Cinco maneras de acabar con las dietas desastrosas

Idioma Español

"Frente a esta crisis de la salud pública, seguimos obstinados en recetar remedios médicos. Sin embargo, lo importante es que nos centremos en los problemas sistémicos que empobrecen nuestra alimentación en todas sus formas, afirmó el Consejo de Derechos Humanos de la ONU."

“Nuestros sistemas alimentarios hacen que la población enferme” advirtió el martes Olivier De Schutter, Relator Especial de las Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación. “Mientras que cerca de 1300 millones de personas en el mundo tienen sobre peso o están obesas, una de cada siete sufre de malnutrición y muchas otras padecen “hambre oculta” debido a las carencias de micronutrientes.”

 

“Frente a esta crisis de la salud pública, seguimos obstinados en recetar remedios médicos: por un lado, complementos vitamínicos y estrategias de nutrición para los niños que no ingieren suficientes calorías; y por otro lado, pastillas para adelgazar, consejos dietéticos y de mejora del estilo de vida para frenar el sobrepeso. Sin embargo, lo importante es que nos centremos en los problemas sistémicos que empobrecen nuestra alimentación en todas sus formas” afirmó el experto independiente en su informe* sobre nutrición presentado ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

 

En palabras del Sr. De Schutter: “el derecho a la alimentación no se limita únicamente a salvaguardar el acceso a una cantidad adecuada de alimentos sino que se extiende también a la necesidad de poder disfrutar de un régimen alimentario equilibrado y nutritivo. En este sentido, los Gobiernos no pueden desentenderse de su obligación de garantizar todos los elementos de este derecho.”

 

El Sr. De Schutter ha identificado cinco acciones prioritarias para situar la nutrición en el centro de los sistemas alimentarios de los países en desarrollo y de los países desarrollados:

  • Impuestos sobre los productos poco saludables;
  • Normativa más estricta para los alimentos ricos en grasas saturadas, azúcar y sal;
  • Tomar medidas serias en contra de la publicidad de la comida basura
  • Revisar la política mal orientada de subvenciones agrícolas que hace que algunos ingredientes sean más baratos que otros; y
  • Respaldar la producción local de alimentos de manera que los consumidores tengan acceso a alimentos frescos, saludables y nutritivos

Según el Relator: “la urbanización, la dominación de los supermercados y la proliferación de determinados estilos de vida “modernos” en todo el mundo, han puesto patas arriba nuestros hábitos alimentarios tradicionales provocando un verdadero desastre de salud pública. Los Gobiernos se han concentrado en aumentar la disponibilidad de calorías, pero se han mostrado sorprendentemente indiferentes en cuanto al tipo de calorías disponibles, al precio, al público al que se dirigen y a la manera en que se publicitan.”

 

El Relator Especial destacó, por ejemplo, que en 2010, las empresas estadounidenses gastaron 8500 millones de dólares en campañas publicitarias de alimentos, dulces y bebidas no alcohólicas; mientras tanto el gobierno estadounidense presupuestó 44 millones de dólares para su programa de sensibilización primaria sobre una alimentación saludable.**

 

“Hemos delegado en las empresas alimentarias la responsabilidad de garantizar un equilibrio nutricional adecuado. Las campañas voluntarias, las líneas directrices y las iniciativas aisladas no han conseguido crear un sistema que transmita las señales adecuadas y ahora todos los pronósticos parecen en contra de la consecución de un régimen saludable y equilibrado” observa el Relator.

 

El Relator Especial también señala la abundancia de alimentos procesados como una de las principales amenazas que pesan sobre nuestra alimentación. “Los alimentos altamente procesados inundan nuestro sistema alimentario global y ello beneficia doblemente a las empresas agroalimentarias multinacionales. Así, los alimentos preparados pueden producirse y distribuirse a gran escala gracias al uso de ingredientes fuertemente subvencionados, y precisamente por su procesamiento y envasado su periodo de conservación es mayor.”

 

“Pero este enfoque perjudica doblemente a la población: los alimentos altamente procesados hacen que nuestras dietas contengan más ácidos grasos saturados y trans, más azúcares y sal. Los niños se vuelven adictos a la comida basura especialmente diseñada para ellos. En países con mejores condiciones, los grupos poblacionales más pobres son los más afectados porque los alimentos ricos en grasas, azúcar y sal son a menudo más baratos que los alimentos más saludables como resultado de una política de subvenciones equivocada que ha ignorado completamente las repercusiones de este tipo de iniciativas sobre la salud.”

 

El experto en alimentación de la ONU observa como Occidente está exportando ahora la diabetes y las enfermedades cardiacas a los países en desarrollo, junto con los alimentos procesados que llenan las estanterías de las cadenas mundiales de supermercados. A partir de 2030, más de 5 millones de personas morirán cada año antes de alcanzar los 60 por enfermedades no transmisibles ligadas a la alimentación.

 

“No podemos contentarnos con apostar simplemente por la medicalización de nuestras dietas a través de la introducción de productos enriquecidos, o con intentar cambiar los hábitos de compra de la población mediante advertencias y campañas sanitarias. Lo que necesitamos son estrategias de nutrición ambiciosas y bien dirigidas, que protejan el derecho a una alimentación adecuada; y estas estrategias solo podrán tener éxito si enderezamos los sistemas alimentarios sobre los que se apoyan” insiste el Relator Especial.

 

(*) Si desea leer el informe completo

 

(**) Las cifras sobre la venta de alimentos han sido extraídas de The Advertising Age, junio de 2011. El gasto nutricional estadounidense (44 millones de $) se refiere al Nutrition, Physical Activity, and Obesity budget of the US Centre for Disease Prevention and Control y no cubre la totalidad de los programas nutricionales del Departamento de Agricultura de EE.UU.

 

Olivier De Schutter fue nombrado Relator Especial sobre el derecho a la alimentación en mayo de 2008 por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Su labor no depende de ningún gobierno u organización. Para más información sobre el mandato y la labor del Relator Especial, consulte: http://www2.ohchr.org o www.srfood.org

 

Yoonie Kim o Ulrik Halsteen;(OHCHR): Tel: +41 79 752 04 85 / gro.rhcho@doofrs

 

Fuente: Olivier De Schutter

Temas: Sistema alimentario mundial

Comentarios