Argentina - Alimentos procesados: qué estamos comiendo y por qué

Idioma Español
País Argentina

Visitamos la Cátedra de Soberanía Alimentaria en la UBA para hablar con la Lic. en Nutrición Miryam Gorban, quien nos explicó cómo funciona el actual modelo productivo que instala en nuestra dieta diaria alimentos ultraprocesados, y cómo estos pueden dañar nuestra salud.

“Desde que aprendí lo que es la soberanía alimentaria no he dejado un solo día de pelear por ella”, asegura Miryam Kurganoff de Gorban, Licenciada en Nutrición y coordinadora de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la Escuela de Nutrición de la Universidad de Buenos Aires (UBA), quien desde hace décadas participa activamente en congresos, conferencias y reuniones científicas como parte de una lucha que busca cambiar el actual modelo productivo que con sus alimentos ultraprocesados daña nuestra salud, “para cambiar el planeta, y para enfriarlo, porque también es responsable del cambio climático”.

En diálogo con El Federal, Gorban nos explicó que la ‘soberanía alimentaria’ es el derecho de los pueblos a desarrollar sus propias políticas alimentarias, en función de sus disponibilidades económicas, sociales y sobre todo culturales. Pero la industria alimentaria se apropia de un modelo de producción, comercialización y globalización de la alimentación que viola muchos de estos parámetros.

“Diez compañías en el mundo manejan la producción, la distribución, y la comercialización de los alimentos, y se apoyan para eso en los medios de difusión produciendo la transculturización, el no respeto de las identidades de cada uno de los pueblos y al mismo tiempo dan lugar a la producción de alimentos ‘ultraprocesados’.

¿Cuáles son esas empresas?

Están Kraft, Nestlé, Johnson y Johnson, Unilever. Hay un entramado entre los que son dueños de la semilla, los que son dueños de la tierra, los que son dueños de los supermercados, la industria petrolera, la industria química y la industria farmacéutica.

¿Monsanto es una de esas empresas?

Por supuesto, Monsanto para nosotros ya hoy en la Argentina te diría que es como el Gran Hermano, está en todos lados. La Red Nacional de Banco de Alimentos tiene su sede en el edificio de Monsanto. Otras actividades que luchan contra la desnutrición también son voceros Monsanto. Entonces algunas sociedades científicas dicen que los transgénicos son inocuos, y no lo son. Los derivados de la semilla transgénica están en los alimentos que consumimos a diario, cuya boca de expendio es esencialmente la de los supermercados.

¿Cuáles son esos alimentos?

Todo lo que está empaquetado, todo lo que esta industrializado, las milanesas de soja, patitas de pollo, hamburguesas de pescado, etc. Todo esto está hecho sobre la base de extractos de un determinado alimento, pero con saborizante, con colorantes, conservantes, con sustancias como la salazón, que es la base de todo eso. A la corta o a la larga, por acumulación de estos componentes van a producir daños severos en la salud.

¿Qué enfermedades pueden provocar estos alimentos procesados? En comparación a 20 años atrás ¿existen nuevas enfermedades?

Aumentaron las enfermedades que llamamos crónicas no transmisibles, basadas sobre todo en la obesidad y la diabetes, la hipertensión, problemas de aumento del contenido de grasas. Esta epidemia está asociada al consumo excesivo de este tipo de alimentos, abandonando las recomendaciones que nosotros hacemos de consumir más alimentos frescos, más alimentos de estación. Por supuesto que también chocamos con el problema del costo de estos alimentos, porque también manejados por las empresas formadoras de precios dificultan el acceso a la alimentación, que es la base del derecho a la alimentación.

O sea que nuestro país está muy lejos de tener una soberanía alimentaria…

Por supuesto que sí. La soberanía alimentaria sola no es, tiene que estar en el marco de un país soberano políticamente, soberano económicamente, no dependiente.

¿Cómo planifica nuestro país la producción de alimentos y cómo debería ser?

Tenemos la mirada puesta en la producción de alimentos basada en el monocultivo a partir del 96, hemos ido perdiendo diversidad, tenemos menos trigo, menos girasol. En el caso de la carne, hemos arrinconado a las vacas para producir más soja para la exportación, ocupando un terreno muy rico, aumentando la frontera agropecuaria y al mismo tiempo reduciendo la diversidad de nuestra alimentación. El caso claro en este momento es que se ha abierto la importación, y encontramos manzanas de Chile, naranjas de Valencia, pomelo de Israel, subestimando nuestra propia producción.

¿Y la soja tiene propiedades que no tengan los otros alimentos?

Se habla mucho de las proteínas de la soja, pero nosotros nos remitimos siempre al Dictamen de la Sociedad de Pediatría en 2002, cuando nos quisieron imponer en las escuelas la ‘soja solidaria’, que indicó que la soja estaba prohibida para menores de 2 años, que estaba no recomendada para menores de 5, y que para los adultos no se debía aumentar más de dos porciones por semana. Señalaban que tiene falsas hormonas y tiene sustancias antinutrientes que impiden la absorción del hierro y del calcio, cuando en nuestro país uno de los problemas que tenemos es la gran cantidad de niños anémicos y embarazadas anémicas.

¿Y la soja transgénica?

La soja transgénica agrega los problemas de la transgénesis, pero ya la soja como tal tiene estas características, porque ya tiene lo que se llama falsas hormonas o disruptores endocrinos que producen menarca precoz, produce ginecomastia en los varones, altera el funcionamiento de la glándula tiroides, y algunas otras cosas.

¿Qué opinión tenés sobre el programa del Gobierno de la Ciudad ‘Mi Escuela Saludable’?

El programa Mi Escuela Saludable no es un mal programa, el problema es que es una decisión política incorporar a los programas escolares la presencia de lo que se llama responsabilidad social empresaria con un conglomerado de empresas a través de ILSI (Instituto Internacional de Ciencias de la Vida), donde están los que son responsables de la falta de salud de nuestra población y en especial de los niños (ver aquí).

¿Qué alimentos podemos comer tranquilos? ¿O no existen?

Tenemos que optar entre el agronegocio, simbolizado en Monsanto, y la agroecología. Nosotros planteamos que el modelo productivo que hay que elegir para cambiar el planeta, y para enfriarlo, porque también es responsable del cambio climático, es el modelo agroecológico de producción.

¿Confiás en que algún día se va a poder modificar esta situación?

Tendremos que cambiar muchísimo la sociedad para eso. Yo tengo esperanza, tengo muchos años pero la esperanza no la he perdido porque sigo peleando.

La Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria está abierta a toda la comunidad, y es una de las maneras en que podemos acercarnos a entender qué estamos comiendo y por qué. Si te interesa esta temática y querés informarte sobre el riesgo en que nos pone el modelo de agroproducción actual, podés mirar nuestro video ‘Cuando la producción de alimentos nos enferma‘, un diálogo de saberes del cual participó Miryam Gorban (ver aquí).

Fuente: El Federal

Temas: Sistema alimentario mundial

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