Paul Molga

Las abejas mueren por millones desde hace algunos meses. Su desaparición podría estar anunciando el fin de la especie humana. Se trata de una epidemia increíble, de una violencia y de una amplitud asombrosa, que se esté extendiendo de colmena en colmena por todo el planeta. Nacida de un criadero de Florida durante el último otoño, se extendió primero a la mayoría de los estados de Norteamérica, luego a Canadá y Europa, llegando a contaminar Taiwán en abril pasado. Se repite el mismo escenario en todas partes: por millares, las abejas abandonan las colmenas, para nunca regresar a ellas. No hay cadáveres en las proximidades, ni predadores a la vista, sólo nuevos ocupantes prontos a ocupar los hábitats abandonados

La muerte de las abejas pone en peligro al planeta