Nuestro éxito, su fracaso: reflexiones de la cumbre climática

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"Mientras Ban Ki-moon intenta ser positivo ante un espacio tan desgastado como criticado, intentando medidas desesperadas -como lo fue esta cumbre- a unos cuantos meses de celebrarse la COP, es más que obvio que las soluciones no vendrán desde arriba. En las calles aun se sigue escuchando, cambiemos el sistema, no el clima, pues cada día es más que obvio que lo que nos tiene en jaque es el sistema. Lograr un cambio desde adentro es como usar aspirinas para curar una migraña. El cambio debe de ser tan profundo como la misma raíz."

 

Ban Ki-moon ha declarado que la cumbre oficial de la ONU, sobre cambio climático, celebrada en Nueva York el pasado 23 de septiembre ha sido todo un éxito. Entre las razones que da para evaluar esta cumbre como exitosa, esta la posibilidad de llegar a Lima, en diciembre, con los representantes de los participantes de la COP 21, con mas información científica, sensibilizados ante la crisis climática y un acercamiento más profundo a la sociedad civil. Estos son de los argumentos que Ki-moon da para sostener el éxito de la cumbre.

 

Para del éxito o de su acercamiento a la sociedad civil tiene que ver con su pequeña participación en la marcha climática que reunión alrededor de 500 mil personas en Nueva York y que tuvo acciones simultaneas en más de 100 ciudades en todo el mundo. Una participación tan pobre, poco representativa y que tuvo menos cobertura mediática que la que obtuvo su mensajero ciudadano para la paz.

 

Para Ban Ki-moon, así como para los más de 100 representantes de gobiernos y más de 800 presidentes de empresas transnacionales, tuvo que ser un éxito, no sólo por que se habló de la crisis climática, centrándose en buscar nuevas formas de mitigación para los Gases de Efecto Invernadero mediante los Mercados de Carbono, incluso presentaron nuevos mecanismos para esto. La "Agricultura Climáticamente Inteligente” -si, así se llama- forma parte de estos mecanismos y no es sino el siguiente paso de la Revolución Verde, incluyendo ahora en los paquetes tecnológicos, semillas modificadas, todo esto, según la FAO para asegurar la seguridad alimentaria; nótese que no usan el termino soberanía, sino seguridad. Esto de nuevo beneficia a los monocultivos, la agroindustria, dejando poco o nada de espacio para la agricultura tradicional, artesanal y/o familiar, afectando a millones de campesinos en todo el mundo y creando nuevos impactos a los ecosistemas.

 

Poco a nada se planteo sobre la ineficiencia de los Mercados de Carbono en estos 20 años de COP’s para mitigar las emisiones, mucho menos se plantearon medidas para hacer frente a los pronósticos que mencionan que el porcentaje de Gases de Efecto Invernadero para el 2050 aumentara en un 38 por ciento de continuar esta tendencia, donde el 2020 es la clave para lograr mantenernos en el nivel actual, que no es lo mejor pues desde hace algunos años estamos en el punto del no retorno para comenzar a vivir una nueva era climática. Para lo cual se necesita una reducción de entre del 30 al 85 por ciento de los Gases de Efecto Invernadero actuales. Según el UNEP Emissions Gap Report si para el 2020 pasamos de las 44 giga-toneladas de CO2 por año, no tendremos mucho que hacer para lograr una reducción considerable en el tope máximo del 2050. De no lograr estas metas que predichas por los mismos organismos afiliados a la OUN, el panorama se presenta mucho más negativo que el actual, además de irse intensificando.

 

El éxito de la cumbre para Ki-moon se debe a los acuerdos alcanzados, aunque estos sean para continuar con estrategias que no han funcionado en 20 años, incluso el Fondo Verde que no solo es un fondo irrisorio que pretende tener la cifra de 100 billones de dólares para el 2020, lo cual es francamente un insulto si se compara con el dinero que se otorga desde los distintos mecanismos de los Mercados de Carbono, desde el cual los países que pueden acceder a esta Fondo por emergencias climáticas, se ven un tanto inútiles.

 

Los acuerdos y avances que se tomaron en esta cumbre oficial rumbo a la COP 21, no van encaminados a fortalecer medidas de adaptación. Todo lo contrario. Estas son cooptadas por los mercados, las transnacionales y el sistema. La Agricultura Climáticamente Inteligente es una prueba fehaciente de ello.

 

Mitigación versus Adaptación

 

A la par de la cumbre oficial y teniendo como marco inicial la Marcha Climática; organizaciones, movimientos, redes, alianzas, grupos indígenas, campesinos, activistas, comunidades, entre muchos otros grupos organizaron la Cumbre Climática de los Pueblos y el Tribunal Climático de los Pueblos. En el primero se expusieron los impactos negativos de las falsas soluciones promovidas por la ONU y los Mercados de Carbono, así como las alternativas, que no solo son reales, sino que están llevándose a cabo en muchos lugares del mundo. Planes de Basura Cero, recuperación de Cuencas, agricultura artesanal, son una realidad tangible y una solución a la crisis climática. Estas son medidas de adaptación, desde abajo y que se contraponen a las medidas de mitigación propuestas desde arriba, sin embargo, al ser parte central de un cambio sistémico, son por lo tanto medidas tanto de adaptación como de mitigación, por el simple hecho de romper con el modelo de producción y consumo, piedra angular de nuestro sistema.

 

En el segundo espacio, las comunidades afectadas por el cambio climático, por los Mercados de Carbono -MDL, REDD, etc., etc.) y/o por la intensidad y fuerza de los fenómenos naturales, expusieron la falta de justicia climática y la necesidad de la misma. De nuevo se puso en evidencia el fracaso de las medidas de mitigación para reducir las GEI, así como los impactos negativos que causan en las comunidades locales, que pierden desde sus territorios obligándolos a convertirse en refugiados ambientales.

 

Los dos espacios, así como las demostraciones de calle, fueron exitosos en la medida de que los senadores, alcaldes, representantes de la ONU, incluso las celebridades que se sumaron por unos segundos a la Marcha Climática, les quedo muy claro que las comunidades se representan solas; que la marcha fue una demostración de poder ciudadano, un simple recordatorio que se reafirmo al día siguiente con la marea de activistas que tomo las calles de Wall Street, el corazón del sistema, donde se toman las decisiones, los culpables directos de la falta de justicia global. A ellos miles de personas marchando para luego sentarse frente a sus edificios, les quedo claro que aun no han ganado la guerra, que desde las barricadas, las calles, las comunidades se siguen construyendo eso otro mundo posible. Incluso dentro de la ONU, burlando el increíble marco de seguridad -francotiradores incluidos- un puñado de personas llenaron de giraflores las puertas del edificio donde se reunieron los representantes de los gobiernos y empresarios, para dejar claro que ellos no los representan, abajo, la representación es directa, que allá abajo lejos de los Mercados de Carbono se construye, se aplican las medidas de adaptación. que a su vez son medidas de mitigación con justicia, solidaridad y apoyo mutuo.

 

¿Mismo problema? Dos enfoques distintos

 

Mientras Ban Ki-moon intenta ser positivo ante un espacio tan desgastado como criticado, intentando medidas desesperadas -como lo fue esta cumbre- a unos cuantos meses de celebrarse la COP, es más que obvio que las soluciones no vendrán desde arriba. El enfoque, los objetivos no son los adecuados para alcanzar el primer paso de esta crisis: la justicia climática.

 

En las calles aun se sigue escuchando, cambiemos el sistema, no el clima, pues cada día es más que obvio que lo que nos tiene en jaque es el sistema. Lograr un cambio desde adentro es como usar aspirinas para curar una migraña. El cambio debe de ser tan profundo como la misma raíz.

Fuente: Kaos en la Red

Temas: Crisis climática

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