Colombia: área protegida de Yuruparí-Malpelo continúa siendo acechada por embarcaciones pesqueras

Idioma Español
País Colombia
*Imagen principal: Cortesía de Armada Nacional de República de Colombia.
  • Durante 2023, según los datos de Global Fishing Watch (GFW), un navío hizo esfuerzos de pesca aparente dentro de la área protegida del Yuruparí-Malpelo. Y, según cifras de la Armada Nacional, tan solo en mayo de ese año se registraron cinco incautaciones de embarcaciones ecuatorianas que pescaban dentro de la reserva.
  • En octubre de 2020, Mongabay Latam y Cuestión Pública encontraron que Seatech, conocida por la marca Van Camps, estaba pescando en la zona protegida del Pacífico.
  • En esta nueva investigación, según datos de GFW, hay cinco registros de pesca ilegal del gigante de la industria en la expandida área protegida de Yuruparí-Malpelo.

En octubre de 2020, Mongabay Latam y Cuestión Pública  publicaron un reportaje donde revelaron que la flota  Seatech —de la marca Van Camps–– estuvo pescando en el área protegida de Yuruparí, en el Pacífico colombiano, entre junio de 2018 y octubre de 2020. Tiempo después, en junio de 2022, el gobierno  decidió la ampliación de esa reserva marina con el objetivo, entre otras cosas, de aprovechar la pesca de manera sostenible y responsable, conservar los ecosistemas y especies, así como mantener la conectividad ecosistémica con áreas como Galápagos y Coiba del corredor del Pacífico. El Distrito Especial de Manejo Integrado quedó con una extensión territorial de 12 370 959 hectáreas y es la zona protegida de amortiguamiento del Santuario de Fauna y Flora de Malpelo.

Según la  resolución 1908 de 2017 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, en Yuruparí no está permitida la pesca industrial, pero sí es posible tener  un  aprovechamiento racional de los recursos y se prohíben las actividades diferentes a las de preservar, restaurar y hacer uso sostenible.  Mientras que en el Santuario de Fauna y Flora de Malpelo toda actividad pesquera está  prohibida. Aún así, en entrevistas con Mongabay Latam, actores de la región coincidieron en que hay mucha vulneración a estas prohibiciones y las acciones de las autoridades siguen siendo insuficientes.

Con la declaratoria de ampliación del área protegida, debía llegar también una mayor protección para la zona. Sin embargo, embarcaciones de dos gigantes atuneras han registrado esfuerzos de pesca durante los últimos doce meses dentro de la reserva, según se deduce de un análisis de los datos de Global Fishing Watch realizado por Mongabay Latam.

El  análisis demuestra que a Yurupari siguen ingresando tanto embarcaciones pesqueras de menor tamaño como industriales. Incluso, algunas de las que han entrado al área  son  de origen ecuatoriano.

El Dorado es una de las  embarcaciones que, según los datos de Global Fishing Watch, ha realizado esfuerzos de pesca aparente dentro del área total del Distrito Especial de Manejo Yuruparí-Malpelo. Según la plataforma Equasis org, esta embarcación pertenece a Pescatún de Colombia SA, empresa que pertenece al grupo Seatech International Inc.

Este barco hizo su primer esfuerzo de pesca aparente dentro del área extendida del Distrito de Yuruparí-Malpelo, el 13 de octubre del 2023 y culminó el 31 de octubre del mismo año. En esos 18 días, la plataforma de Global Fishing Watch registró cerca de 31 horas de posibles eventos de pesca. El barco pesquero zarpó en todas las ocasiones del puerto de Manta, ubicado en la provincia de Manabí en Ecuador.

Según Global Fishing Watch (GFW), los esfuerzos de pesca aparente se detectan dentro de la plataforma “analizando los datos AIS (un sistema de seguimiento de embarcaciones diseñado originalmente para evitar colisiones) recopilados de embarcaciones pesqueras comerciales conocidas o posibles, y aplica un algoritmo de detección de pesca para determinar la «actividad pesquera aparente» en función de los cambios en la velocidad y la dirección de la embarcación”.

Para Eloy Aroni, representante de Artisonal (empresa consultora especializada en temas pesqueros), consultor marítimo y especialista en pesquerías de aguas distantes y que fue analista de GFW, los eventos de pesca aparente que hizo El Dorado han sido sistemáticos y repetitivos. “Esto ocurre cuando el barco encuentra recurso, en este caso atún. Es más de un evento probable de pesca, lo que refuerza la idea de pesca no-autorizada. Si hubiera sido solo un evento de ingreso, el barco podría argumentar fallas de motor, pero no se puede utilizar ese argumento en varios eventos de ingreso”.

Seatech International Inc, dueña de Pescatun de Colombia S.A, es una multinacional fundada en Colombia en el año 1991. Según su página web tienen 12 embarcaciones atuneras “dotadas de técnicas de pesca que aseguran la conservación de diferentes especies marinas”.

Foto de la embarcación El Dorado. Tomada de Marine Traffic.

En el informe  Fishy networks: Uncovering the companies and individuals behind illegal fishing globally, realizado por Financial Transparency Coalition, Global Financial Integrity, Fundación SES y Tax Justice Network Africa y publicado en octubre de 2022, se asegura que la empresa Pescatun de Colombia S.A, dueña de El Dorado, es una de las 10 compañías en el mundo que poseen el 23,7 % de los buques reportados por haber estado involucrados en pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR). Además, se denuncia que durante enero de 2011, siete de sus embarcaciones (American Eagle, Grenadier, Amanda S, Nazca, Cabo de Hornos, Sandra C y Sea Gem) desecharon ilegalmente 22.4 toneladas de atún, en contravención de las regulaciones establecidas por la Comisión Interamericana del Atún Tropical.

“Además, otros dos buques de la compañía, Dominador I y Marta Lucia R, supuestamente pescaban en el este Océano Pacífico sin estar en el Registro Regional de Buques, lo que llevó a Colombia a no renovar sus licencias de pesca y confinar los buques en puerto. Posteriormente fueron cuatro buques: Pescatún, Denominador I, Sea Gem y Cabo de Hornos. Se informó que habían estado pescando ilegalmente en el área marina protegida Yurupari-Malpelo en Colombia entre 2017 y 2019. Este último buque (Cabo de Hornos) había sido reportado previamente y fue sancionado en 2012 y 2016 por corte de aletas de tiburón”, añade el informe retomando información del reportaje  Colombia: refugio de tiburones Yuruparí – Malpelo en peligro por pesca ilegal  publicado por Mongabay Latam en octubre 6 de 2020.

Mongabay Latam intentó comunicarse con Van Camps y el grupo Seatech por medio de llamadas telefónicas, correos electrónicos e, incluso, por el formulario de contacto de la página web,  para que respondiera por la actividad que estaban realizando sus embarcaciones, pero no obtuvimos respuesta alguna.

Cortesía de Armada Nacional de República de Colombia

El ingreso de embarcaciones ecuatorianas

Al Distrito Especial de Manejo también ingresan embarcaciones pesqueras de menor tamaño. El 3 de mayo de 2023, cinco lanchas (embarcaciones artesanales) con bandera ecuatoriana fueron detenidas realizando faenas de pesca ilegal cerca del área general del Parque Nacional Natural Malpelo, en el pacífico colombiano. Durante la inspección se incautaron 1.8 toneladas, de las cuales 1500 kilos  correspondían a pez dorado (familia Ciryphaena), una especie protegida por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Las embarcaciones de nombres Katiuska, Beny, Jehová es mi Pastor, Nicolás Luis Alejandroy y Catalina iban tripuladas por personas de nacionalidad ecuatoriana.

Según la información entregada por la Armada Nacional durante una entrevista con  Mongabay Latam, entre 2012 y 2023, se incautaron 10 000 kilogramos de pesca ilegal por año en el Pacífico colombiano de especies como pez dorado (familia Ciryphaena), camarón tigre (Penaeus monodon) y titi (Protrachypene precipua), pez marlins  (Istiophoridae) y tiburón (Selachimorpha). Según la Armada, hubo un especial foco de estos operativos en el Pacífico sur, en donde se encuentran el Parque Nacional Natural Malpelo y la reserva de Yuruparí.

Para Sandra Bessudo,  fundadora y directora de la Fundación Malpelo —una organización no gubernamental que trabaja con el Gobierno en temas de conservación y preservación del Santuario—, las embarcaciones ecuatorianas son una preocupación que va en aumento. “Estamos teniendo bastante pesca ilegal proveniente del Ecuador y realizada por pequeñas embarcaciones que no tienen dispositivos (GPS) para hacerle seguimiento. Eso hace que sea muy difícil poderlas seguir y monitorear. O incluso muchas veces encontramos grandes embarcaciones pesqueras que apagan los sistemas de rastreo cuando están en la frontera con el santuario”.

Algunos pescadores de Tumaco, Nariño, se suman a la denuncia de la entrada de barcos de bandera ecuatoriana a las zonas de reserva. “Los que están allá (en Yuruparí-Malpelo) son los barcos ecuatorianos. Ellos no conocen de las reservas que tenemos acá y por eso no siguen las normas. Nosotros no tenemos ni las posibilidades de llegar tan lejos por el precio de la gasolina”, asegura a Mongabay Latam un líder de los pescadores, quien solicitó el anonimato para resguardar su seguridad.

Parques Nacionales Naturales de Colombia, por su parte, reconoce como zona crítica para la pesca ilegal las áreas naturales protegidas del Pacífico colombiano. Según la unidad administrativa esto se da por la amplia diversidad de especies migratorias de alto valor comercial que se tienen dentro de las reservas y la pesca ilegal suele coincidir con las temporadas migratorias de varias especies.

“Aunque las flotas ilegales conocen las nuevas tecnologías, también saben de las dificultades operacionales de atención oportuna de las autoridades competentes, particularmente en las extensas áreas marinas protegidas remotas, que se encuentran a más de 36 horas de navegación del puerto más cercano del Pacífico. A pesar de las condiciones remotas, el SFF Malpelo es uno de los más visitados por embarcaciones ilegales (principalmente de Ecuador, y Costa Rica. En muchos casos, los propietarios vienen a Colombia por el recurso tiburón)”, alertó Parques Nacionales a Mongabay Latam en respuesta a una solicitud de información.

Según el centro de pensamiento y medio de comunicación Insight Crime, la presencia de embarcaciones ecuatorianas en Malpelo “demuestra que grupos criminales de ese país están buscando otros lugares para realizar sus actividades ilegales, intentando sortear las consecuencias jurídicas que tendrían en Ecuador por pescar en zonas como el Parque Nacional Galápagos”.

Sin control la entrada de embarcaciones menores a Yuruparí-Malpelo

La resolución 670 de 2022 del Ministerio de Ambiente de Colombia contiene la ampliación de los linderos del Distrito Nacional de Manejo Integrado Yuruparí– Malpelo, en 9 611 828 de hectáreas quedando en 12 370 959 hectáreas, un territorio enorme para vigilar.

Según Parques Nacionales Naturales de Colombia, para proteger esta área (incluida la reciente ampliación) se realizan recorridos, capacitaciones, puestos de control y acompañamiento a otras entidades de los territorios para asegurar la conservación biológica y proteger el patrimonio cultural y hábitat donde se desarrollan las comunidades de la región.

Sin embargo, en respuesta a una solicitud de información la entidad señala que “existe una evidente dificultad en la vigilancia y control de embarcaciones menores de pesca (artesanal avanzada de países vecinos), las cuales entran al territorio nacional violando fronteras e ingresando casi desapercibidamente en áreas protegidas, siendo difícilmente detectadas mediante unidades a flote de recorridos de Prevención Vigilancia y Control o en el ejercicio de cuidado de la soberanía por Guardacostas”.

Dentro del último año, Global Fishing Watch detectó que al menos 16 embarcaciones realizaron esfuerzos de pesca aparente dentro del Distrito Especial de Manejo Yuruparí- Malpelo. Además, desde el 2018, se han registrado al menos 17 incautaciones dentro de la reserva, de las cuales nueve se le realizaron a embarcaciones de bandera ecuatoriana.

Piquero de Nazca (Sula granti) en Yuruparí-Malpelo. Cortesía de Armada Nacional de República de Colombia

El capitán de navío de la Armada Nacional, Javier Augusto Bermúdez Echavarría, explicó en entrevista con Mongabay Latam, que la Armada Nacional tiene tres planes para contrarrestar la pesca ilegal. El primero es el Plan Santuario que está enfocado en proteger la diversidad de Santuario de Fauna y Flora Malpelo y Parque Nacional Natural Gorgona; y el segundo y tercero los planes Artemisa y Kraken, este último más enfocado a los recursos pesqueros. Para el capitán, el proteger las áreas protegidas “requiere un esfuerzo operacional grande, porque la pesca ilegal, en ciertas ocasiones, está asociada con otros delitos transnacionales. Por ejemplo, estamos haciendo control de una embarcación y uno podría pensar que de pronto lleva narcóticos, pero resulta que lleva especies ilegales o lo contrario”.

Para Sandra Bessudo,  de la Fundación Malpelo,  “hace falta todavía ese trabajo mucho más coordinado entre los diferentes países y mucho más ágil. Por ejemplo, si se tienen el nombre, las coordenadas, y las fotos que demuestren que una embarcación estaba pescando en una zona protegida, las autoridades deberían poder rápidamente informarle al país de procedencia de esa embarcación”.

El biólogo y director de la fundación MarViva, Juan Manuel Díaz, asegura que con el fin de que Colombia cumpla con las metas de desarrollo sostenible 2030 (Objetivos internacionales que fueron adoptados por todos los Estados miembros de la Organización de Naciones Unidas en 2015), se declararon enormes áreas protegidas en el Pacífico y en el Caribe, pero finalmente éstas zonas se protegen sólo en “el papel”. “No estamos en capacidad de ejercer eficientemente actividades de control y vigilancia en esas áreas, nuestra Armada Nacional está más preocupada por la intersección marítima al narcotráfico que por estar vigilando si hay pesca ilegal en las áreas protegidas”.

Biodiversidad en Yuruparí-Malpelo. Cortesía de Armada Nacional de República de Colombia

Un corredor biológico de importancia internacional

El área protegida de Yuruparí- Malpelo es un punto clave para la biodiversidad marítima, sobre todo  porque, junto a la isla Galápagos, forma parte de un corredor biológico que va hasta la isla de Coiba en Panamá y la de Cocos en Costa Rica. Esta zona es el hogar de varias especies de tiburones como el martillo (Sphyrna zygaena) que, según la  lista roja  de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN),  se encuentra En Peligro crítico de extinción, el sedoso (Carcharhinus falciformis) que en esa lista se encuentra en  estado Vulnerable, el aletinegro (Carcharhinus limbatus) y el zorro (Alopias superciliosus) que también está  catalogado como Vulnerable.  Además, en Yuruparí- Malpelo residen 1500 especies de animales y es el hogar o punto de migración de 40 especies amenazadas o vulnerables.

En 2006, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró a Malpelo como Patrimonio de la Humanidad y en 2020, la Unión  Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), lo hizo parte de la Lista Verde  de Áreas Protegidas y Conservadas del mundo.

Para Díaz, director de la fundación MarViva, la importancia de estas áreas protegidas radica en que son zonas en donde se debería dar la posibilidad de que las poblaciones de peces puedan alcanzar sus tallas de madurez y reproducirse tranquilamente. “Las larvas de los  peces que nacen en las áreas protegidas después se desbordan de las áreas protegidas y alimentan los stocks pesqueros que no están dentro de las áreas protegidas”, asegura el biólogo.

Fuente: Mongabay

Temas: Pesca

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