México: alerta UAM sobre riesgo en seguridad alimentaria por biocombustibles

Idioma Español
País México

Investigadoras de esta institución, explicaron que los biocombustibles son impulsados con la urgencia de crear mecanismos que reduzcan los efectos del cambio climático y la generación de gases invernadero

Académicas de la Universidad Autónoma Metropolitana advirtieron que está en riesgo la seguridad alimentaria de México, porque las fuentes alternas de energía renovables utilizan al sector agropecuario en la transformación del maíz para la obtención de biocombustibles.

Michelle Chauvet Sánchez Pruneda y Rosa Luz González Aguirre, del Departamento de Sociología de la UAM, señalaron que la elaboración de biocombustibles con base en el maíz parece una realidad difícil de revertir para México, debido al nuevo paradigma del ahorro.

Pero, dijeron, debe reflexionarse sobre la seguridad energética y sus traslapes con la seguridad alimentaria, y formular una política tecnológica que no afecte el uso del maíz como alimento.

En un comunicado, las expertas se pronunciaron por generar regímenes regulatorios y políticas de apoyo entre los sectores energético y agrario con el fin de obtener los mayores beneficios sociales para los países.

En la actualidad, explicaron, los biocombustibles son impulsados con la urgencia de crear mecanismos que reduzcan los efectos del cambio climático y la generación de gases invernadero.

Sin embargo, indicaron, obedecen a escenarios especulativos, más que a una demanda existente de energéticos con base en cultivos agrícolas que aseguran una opción parcial y temporal, ya que requieren de procesos que en su conjunto llevan a un uso mayor de energía que el que se busca reducir.

El cambio en las fuentes de energía con el uso de biocombustibles tienen repercusiones serias en las culturas mesoamericanas, ya que pone en riesgo la base de la alimentación, la biodiversidad, la cultura e incluso la identidad por ser países importadores netos de alimentos básicos, entre ellos el maíz.

Las profesoras-investigadoras señalaron que otro riesgo para el campo mexicano es la creación de cultivos transgénicos y, con ellos, los peligros ambientales de cultivos de polinización abierta.

Indicaron que en el caso de los cultivos biofarmacéuticos, las profesoras mencionan que es pertinente buscar la solidaridad nacional e internacional para prohibir su siembra y utilización en el mundo por las graves repercusiones que para la salud, el medio ambiente y la seguridad alimentaria mundial podrían representar.

Milenio, México, 3-5-08

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12/05/2008
Biocombustibles, por Luis Monasterio Opazo
BIOCOMBUSTIBLES:..¡CUIDADO!

Seamos MESURADOS ante esta algarabía que existe por los biocombustibles. Se está abordando el tema en forma reduccionista, desestimando varios aspectos negativos de una producción indiscriminada, tanto para la Naturaleza como para el Calentamiento Global. No se está yendo al fondo del problema que se soluciona en gran medida REDUCIENDO EL CONSUMO DE ENERGÍA. Debo aclarar que no estoy en contra de los biocombustibles ni de su desarrollo, pues pueden ser sustentables en el tiempo, siempre que se produzcan y usen RACIONALMENTE.

Considerando lo que dice la 1ª Ley de la Termodinámica “LA ENERGIA NO SE CREA NI SE DESTRUYE, SOLO SE TRANSFORMA”, podremos concluir que la cantidad de energía contenida y disponible en los vegetales, que serían la base se los biocombustibles, depende de un flujo constante, pero limitado. Este dependería, entre otros aspectos, del clima y de la cantidad de días con sol.

El máximo de energía disponible en estos vegetales (ver: representación esquemática más adelante) será la que estos puedan obtener, solamente, en la superficie que ocupen. En otras palabras, si tenemos una hectárea de vegetales para ser transformados en biocombustible, la energía disponible de aquellos NUNCA será superior a la cantidad de energía que ha entregado el sol en dicha superficie, en el período en cuestión. Como dato diremos que la energía que recibe la tierra proveniente el sol es de 1 (caloría por centímetro cuadrado por minuto).

EJEMPLO:

Un techo de una casa de 10 x 10, (100 metros cuadrados), recibirá, en un día caluroso, 1.000 Kilocalorías por minuto. El techo de 100 (m2) recibe, 500.000 (Kcal por día). Este calor es equivalente a quemar 53 (litros) de gasolina.

Para ilustrar más claramente, mostraremos una representación esquemática del flujo de energía proveniente del sol, y cuanta sería la energía disponible para la producción del biocombustible.






Observando, vemos que la cantidad de energía proveniente del sol es:(5.000.000 Kilocalorías por metro cuadrado al año) y solo podemos utilizar 2000 (sólo un 0,04 por ciento del total), que sería la que acumulan los vegetales en este período, algo que a simple vista nos dice que es bastante escasa, para la creciente e irracional demanda actual.

Aclarado en parte el tema de la energía que pueden almacenar los vegetales (0,04%), sólo nos cabe suponer que para cubrir la creciente demanda, se tendría que aumentar las superficies de cultivo para tal fin, y no debemos olvidar que los suelos fértiles son escasos y no estarían todos disponibles porque también tenemos que comer, recrearnos y mantener nuestra biodiversidad.

Todo el petróleo proviene de la descomposición de antiquísimos vegetales, que tomaron parte de la energía del sol y a través de un proceso de millones de años se logró el producto. El consumo a gran escala de éste, solo data de no más de un siglo y por lo visto tiene sus días contados. Ahora bien, si el petróleo que demoró millones de años en formarse está siendo “devorado” en poco más de un siglo, ¿que podríamos esperar de este nuevo biocombustible que demora solo un año?.

Por otro lado ¿quién ha reparado en que al producir biocombustible de los restos de vegetales (hojas, ramas, semillas, etc), como proponen algunos, provocaríamos un DESEQUILIBRIO en el delicado proceso de regeneración natural de los suelos?. Las hojas y ramas que caen al suelo sirven para la formación del HUMUS, que es uno de los encargados de la manutención y fertilidad de los suelos. Si se llegase a cortar este ciclo natural, las consecuencias serían altamente peligrosas para la subsistencia de los vegetales en la tierra, que entre sus tantas cualidades tienen la de extraer el CO2, principal culpable del calentamiento global.

Imaginemos el FUTURO con este biocombustible. En primer lugar, ¿qué va a pasar con las Grandes Selvas que aún quedan en el planeta?. Las Trans- Nacionales de los combustibles tratarán de convencer a los Gobiernos de los distintos Países que sería más rentables convertirlas en biocombustible que mantenerlas como Selvas. En segundo lugar, a muchos Agricultores les va a ser más rentable sembrar vegetales apropiados y específicos (transgénicos) para los biocombustibles, que tener arbolitos frutales, flores, yerbas, hortalizas, legumbres, cereales u otros. En tercer lugar, las grandes Alamedas, jardines y parques no serán rentables como tales, así que serían transformadas en el tan esencial (..?) biocombustible.

En fin, creo que si se sigue esta política del crecimiento indefinido, de competitividad y por ende de consumo desenfrenado de energía, el paisaje terrestre se transformará en un gran DESIERTO VERDE. Que no nos vaya a pasar lo del “Rey Midas”, que todo lo que toquemos lo transformemos en BIOCOMBUSTIBLE y muramos de sed y hambre.

La verdadera solución, está en nuestras manos “REDUZCAMOS EL CONSUMO DE ENERGÍA” y cambiemos nuestra conducta depredatoria, pero, ¡ahora! y así podremos ocupar petróleo o biocombustible en forma racional y… por largo tiempo.

Luis Monasterio Opazo
Ingeniero U de C
lmonasterio@accionecologica.cl Diciembre 2006