Luis Paulino Vargas Solís

Hablemos de propiedad intelectual. En primera instancia, es algo que tiene que ver con cosas intangibles. Por ejemplo una historia en un libro; una película; una canción en un disco. El dueño se supone ser aquella persona que escribió la historia o rodó la película o compuso o interpretó la canción. Generalmente los verdaderos dueños son las corporaciones editoriales, cinematográficas o disqueras que producen y comercializan el libro, la película o el disco. También la propiedad intelectual se extiende al conocimiento contenido en el software que permite hacer diversas operaciones en una computadora, o el que está presente en una fórmula química utilizada para producir un medicamento.

Propiedad intelectual: asunto de vida o muerte

La tal propiedad intelectual es producto mucho más del interés de las grandes corporaciones transnacionales, que de quien crea, interpreta o genera ciencia y pensamiento... Tremenda y preocupante paradoja: la propiedad intelectual –que la dicen necesaria para estimular la innovación– en realidad deviene peligrosa enemiga de ésta. ¿O acaso la ciencia podría desarrollarse de otra forma que no sea el libre flujo y debate de las ideas?

Costa Rica: la llamada propiedad intelectual