El gigante agrícola Cargill es vinculado a la deforestación en el bosque chiquitano de Bolivia | INFORME

Idioma Español
País Bolivia
  • Un nuevo informe de la organización no gubernamental Global Witness descubrió un rastro documental que vincula a Cargill, el gigante del sector alimentario, con más de 20 000 hectáreas de deforestación en el bosque chiquitano de Bolivia.
  • No está claro si Cargill está pasando por alto intencionalmente las conexiones con la deforestación provocada por la soya o si simplemente no está llevando a cabo la diligencia debida.
  • Los hallazgos también implican a instituciones financieras que respaldan a Cargill, entre ellas el Bank of New York Mellon, el BNP Paribas, el Deutsche Bank y el HSBC.

A Cargill, el gigante mundial de la industria alimentaria, se le ha vinculado a la destrucción de miles de hectáreas de bosque tropical seco, que fueron taladas en el este de Bolivia para dar lugar a la producción de soya, según un nuevo informe de Global Witness.

El distribuidor de alimentos compró soya de establecimientos agrícolas en el departamento de Santa Cruz, donde desde 2017 se han talado más de 20 000 hectáreas del bosque chiquitano sin la supervisión adecuada, según el informe. La empresa también parece estar preparándose para conseguir futuros proyectos de soya en la zona que podrían poner en riesgo más de tres millones de hectáreas de bosque.

“Nuestros hallazgos arrojan serias dudas sobre las afirmaciones de Cargill respecto de la sostenibilidad, trazabilidad, sus operaciones en Bolivia y sus compromisos para lograr cadenas de suministro libres de deforestación”, dijo Verónica Oakeshott, líder de la campaña forestal de Global Witness. “Parece que Cargill ni siquiera está tratando de identificar el origen de su soya”.

Cargill opera en Bolivia desde la década de los ochenta y es uno de los mayores compradores de soya del país, donde hay casi 1.5 millones de hectáreas de soya cultivadas. lo que la convierte en su mayor producto agrícola.

La empresa ha firmado compromisos internacionales para eliminar la deforestación en toda su cadena de suministro agrícola para 2030 y ha prometido implementar políticas relativas a la producción en tierras deforestadas ilegalmente . No obstante, los recibos rastreados por Global Witness muestran que Cargill compró soya a distribuidores bolivianos que habían deforestado la tierra ilegalmente, lo que deja entrever que la empresa no está haciendo el seguimiento que se supone debe hacer.

Deforestación en el bosque chiquitano en Bolivia. Foto cortesía de la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano/ Facebook.

Las transacciones podrían no haberse reportado en absoluto, explicó Global Witness, si los investigadores no hubieran visitado personalmente a los distribuidores.

La mayoría de los distribuidores pertenecían a comunidades menonitas, conocidas por su vinculación con la deforestación generalizada y no regulada en el país. Los datos satelitales de principios de este año encontraron que los menonitas han talado más de 200 000 hectáreas de bosques bolivianos entre 2001 y 2021.

De acuerdo con el informe de Global Witness, no está claro si Cargill está pasando por alto intencionalmente las conexiones con la deforestación provocada por la soya o si simplemente no está llevando a cabo la diligencia debida necesaria. La información de los recibos ayudaría a la empresa a cumplir sus objetivos de trazabilidad.

Cargill le confirmó a Global Witness que mantiene relaciones comerciales con las cinco comunidades menonitas, pero insistió en que cumplen con las políticas de soya sostenible de la empresa. “Supervisamos constantemente a nuestros proveedores y podemos confirmar que las comunidades menonitas en cuestión cumplen”, afirmó.

El Chaco boliviano también sufre por la pérdida de su bosque. Los menonitas derriban árboles para instalar sus negocios. Foto: Iván Paredes

El bosque chiquitano abarca más de 23 millones de hectáreas y se considera una importante “zona de transición” ecológica entre la selva amazónica y el bosque del Chaco. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza incluyó el bosque chiquitano en una declaración que prioriza la conservación de los bosques secos tropicales en América del Sur.

Varias instituciones financieras que han respaldado a Cargill con miles de millones de dólares se han comprometido a reducir o eliminar sus relaciones con empresas que contribuyan a la deforestación. El Bank of New York Mellon, el BNP Paribas, el Deutsche Bank y el HSBC tienen una línea de crédito renovable de 6 000 millones de dólares para la empresa.

Los bancos se rehusaron a comentar detalladamente el informe de Global Witness con la excepción del Deutsche Bank, que dijo que rechazaba las acusaciones de que estuviera financiando a sabiendas actividades relacionadas con la deforestación.

El informe instó a todas las instituciones financieras a “suspender los servicios… hasta que la empresa pueda demostrar un plan creíble para cumplir con sus objetivos de deforestación cero y evitar toda deforestación ilegal en su cadena de suministro”.

También recomendó que Bolivia mejore sus leyes y reglamentos forestales para crear mejores medidas de trazabilidad. En cuanto al sector financiero, manifestó que debe haber mejores medidas de diligencia debida para evitar dar respaldo a empresas que tengan “controles de deforestación insuficientes”.

“Necesitamos contar con nuevos reglamentos de diligencia debida en los centros financieros internacionales como el Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea para interrumpir el flujo de financiamiento a empresas que no están dispuestas a detener la deforestación con ánimo de lucro”, afirmó Oakeshott.

* Imagen principal: Deforestación en el bosque chiquitano en Bolivia. Foto cortesía de la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano/ Facebook

Artículo original:  https://news.mongabay.com/2023/09/agro-giant-cargill-tied-to-deforestation-in-bolivias-chiquitano-forest/

Fuente: Mongabay

Temas: Monocultivos forestales y agroalimentarios

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