Argentina: al país ingresan agroquímicos tóxicos y prohibidos en el mundo

Los agroquímicos o plaguicidas, son contaminantes altamente tóxicos que provocan trastornos severos en la salud y el medio ambiente. Envenenan a unas 25 millones de personas y matan a otras 20 mil al año, sobre todo en los países en desarrollo. Muchos han sido prohibidos en el mundo pero ingresan en Argentina por fallas en los controles

En el país afectan principalmente a los agricultores del norte que trabajan en monocultivos, aseguraron varias fuentes consultadas por RENA.

En Argentina no existe una Ley Nacional de Agroquímicos y muchas provincias carecen de legislaciones propias. Hay químicos prohibidos por algunos organismos y aceptados por otros. Difieren los criterios de acuerdo a la zona. El país se ha comprometido a luchar contra el uso de sustancias prohibidas con la firma varios convenios internacionales.

"Los agroquímicos son Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPS). El mayor peligro lo representan para el niño en gestación: desde el momento de su desarrollo en el útero se produce el daño que tiene un efecto permanente e irreversible, pero totalmente prevenible. Toda dosis por mínima que sea es tóxica para el feto o el recién nacido", aseguró María Della Rodolfa, vicepresidenta de la Asociación Argentina de Médicos por el Medio Ambiente (AAMMA), a RENA.

Los pesticidas provocan trastornos de conducta, disminución del coeficiente intelectual en niños, trastornos neurológicos en el adulto, cáncer de piel y de testículo, problemas en el aparato reproductor femenino (abortos tempranos, endometriosis) y masculino (disminución en el recuento espermático), dijo.

"Cada grupo de plaguicidas tiene su efecto tóxico y no todos están bien estudiados, principalmente los de reciente aparición o de última generación. Muchos están prohibidos pero igual se consiguen a través de la importación clandestina de procedencia y calidad dudosa", afirmó Hugo Allevato, del Equipo Nacional Coordinador del Programa Nacional de Seguridad de la Sustancia Químicas, a RENA.

Estos químicos tienen una alta capacidad de fijación y pueden contaminar las capas de agua subterránea y el acuífero subyacente. Inutilizan el agua subterránea como fuente para bebida y por traslado vertical-horizontal pueden llegar a los ríos, mares y al mismo océano.

"En Argentina no existe una Ley Nacional de Agroquímicos, algunas provincias carecen de una Ley Provincial de Agroquímicos, plaguicidas de uso domésticos son normatizados por distintos organismos de acuerdo a su uso específico por lo que principios activos prohibidos por una secretaría como por ejemplo la de Agricultura, Ganadería y Pesca o Sanidad Animal son utilizados en salud humana (como el DDT o el Lindane), explicó el doctor Walter Paz, Gerente Médico de HAZMAT Argentina, empresa especializada en prevención y control de emergencias químicas, a RENA.

Las áreas del país más perjudicadas son las de monocultivos, las de mayor vulnerabilidad económica y donde la actividad agrícola es preponderante como Salta, Misiones, Santa Fe, Mendoza y San Juan.

El doctor Sergio Saracco, del Centro de Información Toxicológica de Mendoza (provincia donde los agroquímicos son los segundos causales de intoxicaciones en la población) explicó a esta agencia que en los últimos años se produjo un aumento en el uso de esas sustancias "especialmente en los países en desarrollo, tanto en el agro como en la salud pública, lo que provoca un marcado crecimiento de la contaminación ambiental y una alta incidencia de intoxicaciones y muertes por año".

En Argentina se aplican varios tipos de pesticidas como la Aldrina, el Clordano, el DDT, la Dieldrina, la Endrina, el Heptacloro y el Toxafeno. Todos ellos están prohibidos en el mundo. El Convenio de Estocolmo firmado por el país en 2001 estableció que debían eliminarse o dejar de fabricarse, según aclararon los expertos.

Luisa Mele, miembro de la Comisión de Higiene y Seguridad de la Unión de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE)- organismo que trabaja desde hace más de diez años en la capacitación de los trabajadores rurales- informó que en el país "existen legislaciones provinciales y resoluciones nacionales de registro y evaluación de estas sustancias químicas cuyo cumplimiento es ineficiente".

Un peligro latente

"En los marbetes de cada producto se señalan los efectos tóxicos y sus antídotos. Los más perjudiciales son los clorados por su permanencia (poseen anillo bencénico no biodegradable) y por su efecto de bioacumulación en la cadena trófica. Le siguen los fosforados", explicó Hugo Allevato.

Existen cuatro vías por donde ingresan los agroquímicos al organismo, informó Walter Paz.
La cutánea: Por lo general el chacarero permanece sin protección más de 16 horas sobre la fumigadora en el verano a pleno sol. Sufre cuadros que pueden ser de leves a mortales. A veces no alcanza a llegar a los centros de mayor complejidad.

La digestiva: Esta vía es frecuente en los niños que manipulan los distintos productos de uso doméstico y los ingieren.
La ocular: Dada la profusa irrigación del ojo, es una vía alternativa de ingreso de los tóxicos, sobre todo si no se toman lo recaudos de descontaminar con cuidado. Provocan varias y graves consecuencias: nacimientos defectuosos, mutaciones genéticas y trastornos neurológicos crónicos.
Paz aseguró que distintos agroquímicos prohibidos en el exterior siguen siendo utilizados en Argentina tanto en zonas rurales como en las casas particulares. ?Entre otros el pentaclorofenol y los organosclorados (prohibidos hace unos 10 años en nuestro país por la alta toxicidad aguda y crónica y sin antídoto disponible). Plaguicidas que en una región del país se encuentran prohibidos, en otras se permiten como ocurre con el Lindane?, precisó.

Según Paz en el país hay fallas en el transporte, almacenamiento y distribución de los productos, por varias razones: ?abaratamiento de la importación desde países de Oriente- se triangula de Estados Unidos a China y de ahí a Sudamérica- incumplimiento de las normas vigentes para bajar los costos, falta de contralor nacional, provincial , municipal?.
El experto agregó: ?Se desconoce el uso seguro de las sustancias, se ignoran las medidas de protección personal y si las conocen y cuentan con el equipamiento adecuado, por razones culturales prefieren trabajar con la piel expuesta?.
El Ministerio de Salud de La Nación ha realizado campañas que invitan a los productores agropecuarios y campesinos a informarse acerca de los daños que representan para la salud y el medio ambiente, elaborando cartillas sobre el uso seguro de tales productos.

Advertencias internacionales

En 2001, un comunicado de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), advirtió que cerca del 30 por ciento de los plaguicidas comercializados en los países en desarrollo no cumple con las normas de calidad lo que representa "una seria amenaza a la salud de los seres humanos y al ambiente".

A principios de 2003, la FAO revisó el Código de comportamiento para plaguicidas con el objetivo de promover las prácticas que minimizan los potenciales riesgos sanitarios y ambientales ligados a los plaguicidas. "Continúa la producción y exportación de plaguicidas baratos pero muy tóxicos, como los organofostatos y los carbamatos", advirtió el organismo.

Todos los años se producen 25 millones de casos de envenenamiento a causa de plaguicidas y alrededor de 20.000 muertes involuntarias, sobre todo en los países en desarrollo, según sostiene la Organización Mundial de la Salud (OMS), en un informe al que tuvo acceso RENA.

El 99 por ciento de los casos de envenenamiento con plaguicidas ocurren en las naciones en desarrollo. Esto podría ocurrir por las deficiencias en los sistemas de regulación, de sanidad y de educación, según reconoció la FAO.
El mercado mundial de plaguicidas alcanzó los 32.000 millones de dólares en el año 2000, y la cuota correspondiente a los países en desarrollo fue de 3.000 millones de dólares.

Acciones oficiales

En mayo de 2001, Argentina suscribió el Convenio de Estocolmo sobre Reducción y Eliminación de Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs). También al de Rotterdam, sobre el Procedimiento de Consentimiento Fundamentado Previo aplicable a ciertos Plaguicidas y Productos Químicos Peligrosos objeto de Comercio Internacional, aprobado por Ley Nº 25.278.

Existe un Programa Nacional de Riesgos Químicos cuyo objetivo es disminuir los perjuicios para la salud humana asociados a la exposición a las sustancias químicas en todas las etapas de sus ciclos de vida.

Hay varios objetivos por cumplir, según señalan fuentes oficiales:
Sentar las bases para la aplicación del Convenio de Estocolmo en Argentina, ayudar al país a cumplir sus obligaciones de declaración de datos y otras previstas por convenio, reforzar la capacidad nacional para realizar la gestión ambiental de los COPs y de los productos químicos en general.

Según estas fuentes, Argentina confeccionará un perfil nacional que permitirá tener un conocimiento aproximado de la situación y servirá de base para efectuar y difundir evaluaciones de los riesgos asociados al empleo de sustancias químicas y su prevención y/o minimización.

Se constituirá, también, un Programa de Acción Nacional para la Gestión Integral de Sustancias Químicas, como respuesta efectiva al problema.

Qué hace falta

Luisa Mele, experta de UATRE, señaló varios aspectos de extrema necesidad para que la realidad del país vaya cambiando. Para Mele es importante concientizar a las industrias y organismos estatales, provinciales y municipales sobre el daño y riesgos para la salud y medio ambiente que representan los agroquímicos. Es necesario sensibilizar a los comerciantes, productores y empresarios agropecuarios profesionales y técnicos. Hay que brindar información a todos los niveles y capacitar a comerciantes, distribuidores, trabajadores, docentes y alumnos. Por último, es fundamental la fiscalización de los productos y de aquellos que los aplican. (Juan Ignacio Manchiola)

SERVICIO PERIODÍSTICO RENA
(Reporter Emergency News Agency).

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