Oligopolios 2003: control y nuevas tecnologías (II)

Para la mayoría de la gente, lo más tangible de la concentración corporativa es la de los megasupermercados, encabezados por Wal-Mart, desde hace tres años la empresa más grande del mundo.

El poder de estos megasupermercados es enorme, ya que luego de una etapa inicial de bajar precios para eliminar competidores, manipulan a su gusto los precios a consumidores y proveedores. La tendencia es que se encuentre todo bajo un mismo techo, desde alimentos, vestido y productos farmacéuticos hasta muebles y refacciones de automóvil, creando así mayor dependencia y estimulando compras por medio de sistemas de mercadeo "personalizado". En ese sentido, IBM (la empresa 19 y la economía 58 del planeta) desarrolló una tecnología de sensores llamada BlueEyes, que permite a cámaras de video y micrófonos identificar las acciones de los "observados", posibilitando que esta información se use para reconocer las preferencias de los consumidores, pero también para identificación individual (por ejemplo mediante el iris, como ya sucede en algunos aeropuertos europeos).

Otro sector de alta concentración, quizá menos evidente para el público, es el control de las nuevas tecnologías y la convergencia de éstas. Ciencias como la genómica y la biotecnología, la nanotecnología, la informática y las neurociencias se potencian mutuamente, siendo su orientación definida mayoritariamente por poderosas empresas, y en una porción significativa, por las fuerzas armadas de los países donde tienen sus casas matrices, fundamentalmente Estados Unidos, Europa y Japón. Sus departamentos de Defensa y otros relacionados, tienen numerosos contratos de investigación y desarrollo de productos con esas mismas empresas.

La genómica, una ciencia que nos prometen traerá toda suerte de beneficios mediante la medicina "personalizada" (a quienes puedan pagarla) ha avanzado exponencialmente gracias a la informática, que a su vez ha dado un salto cualitativo con nanotecnologías que permiten incorporar ADN para sustituir la anterior generación de chips de computación. Llevó 12 años y más de 250 investigaciones secuenciar el genoma de la bacteria Escherichia coli. En contraste, una subsidiaria de la empresa CuraGen anunció en septiembre de 2003 que con nuevos métodos había logrado secuenciar el genoma completo de un virus en un par de horas.

El primer genoma animal secuenciado, un nemátodo con 100 millones de pares de bases, tardó ocho años en completarse en 1998. En setiembre de 2003, Craig Venter, del Centro de Genómica Avanzada, anunció que en unos meses había completado la secuenciación del genoma de su perro. La iniciativa pública Proyecto Genoma Humano tardó 10 años y gastó 2 mil 700 millones de dólares para secuenciar 3 mil 120 millones de bases de nuestro código genético. En octubre de 2003, Affymetrix anunció que estaba tomando pedidos para entregar "genoma humano en un chip" por un costo de unos 500 dólares. Este chip permitiría una "lectura rápida" de los aproximadamente 30 mil genes humanos, para generar fármacos individualizados. Los aspectos de control y de bioética de estas aplicaciones han sido escasamente discutidos. Pero el contexto corporativo es que las 10 mayores empresas biotecnológicas y genómicas acaparan 54 por ciento del mercado mundial, y las 10 mayores farmacéuticas 53 por ciento.

Sin duda, la tecnología que tendrá mayores impactos a todos los niveles es la nanotecnología (la manipulación de la materia viva o inerte a nivel de átomos y moléculas). Es el único sector de investigación en el que la inversión ha crecido exponencialmente, incluso en economías en recesión. La nanotecnología es aplicable prácticamente a todos los rubros industriales, como una plataforma para crear nuevos productos y modificar los ya existentes. Y la nano-biotecnología abre fronteras ni siquiera imaginadas. Las farmacéuticas se regocijan con reformulaciones a nivel molecular que les permiten extender el monopolio de sus patentes. La Fundación Nacional para la Ciencia de Estados Unidos predice que en una década, más de la mitad de las ventas farmacéuticas dependerán de la nano-biotecnología. La meta es integrar los ladrillos básicos de lo vivo con materias sintéticas, creando nuevos materiales y artefactos, pero también organismos vivos que nunca han existido. En 2002, financiados por el Departamento de Defensa, investigadores de la Universidad de Nueva York sintetizaron en dos años el genoma del virus de la polio. En noviembre 2003, financiados por el Departamento de Energía, el Instituto de Energías Biológicas Alternativas, fundado por Craig Venter, construyó un virus artificial bactericida en sólo dos semanas. En octubre de 2003 investigadores de la Universidad de Stanford anunciaron que habían creado una molécula de ADN expandido (llamada xDNA), que "un día podría servir como el material genético de una nueva forma de vida, aquí o en otro planeta". Las fuerzas armadas de Estados Unidos tienen el mayor número de patentes nanotecnológicas, seguidas por IBM. Gran parte de las 500 mayores empresas del mundo invierten en nanotecnología.

La orientación subyacente de las nuevas tecnologías, en el contexto de oligopolios crecientes en todos los rubros, que ya afectan virtualmente todos los aspectos económicos, políticos y sociales del planeta, es el control de todos los aspectos de la vida existente (o por crearse). Como tantas veces, la realidad supera la fantasía, haciendo parecer las oscuras utopías de sociedades totalitarias de Orwell y Huxley como cuentos de niños.

*Investigadora del Grupo ETC
Basado en el informe Oligopoly, Inc. www.etcgroup.org

(Publicados en La Jornada, México D.F. el 7/2/2004)

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