Los pueblos de Oaxaca en lucha

Idioma Español
País México

"Nosotros creemos en la necesidad de realizar un nuevo pacto social, pero que tiene que partir de nuestros principios, de nuestros valores, de nuestras prácticas comunitarias que siguen existiendo en nuestro Estado de Oaxaca y en nuestras comunidades indígenas. Estamos luchando por la autonomía, estamos luchando por la reconstitución de nuestros pueblos indígenas. Y eso tiene que empezar también con la liberación de los presos que están en estos momentos en las cárceles"

Estamos luchando por la autonomía, estamos luchando por la reconstitución de nuestros pueblos indígenas”

Aldo González

“Oaxaca es el Estado de la República mexicana en donde hay mayor población indígena, alrededor del 63% de la población total del Estado somos de dieciséis pueblos indígenas diferentes. Esto nos da una idea de la diversidad cultural que existe en un espacio tan pequeño de nuestro país. Junto con esta diversidad cultural, está la diversidad biológica. Hay que recordar que México es uno de los cinco ó sies países megadiversos de este planeta; y Oaxaca es uno de los Estados de la República mexicana con mayor biodiversidad. Estamos hablando de cosas que están de alguna manera relacionada con la discusión que se ha estado dando hoy, pero ¿qué es lo que está sucediendo en este momento en Oaxaca?

En Oaxaca se ha impuesto durante mucho tiempo un sistema político que se ha basado principalmente en el cacicazgo, en el fortalecimiento de los cacicazgos locales, en el autoritarismo, en la represión; pero había estado ligado también a un paternalismo asistencialista que permitía al Estado mexicano poder tener apaciguada a la gente, poder tener quieta a la gente. Sin embargo, en estos últimos años, con la consolidación en México del modelo neoliberal, aún cuando el gobernador de Oaxaca surge del partido que ha estado más tiempo en el poder, que es el Partido Revolucionario Institucional, pues el modelo de gobernabilidad cambia; y en estos dos últimos años lo que hemos vivido en Oaxaca principalmente, es un sistema autoritario que nosotros podríamos llamar incluso fascista, que ha creado el terror en Oaxaca. Desde que llegó a la gobernatura del Estado el señor Ulises Ruiz, lo primero que dijo es “no voy a permitir que haya una manifestación en el centro de la ciudad de Oaxaca porque Oaxaca es una ciudad turística”. Y para evitar que hubiera manifestaciones en el centro de la ciudad, se llevó el palacio de gobierno; no se lo puedo llevar físicamente, pero hizo otro palacio de gobierno en un Municipio aledaño al a ciudad de Oaxaca, para que los pobres, los inconformes, la gente que tiene alguna razón de protestar, no lo hiciera en el centro de la ciudad y tuviera que trasladarse a media hora de la ciudad para poderlo realizar. El descontento de la sociedad no lo pudo resolver por las vías políticas. En distintos momentos, las organizaciones sociales de Oaxaca intentaron dialogar con el gobierno para tratar de resolver sus problemas y lo único que hubo fue represión. Quisiera platicarles un ejemplo que hoy lo volvemos a vivir también con Felipe Calderón. Citaba a los dirigentes de las organizaciones para que dialogaran en algún hotel o algún restaurante de la ciudad de Oaxaca, y ahí se resolvían los conflictos… pero en lugar que llegara el negociador político de su gobierno, llegaba la policía con órdenes de aprehensión, con “delitos” que habían sido cometidos muchos años atrás, o definitivamente con delitos inventados. Entonces, en el primer año de su gobierno, entraron a las cárceles de Oaxaca más de 200 personas.

La gota que derrama el vaso de la inconformidad popular fue lo que sucedió el 14 de junio de este año, cuando el sindicato más grande, con mayor capacidad de movilización en Oaxaca, que es la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, movilizó a todos sus agremiados, setenta mil gentes se plantaron en el centro de la ciudad, y él [Ulises Ruiz] lo único que hizo fue utilizar los medios de comunicación para decir que no estaban haciendo bien las cosas, que lo que tenían que hacer era regresarse a las escuelas para no perjudicar a los niños, etc. Y el 14 de junio metió a la Policía Estatal a reprimir a los maestros para que abandonaran el plantón. Esta situación provocó la reacción en la población por el malestar que se había acumulado no solamente en su año y medio de ejercicio gubernamental, sino en los años anteriores de otros gobiernos que habían mantenido a la población en la marginación, que habían empobrecido a la población para privilegiar algunos intereses locales y también transnacionales. Y la reacción de la gente fue “No lo vamos a permitir, porque si golpean al Sindicato o a la organización más grande que hay en el Estado de Oaxaca, con mayor capacidad de movilización, qué va a suceder con los más pequeños…”. Entonces hubo una reacción inmediata de solidaridad y, sin que hubiese una sola reunión para acordarlo, la gente salió a las calles. La gente se quedó en las calles, y se formó la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca. Primero se llamó la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca. Algunos la criticaron porque dijeron que era redundante el nombre, pero a nosotros nos preocupó otra situación, que fuera solamente un pueblo el de Oaxaca. Entonces se dio la discusión a su interior, y finalmente se transformó, el nombre de la Asamblea en Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, lo cual nos dejó un poco más conformes porque al menos existen dieciséis pueblos indígenas en el Estado de Oaxaca. La Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca ha sido denostada por los medios de comunicación. Seguramente, una de las primeras noticias que llegó a sus países fue el hecho de que “los vándalos” -como nos llaman a los de la APPO- habían agarrado a un funcionario público, lo habían amarrado, y le habían echado pintura en la cara. Eso fue catalogado por muchos medios de comunicación internacionales como una acción violenta por parte de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca contra un funcionario gubernamental, pero no se hablaba ya para ese momento de los muertos, de los desaparecidos, y de la gente que ya estaba en la cárcel. En este momento, hay al menos quinientas personas, después del 14 de junio, que han pisado la cárcel o que están en la cárcel. Ya ni siquiera están en cárceles de Oaxaca, han sido trasladados a los Estados del Norte del país, donde los familiares tienen que trasladarse más de veinte horas de trayecto por carretera para poder visitar a sus familiares, y luego les impiden el acceso a las cárceles.

La situación es muy difícil; hace tres días, en la ciudad de México, se hizo una conferencia de prensa por parte de algunos compañeros de la Asamblea, para anunciar que al día siguiente se iba a reanudar el diálogo con la secretaría de gobernación del nuevo gobierno de Felipe Calderón. Sin embargo, al salir de la conferencia de prensa, cuatro de los integrantes de la dirección de la Asamblea fueron aprehendidos. Entonces, nuevamente se utiliza la misma técnica. Se cita a la gente a dialogar y se le apresa, con órdenes de aprehensión que seguramente son prefabricadas. Hoy, la mayoría de los consejeros de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, que somos más de doscientos sesenta, estamos escondidos.

Es una situación muy difícil la que se está viviendo en Oaxaca; yo quisiera aprovechar este espacio para llamar la atención de ustedes, porque el asunto de Oaxaca no es solamente que caiga un gobernador. Nosotros estamos planteando una transformación profunda de la sociedad. Y esa transformación profunda de la sociedad, implica también que tenemos que pensar el modelo que se nos ha impuesto en Oaxaca y en nuestro país. Como decía inicialmente, Oaxaca es el Estado de la República con mayor biodiversidad, con muchos recursos naturales, que para nosotros no son recursos si tuviéramos que empezar a revisar una serie de conceptos. Nosotros decimos que son seres materiales y espirituales que nos acompañan, porque desde el punto de vista de nuestros pueblos indígenas, nosotros no somos quienes podemos decidir sobre lo que existe a nuestro alrededor. No podemos compartir el concepto de propiedad, porque ¿quién puede tomar la decisión de decir que es dueño o está por encima de los demás? Nos concebimos como parte de la naturaleza, y en ese sentido tendrían que ir también las transformaciones que nosotros estamos proponiendo.

El modelo político que hoy se impone en Oaxaca y que se ha impuesto durante mucho tiempo, no fue diseñado por los oaxaqueños. Nosotros creemos en la necesidad de realizar un nuevo pacto social, pero que tiene que partir de nuestros principios, de nuestros valores, de nuestras prácticas comunitarias que siguen existiendo en nuestro Estado de Oaxaca y en nuestras comunidades indígenas. Estamos luchando por la autonomía, estamos luchando por la reconstitución de nuestros pueblos indígenas. Y eso tiene que empezar también con la liberación de los presos que están en estos momentos en las cárceles. Nosotros queremos pedir su solidaridad; y, en primer lugar, pidiéndoles que se puedan informar un poco más de lo que sucede en Oaxaca y, en la medida en que ustedes lo puedan hacer, ser partícipes de esta información con otras gentes que están cercanas a ustedes. Y también la posibilidad de realizar alguna acción, que no necesariamente tiene que ser física. Ustedes saben escribir cartas, lo pueden hacer a sus gobiernos, para que llamen la atención del gobierno mexicano. Nosotros creemos que este conflicto no lo vamos a poder resolver solamente los oaxaqueños, ni lo vamos a poder resolver solamente los mexicanos. Necesitamos urgentemente la solidaridad internacional para solucionar este conflicto. Y si estamos preocupados por la defensa de los bienes comunes, yo creo que también tenemos que hacerlo por los pueblos que han hecho posible que sigan existiendo, al menos en Oaxaca, esos bienes comunes; entonces, les rogamos solidaridad.”

Diciembre de 2006, México

Por moc.liamg@aldoibaicnega

Comentarios