Argentina: contra la vida mercantilizada

Idioma Español
País Argentina

En Mar del Plata ayer en ocasión de la Cumbre de los Pueblos y hoy en Carlos Casares, feudo de la empresa Los Grobo, nos manifestamos contra esa vida mercantilizada que nos proponen las Corporaciones. No permitiremos que continúen haciendo negocios con lo qué comemos, con nuestros hijos, con nuestro paisaje y con nuestros genes…

Hoy estamos transmitiendo este Editorial desde la ciudad de Carlos Casares, más precisamente desde la FM La Oreja 89.1. Hemos venido hasta aquí con el mejor ánimo de esclarecer a la población local sobre el modo en que el modelo de agroexportación y de monocultivos de soja, ha incidido en sus vidas y también en las vidas del resto de los argentinos. Pero estamos en Carlos Casares, y no somos inocentes, y por ello debemos confesar que sabíamos que hacer pública nuestra palabra en esta localidad referente de lo que es un virtual imperio de la soja, en este particular territorio de los pooles, conllevaba riesgos inevitables. Lo sabíamos tanto como sabemos cuánto han incidido las empresas del grupo Grobo, en la instalación de un modelo de agricultura industrial que ha despoblado el territorio, que ha contaminado con agrotóxicos las cuencas hídricas, que como consecuencia directa ha convertido a nuestras ciudades en conglomerados gigantescos e ingobernables, y que ha convertido a la Argentina en un país de economía insumo dependiente, agroexportadora y absolutamente accesoria y vulnerable en las relaciones internacionales y en los mercados globales.

Sabíamos perfectamente que venir a expresar estas verdades en Carlos Casares, nos traería algunos riesgos, lo que no imaginábamos es que provocaríamos la indignación personal y pública del Ingeniero Grobocopatel y de su Sra. Esposa, y que celosos de su territorio, nos hayamos convertido en objetos de su cólera y hasta de sus amenazas de estar presente en nuestra conferencia de hoy a la tarde, junto a sus muchos asesores, para respondernos, como si esto fuese una cuestión personal y no una cuestión de políticas públicas y de interés del conjunto de la población.

Sabemos que alguna vez, ante manifestaciones de muchos en su contra por la instalación de sus enormes silos en el centro del Pueblo, supo a su manera movilizar a otros tantos a favor de sus intereses. Tiene recursos suficientes para ello y no lo subestimamos. Y por ello mismo le queremos recordar que esta Republiqueta Sojera que él con particular energía ayudó a configurar, es todavía una Democracia y que nosotros como ciudadanos de a pie de este país de los Argentinos tenemos el derecho de expresar con libertad nuestras ideas y también señalar que los sojeros y los funcionarios que los apañaron en los años noventa, no fueron leales ni cumplidores con nuestros derechos constitucionales a la información debida. Que todos ellos y con la norma pseudo científica de la “equivalencia sustancial” transformaron a la Argentina en una gran plataforma de producciones transgénicas a nuestras espaldas, sin que lo supiéramos nosotros, el común de los ciudadanos, y también sin que lo supieran la enorme mayoría de los Diputados y de los Senadores de la República. Y aún mucho peor que todo ello, que transformaron a la Argentina en un portaviones de empresas como Monsanto y como Cargill, una base de difusión de las semillas GM hacia los países vecinos, como Brasil, como Paraguay y como Bolivia, contrariando sus marcos legales y violando de hecho y de derecho, sus respectivas soberanías.

Y por último, quiero expresar al Señor Grobocopatel y a su señora, mi particular y paradójico agradecimiento, ya que con su cólera y sus manifestaciones desmedidas ante quienes nos invitaron a esta ciudad de Carlos Casares, nos han regalado la certeza de que lo que decimos es cierto, de que lo que dice el GRR son razones de peso que develan lo que le duele al Poder que se devele. También sentimos gracias a ellos que el Poder es mucho, pero mucho más frágil de lo que imaginamos en esos momentos en que nos ponemos optimistas, y decimos esto porque parecieran que no pueden sobrevivir a nuestra palabra, a nuestras películas y a nuestra capacidad de crear conciencia nacional, que les son insoportable nuestras campañas en decirle al Pueblo que el problema no es cambiar el sistema capitalista, empresa riesgosa a que pareciera invitarnos el Ingeniero Grobocopatel en sus escritos, sino algo mucho, pero mucho más cercano: cambiar de raíz el modelo de la soja e instaurar la Soberanía Alimentaria.

Esta noche proyectaremos una película de Marcelo Viñas y expondremos tres compañeros y compañeras del GRR nuestras opiniones absolutamente fundadas, opiniones conocidas y compartidas por cientos de miles de argentinos conscientes que escuchan nuestras voces o leen nuestros documentos. Confiamos en no tener dificultades y en que nuestras personas físicas no corran mayores riesgos que la lógica excitación que provocan las controversias civilizadas. En otro caso y lo decimos muy seriamente, el país entero sabría a qué atenerse…

Desde muchos años atrás, cuando desde los EEUU comenzara a proponerse el ALCA y cuando aún no se habían organizado los movimientos sociales en su contra, nosotros desde el GRR dijimos que en nuestro país el ALCA era la Soja. Lo tenemos impreso. Luego, se conocieron mejor las amenazas que implicaba en otros espacios y la llamada izquierda se organizó para enfrentarlo. Durante años repetimos que el ALCA no era en la Argentina una mera amenaza. Decíamos que ya teníamos el ALCA. Que el ALCA era el modelo de la Soja. No nos escucharon, tampoco hablaron de la Soja ni se interrogaron sobre un modelo cuyos impactos son imposibles de no advertir. La llamada izquierda se quedó en los paradigmas de los años setenta. Tiene dificultades graves para cuestionarse respecto a las tecnologías y a la idea de progreso indefinido, tiende a reconocer como positiva la gran escala y por ello deviene inevitablemente como desarrollista y con criterios similares a quienes pretenden combatir. En última instancia, nos dicen: “las tecnologías no son buenas ni malas, depende de quien las maneja”. Son conceptos propios de la guerra fría y por seguirlos fue que colapsó la URSS y en las últimas elecciones desapareció del mapa electoral nuestra izquierda vernácula que, pareciera necesitar ahora de los alfajores Havanna para ganarse un lugarcito bajo el sol de la televisión.

Ahora, quisiéramos repasar nuestras numerosas actividades en la Cumbre de los Pueblos en Mar del Plata durante el curso de toda esta semana, actividades que incluyeron el despliegue de una enorme bandera de más de ocho metros con la consigna “Con Soja no hay ALBA”, delante mismo del Presidente Chávez en el Estadio, cuando estaba exponiendo, y la organización o nuestra presencia activa en varios talleres en los Foros de la Contracumbre, todos ellos con grande asistencia de público y con un espíritu importante de reconstruir redes sociales de comprensión, de conciencia y de trabajo en común con grupos y compañeros de todo el país, así como con compañeros provenientes de los países hermanos de la América Latina que se hicieron presentes en abundancia en nuestros talleres.

Una de las actividades más importantes para mí, ha sido nuestra participación en la presentación ante la Cumbre de los Pueblos de un libro de la Fundación Heinrich Boll titulado ¿Un mundo patentado? La privatización de la vida y del conocimiento, y que cualquiera de ustedes puede bajar y leer en la página Web de los activistas por el Software libre: www.vialibre.org.ar. En este libro, 16 ensayistas desde diferentes abordajes intentan configurar una nueva resistencia frente al nuevo proyecto de poder del conocimiento que las empresas y los Gobiernos nos anticipan. El libro es interdisciplinario y entre otros terribles riesgos para la humanidad de que nos habla, y que ya conocíamos, tal como el de las semillas Terminador o semillas autoestériles, semillas que no producen semillas, para que debamos comprarlas cada año a las Compañías, nos descubre otras amenazas aterradoras que están comenzando a entrar en el mercado, como es el de los llamados bebés a la carta, es decir niños que podríamos engendrar con las características que nosotros queramos siempre, por supuesto, que podamos pagar esa operatoria de ingeniería genética.

“Las tecnologías de reproducción y genética pueden desafiar y cambiar la definición misma de lo que significa ser humano. Los post-humanistas vislumbran un futuro de seres humanos genéticamente modificados a tal punto que pueden tener más en común con otras especies que con otros humanos. El marco de los derechos humanos proporciona una herramienta muy poderosa para enmarcar este debate dentro de un enfoque sobre la dignidad humana y los derechos de las generaciones presentes y futuras, así como de una valoración de nuestra humanidad común compartida”. Nos referimos concretamente a que: ”Si esta forma de selección se vuelve norma, no habrá ningún cimiento ético ni moral sobre el cual oponerse a futuras selecciones eugenésicas de color de piel, estatura o tipo de musculatura. La selección sexual abre la puerta a un futura tecno eugenésico comercializado de bebés diseñados y combinados como accesorios”. Son citas tomadas de un documento del Centro para la Genética y la Sociedad, organización estadounidense de información y asuntos públicos que promueve el uso responsable de las nuevas tecnologías genéticas humanas y reproductivas. Podemos bajar más información de la página Web www.genetics-and-society.org .

Ahora sabemos más de que nos habla el Ministro Lavagna, Los Grobo y Clarín Rural, cuando anticipan que el futuro de nuestro país, o sea el de ellos, está en el poder del conocimiento. Los nuevos patentamientos de la vida que, mediante Biotecnologías ya han desarrollado en el universo de los vegetales y animales, incluye hoy además de los seres humanos, también los intangibles como la información y el conocimiento compartido. La vasta gama de recursos que poseen las personas en forma colectiva, legal o moral pueden ser ahora objetos de apropiación mediante patentamientos y por lo tanto objeto de nuevos negocios para las Corporaciones. De tal manera, tanto cuando el Ministro Filmus nos anuncia que cerró tratos con Microsoft para los software de la Educación Argentina, como cuando la empresa los Grobo se enorgullece de tener una vaca transgénica o cerrar acuerdos con el CONICET para el desarrollo de un polo biotecnológico en la ciudad de Rosario, ya sabemos hacia dónde apunta el llamado poder del conocimiento que nos anticipan: la apropiación capitalista de todos los sistemas naturales y de los ecosistemas locales, de los bienes de propiedad estatal o comunitario, incluyendo los provenientes de la investigación académica así como de las tradiciones culturales y por último, la información y el conocimiento heredado y compartido, la sabiduría popular y los trabajos culturales.

En Mar del Plata ayer en ocasión de la Cumbre de los Pueblos y hoy en Carlos Casares, feudo de la empresa Los Grobo, nos manifestamos contra esa vida mercantilizada que nos proponen las Corporaciones. No permitiremos que continúen haciendo negocios con lo qué comemos, con nuestros hijos, con nuestro paisaje y con nuestros genes… y quisiéramos concluir este Editorial con una cita de Jurema Werneck, líder de una organización para mujeres negras del Brasil y cuya página Web es www.criola.org.br. Ella en este libro que comentamos, nos dice lo siguiente: “…nuestra participación en esta lucha se suma a todas las demás que hemos emprendido. De modo que destaco la lucha por la prohibición de la eugenesia, por la reintegración de la ética a la cotidianeidad de las acciones humanas; por la inversión de la tendencia de supervaloración de características biológicas para, a partir de ellas, producir jerarquías crueles en las sociedades, por impedir que portadores de determinadas características sufran rechazo por portar marcas indeseables. Luchamos contra la segregación, la muerte precoz, el prejuicio, el abandono a la propia suerte, la cosificación, la desesperanza derivada de la perdida de solidaridad, de aquellos que lleguen a ser considerados biológica o genéticamente inferiores. En suma, luchamos para que otros seres humanos no reciban el trato que nosotras las negras y los negros hemos recibido en los últimos 500 años”,

Jorge Eduardo Rulli
Horizonte Sur en Radio Nacional AM
EDITORIAL DEL SÁBADO 5 DE NOVIEMBRE DE 2005

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