Brasil: en Paraná, caciques Guaraní exigen demarcación de sus tierras y derechos básicos

Por CIMI
Idioma Español
País Brasil

Hace un año, caciques y líderes Ava-Guaraní del oeste del estado de Paraná, sur de Brasil, se reunieron para discutir los problemas de sus comunidades. Demarcación de la tierra, salud y educación son sus principales preocupaciones. En la reunión, se definieron las directrices y las reivindicaciones encaminadas al Gobierno.

Desde entonces, poco o nada ha cambiado en la vida del pueblo Guaraní; todo lo contrario, la situación de vulnerabilidad y exposición a la violencia, la inseguridad alimentaria y las violaciones de los derechos indígenas se intensificaron. Sin acceso a los derechos más básicos, como agua potable y saneamiento, además de la paralización de los procedimientos de demarcación, comunidades viven en espacios pequeños, llegando incluso a pasar hambre.

 

La conclusión fue presentada por los caciques y líderes indígenas que entre los días 26 y 28 de junio volvieron a reunirse, de esta vez en tekoha (lugar donde se es) - Itamarã, ciudad de Diamante del d'Oeste, para evaluar si hubo avances en las reivindicaciones establecidas en junio de 2012. En el documento final del encuentro, los Guaraní exigen la reanudación inmediata de la demarcación de las tierras indígenas en el estado.

 

"El punto principal es la tierra. Nada avanzó y los estudios hechos nunca fueron presentados. En la tierra está el agua, cercada y contaminada por los terratenientes, y nuestra posibilidad de sembrar. En realidad, estamos regresando para las tierras de donde fueron expulsados nuestros padres y abuelos", dice Teodoro Tupã Alves, uno de los aproximadamente 50 participantes del encuentro y líder de uno de los 19 tekoha representados.

 

En ninguna de estas áreas - situadas entre los municipios Guaíra, Terra Roxa, Santa Helena, Diamante del Oeste y São Miguel del Iguaçu - la situación de la tierra fue regularizada. Para empeorar, la jefa de Gabinete de la Presidencia, Gleisi Hoffmansolicitó al Ministerio de Justicia, durante el mes de mayo, que recomendara a la Fundación Nacional del Indio (FUNAI) la suspensión de las demarcaciones en el estado. El tema es que, sin embargo, tales procedimientos ya se encontraban paralizados.

 

En 2009, según orden judicial, el Ministerio de Justicia publicó una ordenanza para llevar a cabo estudios preliminares en la región. La antropóloga responsable por el estudio no entregó el material, incluso después de accionada judicialmente por laFUNAI. Los técnicos del organismo trabajaban para definir los procedimientos, cuando fueron sorprendidos por la decisión del Gabinete de la Presidencia.

 

"Hemos recibido la recomendación del Ministerio de Justicia para detener los procedimientos. Resulta que esto no resuelve el problema para ninguno de los lados [indígenas y terratenientes]. La incertidumbre jurídica persiste y quien termina sufriendo más son los Guaraní", analiza Diogo de Oliveira, indigenista especializado de la Funai-Guaíra.

 

Miseria y amenazas

 

Las consecuencias de la falta de demarcación repercuten en todos los aspectos de la vida de los Guaraní del oeste paranaense. Los gobiernos municipales y estatales utilizan el argumento de la falta de regularización de las tierras para evadir la responsabilidad en la prestación de los servicios públicos, como el transporte escolar, la construcción de escuelas en las aldeas, suministro de agua y alimentación, además de garantías de acceso a hospitales y policlínicos de salud. "Los niños están siendo obligados a caminar una hora para llegar por donde pasa el autobús escolar, siendo que hace como dos semanas que este no pasa a recogerlos. La merienda escolar, por cierto, es casi la única comida que tienen en el día. Si no van a la escuela, es posible que no coman", afirma Adriano Benites, de 29 años, del pueblo Tekoha Guaraní.

 

Hace más de un año un grupo de 22 familias, un total de 68 Guaraní, siendo 33 niños, retomaron un pedacito estrecho de tierra localizado entre cuatro haciendas de soja y maíz. Según inspección del Ministerio Público Federal (MPF) de Guaíra, los indígenas consumieron el agua de un río contaminado por fertilizantes y agrotóxicos. Muchos están enfermos, con erupciones cutáneas, y parte de los niños presenta síntomas de anemia y desnutrición. Para completar el cuadro, la comunidad está constantemente siendo acosada por los terratenientes o arrendatarios de las tierras.

 

"Los terratenientes dicen que están trayendo hombres armados de Paraguay, y que nos va a matar. Lo más grave hasta ahora son los intentos de atropellarnos en las rutas. Tratan de atropellar incluso a los niños. Ahora han cerrado a una de las carreteras y la ambulancia no logra pasar para llegar hasta acá", denuncia Adriano. En el encuentro, caciques y líderes indígenas han relatado casos de falta de asistencia en materia de salud y los prejuicios contra los niños indígenas que van a estudiar en las ciudades.

 

"El transporte siempre atrasa o no aparece y los niños terminan por quedar alrededor de la escuela. Ellos nos dicen que los hombres los ponen a luchar entre sí o con los niños blancos. El ganador recibe un paquete de galletas. No queremos que nuestros hijos estudien en la ciudad. Se trata de un derecho tener escuelas dentro de nuestras comunidades",

 

 

Los procesos administrativos

 

El fiscal de la República en Guaíra, Henrique Oliveira, presente en el encuentro de los guaraníes, presentó 45 procesos administrativos, en dos meses de trabajo, junto a las diversas instancias del Poder Público, pidiendo asistencias a los derechos básicos de los Guaraní del oeste de Paraná.

 

El fiscal ha afirmado que la situación de los pueblos indígenas es "la más precaria. No tienen acceso a los derechos más básicos de la Constitución. Estos derechos son independientes de haber o no se dado la regularización de las tierras". Debido a esto, la actuación del MPF sucede en etapas y la primera es garantizar que los Guaraní tengan qué comer, agua potable, saneamiento, educación y salud.

 

"Para Tekoha Guaraní, por ejemplo, pedimos al gobierno del estado para garantizar el agua potable en botellas, además de agua para cocinar, lavar la ropa y hacer la higiene personal a través de coches cometas hasta que se garantice la entrega fija de agua", explicó Oliveira.

 

Desde enero, cuatro jóvenes indígenas se suicidaron y en los municipios del oeste de Paraná la hostilidad contra los indígenas crece en las campañas que afirman que los Guaraní quieren tomar las ciudades, sobredimensionando el tamaño de las áreas reclamadas.

 

Fuente: Rel-UITA

Temas: Pueblos indígenas

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