Deuda, genética y patentes, ATTAC

La reunión del G8 a la que han sido invitados algunos países-talleres del "tercer mundo" (India, China, México y Brasil) tiene por objeto abrir el expediente de los ADPICs (Derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio). En Seattle este expediente permaneció cerrado debido a la oposición de los países del Sur, conducida por los países africanos

Convocatoria de Burdeos

En Burdeos se tratará de recuperar la posición de los grandes países del tercer mundo, entre los cuales al menos China, resulta un paraíso para la agricultura transgénica. Lo que demuestra (dicho sea de paso) que un proyecto tecno-científico totalitario requiere de una dictadura para " expandirse libremente".

Esta reunión del G8 ampliado elimina sin embargo a los países africanos que habían sido la punta de lanza del "NO" a los ADPICs en Seattle. Su objetivo es quebrar la resistencia de los países del Sur, ofreciéndole a estos grandes países talleres algunas migajas del pillaje sobre los seres vivos.

Por que un pillaje es precisamente lo que se trata de organizar en, seguramente, nombre de la filantropía, de la lucha contra el hambre y las enfermedades en el mundo...y del "Progreso".

I.- Para el complejo genético-industrial y el G8 los campesinos son "piratas" y los ciudadanos desconfiados.

Las "semillas" nadie puede negarlo no tienen mercado mientras el campesino no siembre el grano cosechado. En el campo agrícola, se trata en consecuencia de impedir al campesino sembrar el grano cosechado. Más precisamente quién selecciona un "varietal" (por analogía: una variedad genética) no puede venderlo si el campesino la reproduce y la multiplica, es decir la copia en su campo, ya que toda variedad biológica debe reproducirse. De este modo es evidente que la naturaleza se está oponiendo a la ganancia. Terminator, la tecnología que permite la reproducción de granos estériles es en consecuencia el mayor triunfo de la genética agrícola en los últimos ciento cincuenta años. La ley de la ganancia por sobre la ley de la vida.

Este tipo de emblemática necrología es todavía difícil y costoso en la práctica y poco confiable. ¿No sería acaso más rentable legalizar esta expropiación a través de su patentamiento? ¿Hacer que el contribuyente pague los costos de su propia desposesión?

En nombre de la competitividad el G8, la Unión europea y los gobiernos europeos quieren transformar esta facultad fundamental de los seres vivos en privilegio de un cartel de transnacionales agro-químicas de nefasto pasado en materia ambiental. La Comisión europea propone también cobrar un impuesto a las semillas agrícolas del campesino para financiar el "progreso genético" (por ejemplo, a las transnacionales semilleras) ¿Llegarán también a ponernos un impuesto por tomar sol en el umbral de nuestra casa?

En los EEUU, centenares de agricultores han sido demandados ya ante los tribunales por haber enfrentado al privilegio que el patentamiento otorga a los industriales de las "ciencias de la vida".

Todo privilegio genera sentimientos de injusticia entre los excluidos. Configura una trampa. En los EEUU, Monsanto utiliza el servicio de detectives privados para desenmascarar la "piratería" que es de aquí en más la palabra con que se designa la práctica agrícola más antigua la de sembrar ¡el propio grano cosechado! Según esta lógica alimentarse se convierte desde ahora en "desconfianza". Y para mejor control este jefe de línea de las "ciencias de la vida", que ha patentado Terminator en 80 países(que finalmente tampoco le pertenecía!) pone líneas telefónicas gratuitas a disposición de los agricultores para que estos puedan denunciar anónimamente a sus vecinos "piratas ".

Se trata pues de la creación de un privilegio para algunas transnacionales y la puesta en marcha de una sociedad delatora lo que los expertos del G8, en el mayor de los secretos - es comprensible - discutirán en Burdeos, ah! pero en nombre de la lucha contra el hambre y la protección del medio ambiente!

¿Se vió alguna vez que los privilegios contribuyeran al bien público? Estos expertos quieren reemplazar la mundialización no-mercantil de los recursos genéticos y de los conocimientos, su libre intercambio, la cooperación internacional entre investigadores públicos que permitió el extraordinario aumento de los rindes agrícolas en los países industriales y en el tercer mundo por la cartelización de dichos recursos y conocimientos, mediante el pillaje y la guerra económica ¿Podrá alguién creer que se trata de un progreso? Hace ya un siglo y medio que las ganancias vienen declarándole la guerra a los seres vivos. El patentamiento es en nuestro tiempo transgénico y transnacional lo que los cañones eran en la época colonial. Los expertos del G(, de la OMC, del FMI, del Banco Mundial reemplazan ahora a las tropas de marinos. La violencia es la misma lo que cambia son las formas. A esto se le llama progreso.

II Para el complejo genético-industrial y el G8, todo ser humano saludable es un enfermo que lo ignora.

El cartel de la salud

En el terreno médico, el patentamiento seguirá reforzando el poder de estas mismas empresas de "ciencias de la vida" en vías de rápida concentración (fusiones de los últimos meses: Glaxo Welcome-Smithkline Beecham, Aventis (Hoescht-Rhône-Poulenc), Pharmacia Upjohn-Monsanto, Sanofi-Synthelabo). Una docena de transnacionales controlan un mercado segmentado en especialidades - un mercado de la vida y de la muerte - inmensamente rentable. Y pretenden ampliarlo. No es otra cosa que la lógica de los mercados.

Estas empresas pretenden luchar contra las enfermedades. En realidad su único objetivo es obtener mayores ganancias. La actual especulación financiera se lo impone con particular brutalidad. Lo que pasa es que aquí esta búsqueda de ganancias pasa por la producción de medicamentos. Pero si mañana apareciera una actividad más rentable sus dirigentes orientarían sus capitales hacia ella sin el menor cargo de conciencia. Podemos estar seguros por lo tanto que las técnicas que ellos nos proponen (o mejor dicho propondrán a los médicos que nos las prescriben) estarán destinadas a incrementar sus ganancias y tal vez accesoriamente a mejorar nuestra salud.

En oportunidad de la fusión de Glaxo-Wellcome con Smithkline Beecham (el 17 de enero del 2000) nos enteramos que el potencial del nuevo grupo se apoya en un equipo de ventas de 40.000 personas! Solamente en los EEUU 7.600 visitadores médicos transforman a los médicos en "recetadores" de este laboratorio. ¿A qué contribuye esta fuerza de trabajo? ¿ a una mejor calidad de la salud o al beneficio de sus accionistas?

El Dr. J.Orbinski, Presidente de Médicos sin Fronteras, escribe que en Kenia el tratamiento de la meningitis, conectada con el SIDA, con la fluconozona cuesta 120 francos por día y solo 4 francos en Tailandia. En Kenia está patentado mientras que en Tailandia, no. En Kenia los enfermos mueren. Sabemos también que algunas enfermedades tropicales podrían ser curadas. Los medicamenots existen y también suficientes stocks. Tal es el caso que ha resurgido de la enfermedad del sueño. Pero como los enfermos no son solventes, estos medicamentos permanecen almacenados. Tal vez si se le pide a Bill Gates ¿financiará su utilización?

En lugar de patentar seres vivos y de privatizar la investigación pública como sucede en todo el mundo ¿no debería el G8 trabajar para hacer pública la investigación privada de modo que los talentos que esteriliza en tán mosntruosas tareas como Terminator y sus clones, en la defensa de las moléculas patentadas para no hablar de las sumas engullidas controlando a los "recetadores", fueran puestos al servicio de los hombres - y en primer lugar de los del tercer mundo? ¿Podrían las "stocks options" aniquilar la moral de los científicos públicos y privados cuyo talento es utilizado a contramano de la conciencia - si se tomara en serio la ideología universalista y progresista que dicen defender? ¿Porqué debe detenerse el "deber de la ingerencia" en las puertas de las administraciones de la industria farmacéutica?

En síntesis, la salud ¿es un derecho o una mercadería?. Pero eso no es todo.

Confiscar la salud

El patentamiento de los seres vivos es inseparable de una nueva concepción pretendidamente científica de la enfermedad: las enfermedades tendrían un origen genético. Para curarnos habría entonces que patentar los genes. Esta concepción es verdadera en el caso de ciertas enfermedades raras- que precisamente no interesan al complejo genético-industrial. Pero el caso es que este último trata de generalizarla al mercado, inmensamente rentable de las enfermedades llamadas "de la civilización" - cáncer, obesidad, enfermedades mentales, alergias ¿y por qué no? algunas viejas enfermedades que han resurgido domo la tuberculosis. Especialistas londinenses demostraron en Gambia (que) los hombres no son genéticamente iguales frente al riesgo de infecciones tuberculosas. Como se acaba de comprobar algunas personas debido a su hereditario patrimonio genético se hallan más expuestas que otras, a ser contaminadas por el virus del Sida. ¡Hermosa demostración! Somos todos diferentes. Son estas diferencias las que caracterizan a los seres vivos. ¿Qué hay de sorprendente en que reaccionemos en forma diferente frente a la tuberculosis o al sida? El trabajo de los especialistas londinenses desemboca en una tautología que introduce subrepticiamente la causalidad genética en una enfermedad que hasta ahora se decía era producida por el bacilo de Koch.

En consecuencia el bacilo de Koch ya no es el culpable de la tuberculosis como de la obesidad el gen descubierto en 1997 (o el cáncer a los oncógenes o cualquier otra endemia a otros genes).La incidencia de la tuberculosis en los países industrializados había disminuído en un 90% ya en 1914 mucho antes de que la primera molécula activa contra el bacilo de Koch estuviera disponible. En cincuenta años las luchas obreras habían logrado reducir la jornada de trabajo, el mejoramiento de las condiciones laborales, la supresión del trabajo infantil, el aumento de los salarios, el mejoramiento de las condiciones de higiene y de vida, etc. Se puede luchar entonces contra la tuberculosis luchando contra el bacilo de Koch o atacando las condiciones sociales que le permiten hacer estragos. Y actualmente, la lucha contra la tuberculosis (que ha resurgido en forma fulminante hasta en los países del G8), ¿no debería basarse en combatir la causa, el ataque neo-liberal contra todas las conquistas realizadas durante cincuenta años?

El paradigma de la enfermedad genética introduce un nuevo elemento con relación al de la enfermedad microbiana. Esta última deja la puerta abierta a las omnicomprensivas causas ambientales, sociales y políticas de la enfermedad, en síntesis a su ecología política y por lo tanto a la puesta en marcha de una política de salud pública, que ataque sus causas antes que a su agente, el bacilo de Koch. Pero con las enfermedades genéticas, la enfermedad resulta propia de la persona. Mala suerte, son los genes los que la condenan a ser víctima. Esta nueva ideología traduce la dinámica del capitalismo y de la ruptura de los vínculos sociales característicos del capitalismo. Reducida a sus genes la persona desaparece. No quedan más que genes deficientes frente a las transnacionales "terapéuticas". Se convierte en un "consumidor", en un "paciente" por oposición al concepto de "agente".

Digamos de paso que será posible encontrar siempre genes "responsables" (en esta mezquina concepción científica de la causalidad) de cualquier patología puesto que los genes fabrican proteínas y estas juegan su papel en todas las funciones vitales.

¿Cuál es el verdadero desafío de los "descubrimientos" que si se examina son otras tantas tautologías?

Desde el punto de vista de las semilleras internacionales, no hay mayor injusticia que el hecho de que plantas y animales se reproduzcan en la tierra del campesino. Todo ha sido calculado para poder librarse de esta propiedad básica. Desde el punto de vista de estas empresas de las "ciencias de la vida" una persona saludable perjudica la rentabilidad de su capital y harán todo lo posible para evitarlo. ¿No es necesario acaso comprender la teoría genética de la enfermedad, la machacona propaganda sobre la doctrina del ADN "(R.Lewontin,1993), el chantaje de las patentes que-protegiendo-las-inversiones-nos-permitirá-desembarazarnos-de-la-enfermedad" en este marco de economía política?

Todos somos portadores de enfermedades "genéticas" - de susceptibilidad a las enfermedades genéticas - de hasta, se dice, una cincuentena.. Para los Doctores Knock transnacionales toda persona saludable es un enfermo que lo ignora. La enfermedad genética y la medicina "predictiva" hacen que todo ser humano sea (y esto desde antes de su nacimiento) un enfermo potencial desde su nacimiento hasta su muerte. El mercado médico se amplía incluyendo a toda persona sana - exactamente como Terminator y otros "híbridos" en el campo agrícola extienden el mercado de las "simientes" a la totalidad de la superficie del planeta.

En suma para librarnos de las enfermedades, el complejo genético-industrial nos convierte a cada uno en un enfermo potencial. Se acabó el sistema de seguridad social!

En Burdeos como en Seattle y en Ginebra, haremos manifestaciones para parar la violencia del G8 contra el conjunto de nuestros derechos y los de la humanidad.

Les recordamos la posición del Consejo Científico de ATTAC publicado en Junio de 1999:

ATTAC pide al Parlamento europeo y a los Parlamentos nacionales a través de sus gobiernos que:

exijan a la Comisión y al Consejo de Ministros de la Unión europea la puesta en marcha de una moratoria sobre los organismos genéticamente modificados (OGM)
el poner fuera de la ley a las tecnologías tipo Terminator
la entrega de información a la Corte de Justicia de las Comunidades europeas en apoyo del pedido de anulación de la directiva europea sobre "la protección jurídica de las invenciones biotecnológicas" realizadas por los Gobiernos de los Países Bajos, Italia y Noruega.
ATTAC pide en particular a los diputados y senadores franceses:

intervenir ante el Ministerio de Relaciones Exteriores para que Francia se oponga ante la Corte a esa Directiva
exigir al Ministro encargado de las Investigaciones detener el programa Genoplanta, cuyo objetivo es socializar los costos de la privatización de los seres vivos y la reorientación de los recursos destinados a la investigación a la búsqueda de una agricultura sustentable, autónoma y campesina.
establecer elementos democráticos de control con el objeto de ubicar el potente instrumento de las investigaciones biotecnológicas al servicio de la vida y no de las ganancias y de la muerte.
pedir al Gobierno francés, luego a la UE y finalmente a la ONU, la solemne proclamación de un nuevo derecho del hombre: su derecho sobre los seres vivos y los recursos genéticos en tanto bien común de la humanidad inapropiable por naturaleza y por el medio que fuere.

Boletín el Grano de Arena Nº 42, 28-6-00
ATTAC
http://attac.org

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