimentarios. Espacios para la vida digna

Idioma Español
País Colombia

En los adelantos de los resultados del censo agrario (cuyas cifras específicas se conocerán a final de año) se confirmaron las denuncias hechas por los movimientos sociales y populares en el país, sin embargo, como es costumbre, se ocultan las razones y dimensiones mayores que producen estos problemas. La propuesta agraria estatal y gubernamental ha actuado en beneficio de la concentración de la tierra ya sea para latifundistas colombianos, empresas mineras, petroleras, procesos de extranjerización-agronegocio o pagos por servicios ambientales, sumiendo a comunidades campesinas indígenas y afro en abandono y pobreza.

Este modelo depredador ha llevado a niveles escalofriantes de carencias en el campo que, junto a la desposesión y la violencia armada, han hecho de la vida campesina una constante lucha por la supervivencia; veamos algunas cifras y consecuencias de la expoliación capitalista:

– A 2005, el 0,5% de los propietarios monopolizaba el 57,1% de total de predios, mientras un 66% es dueño de parcelas de menos de 5 hectáreas (minifundio), apenas poseían el 3,3% del total.
– El 60% del empleo rural es informal.

– -En 2009 el ingreso promedio de un campesino ascendía a $220.000, mientras en la ciudad el ingreso promedio estaba en $668.000.

– El 83% de la población rural está en el régimen subsidiado de salud.

– El 55% de los campesinos pobres nunca ha recibido asistencia técnica.

– El 11% del campesinado no tiene vivienda y el 16% tiene vivienda en mal estado.

– El 85% de la población carece de alcantarillado.

– El analfabetismo rural es del 18,5%.

– Un 60% del campesinado no tiene agua potable.

– En la última década el índice Gini rural, indicador que mide la desigualdad de la propiedad de la tierra, pasó de 0,74 a 0,88.*

– El 77% de la tierra está en manos del 13% de los propietarios.
– Mientras en las ciudades los pobres son el 30% y los indigentes el 7%, en el campo las cifras son mayores, los pobres son el 65% y los indigentes el 33% .**
– En los últimos 50 años se han titulado 23 millones de hectáreas, el 92% de ellas baldíos o títulos colectivos. Por reforma agraria, apenas se ha titulado el 5,6% de ellas.

– -El 80% de los pequeños campesinos son microfundistas, tienen menos de una Unidad Agrícola Familiar (UAF).

– -El 68% de los predios registrados en catastro son pequeña propiedad, pero apenas cubren el 3,6% de la superficie productiva.

– -A pesar de la falta de acceso a la tierra, el 70% de los alimentos que se producen en el país vienen de pequeños campesinos.

– -De 39,2 millones de hectáreas que hoy se usan en ganadería, solo 21 millones son aptas para ello. En contraste, de 21,5 millones de hectáreas con capacidad agrícola solo se usan 4,9 millones.

– Envenenamiento de la tierra, las aguas y las personas por el uso de agrotóxicos, como estrategia para aumentar el consumo y dependencia campesina de insumos externos.

– Extranjerización de la tierra y del territorio: venta y concesión de grandes áreas del país a extranjeros, las que se destinan a productos para la exportación.

– Quiebra en la economía campesina producto de los tratados de libre comercio, la monopolización de la producción, la competencia desigual y la bancarización privada.

– El gobierno nacional ha creado leyes y resoluciones que criminalizan la tenencia, comercialización y uso de semillas nativas y criollas en beneficio de los monopolios internacionales y los transgénicos.

– Acumulación de tierras por medio del desplazamiento forzado de campesinos (más de 6`000.000 has.), apropiación de baldíos, uso del paramilitarismo como fuerza de expulsión de comunidades y para evitar los pocos casos de restitución.

– Las corporaciones departamentales se hacen los de la vista gorda con los problemas ambientales causados por la industria y el latifundio, pero persiguen al campesinado, llegando incluso a demandar comunidades por captación de aguas superficiales.

– Subsidios a grandes latifundistas, otros empresarios y hasta a reinas de belleza, en casos como Agro Ingreso Seguro.

– Concesiones a petroleras y a grandes mineras en territorios campesinos, indígenas y de negritudes, así como en páramos, selvas, reservorios de agua, periferias de las ciudades y demás ecosistemas estratégicos. (5,8 millones de hectáreas han sido otorgadas dentro de los 9.000 títulos mineros vigentes, el número es mayor a lo que hay sembrado en comida. Además, hay 20.000 nuevas solicitudes).
– -De las 34 millones de hectáreas que se han titulado a indígenas y afros apenas 3 millones son aptas para agricultura. El resto es desierto, selva, sabana y bosque protegido.

– -En el primer semestre de 2013 el país compró US$238 millones en alimentos y bebidas básicas destinadas al consumo de los hogares, un crecimiento del 3.7% frente al mismo lapso de 2012. También se compraron US$874,8 millones en alimentos elaborados, un crecimiento del 12,2% .***

– Las nuevas políticas agrarias como las planteadas para las zonas de interés y desarrollo empresarial (ZIDRES) serán la posibilidad de extender el latifundio y legalizar el robo de tierras con miras al agronegocio.

En este desarrollo histórico del modelo capitalista, las contradicciones que se han mostradas han afectado de manera directa los interés sobre los territorios; por un lado las propuestas de organizaciones campesinas, indígenas y de negritudes que plantean la vida digna, el buen vivir, la permanencia en el territorio y la superación del individualismo y por otro un modelo que busca aumentar a toda costa la ganancia y la acumulación capitalistas.
Es en esta lucha y bajo estas expresiones de las contradicciones capitalistas, que como CNA planteamos los Territorios Agroalimentarios.

Nuestra propuesta.

En el congreso nacional de Tierras Territorios y Soberanía desarrollado en la ciudad de Cali y en la 4ª asamblea del CNA en San Lorenzo, Nariño, mandatamos: “Ejercer la soberanía popular en nuestros territorios mediante la construcción de gobernabilidad propia y autónoma, a través del ejercicio de autoridad con la creación de sistemas de educación, de salud, ambiental, jurídicos, legislativo y económicos propios. Las propias comunidades y sectores populares ordenarán sus territorios conforme a sus planes de vida, planes de manejo y su cosmovisión.” ***** Y “Consolidar la propuesta sobre política de tierras y territorios que desde el CNA se viene diseñando y que será la ruta de lucha por la reforma agraria, la defensa del territorio y la permanencia en él.” Es así como luego de diversas discusiones planteamos nuestra propuesta de Territorios Agroalimentarios, como aporte para la construcción de vida digna y empoderamiento popular en el campo.

Los Territorios Agroalimentarios (TA) son una propuesta de territorio campesino nacida desde el proceso organizativo del Coordinador Nacional agrario –CNA- y sus organizaciones parte; es una propuesta de territorialidad rural que se enfoca a los lugares cuyas características agroecológicas y socioeconómicas que requieran el fortalecimiento de la economía campesina, la regulación, limitación, redistribución y ordenamiento de la propiedad o tenencia de predios y terrenos rurales; igualmente serían TA el área rural contigua a la zona urbana, destinada principalmente a la producción agrícola, pecuaria y forestal. La propuesta de los TA no está encaminada únicamente a defender los territorios donde actualmente hay campesinos y campesinas sino también a abrir frentes de lucha contra el acaparamiento de tierras y el latifundio, problemas centrales del campo colombiano.

Como una de las bases principales de los TA exigimos el reconocimiento del campesinado como sujeto social, histórico, político y cultural en contra-posición directa a las políticas del gobierno nacional que pretende invisibilizar la riqueza que tenemos los campesinos y campesinas y minimizarnos como simples productores agropecuarios, pretendiendo igualarnos con los empresarios del campo, depredadores del medio ambiente y esclavistas de la producción agropecuaria, como fue la idea del gobierno nacional con el Censo Nacional Agropecuario.

Por otro lado entre los objetivos de los Territorios Agroalimentarias están: el constituirse como herramientas para alcanzar la soberanía, autonomía y seguridad alimentaria, el respeto por el medio ambiente, el ordenamiento popular del uso de los suelos y las aguas, la garantía plena de acceso de toda la población a los alimentos sanos con nutrientes indispensables y completos, priorizar los procesos productivos orgánicos y agroecológicos que garanticen la sustentabilidad de los recursos naturales, la defensa del ambiente y la biodiversidad (fuertemente relacionados con la soberanía y seguridad alimentaria), proteger y conservar semillas nativas, exigir el respeto y la financiación estatal de los Planes de Vida de las comunidades y organizaciones, consolidar de formas alternativas de comercio con relación directa entre colectivos de producción y de consumo basadas en la solidaridad mutua y en la superación de la barrera entre campo y ciudad, exigir apoyo estatal para que los campesinos indígenas y negros puedan controlar el conjunto de las cadenas productivas sin supeditarse a las transnacionales ni a los grupos financieros o latifundistas.

Entre los programas y planes prioritarios en los TA están: de sustitución de cultivos ilícitos con iniciativa de las organizaciones campesinas afros e indígenas y parámetros construidos por ellas mismas, de acceso a infraestructura, de conservación ambiental, de acceso a bienes públicos productivos (tierras, vías, energía y comunicaciones), de acceso a: salud, saneamiento, nutrición, educación, cultura, recreación y seguridad social, entre otros.

Nuestra propuesta se enmarca como un paso adelante en la lucha por una reforma agraria integral que distribuya la tierra en nuestro país, garantice el pleno goce de derechos, contribuya a la permanencia en el territorio, mantenga vivas nuestras tradiciones culturales, garantice la seguridad, soberanía y autonomía alimentaria y combata la explotación humana y desmedida de la naturaleza que origina el capitalismo.

Asonalca y el CNA como parte de la construcción de poder popular y territorialidad campesina apoyan la creación de otras figuras tales como los territorios interétnicos, los resguardos indígenas, consejos comunitarios, zonas de reserva campesina, zonas de biodiversidad siempre y cuando todos los procesos organizativos populares presentes en el territorio se encuentren en acuerdo.

Los invitamos a conocer mejor esta propuesta, a aportarle y a concretarla en territorios específicos para dar pasos en defensa del campesinado y por la vida digna y a sumarse a las organizaciones populares, sociales, sindicatos, de mujeres, jóvenes y niños que por medio de mandatos, movilizaciones y acciones directas construimos el Congreso de los Pueblos.

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* El índice de Gini mide la distribución de recursos, ingresos o propiedad. El indicador va de 0 a 1, tiende a 0 cuando hay una distribución igualitaria, tiende a 1 en caso de extrema desigualdad.

** Algunos datos fueron tomados de la Revista Semana, “Así es la Colombia rural”, disponible en: http://www.semana.com

*** Datos tomados del Departamento Nacional de Estadística, DANE.

***** http://www.congresodelospueblos.org/ mandato congreso, Tierras, Territorios y Soberanía. Visitado en Agosto de 2015.

***** http://www.congresodelospueblos.org/ mandato congreso, Tierras, Territorios y Soberanía. Visitado en Agosto de 2015.

Fuente: Centro Oriente

Temas: Defensa de los derechos de los pueblos y comunidades, Tierra, territorio y bienes comunes

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