Los movimientos campesinos haitianos apelan a la solidaridad mundial ante la escalada de la crisis de seguridad

Idioma español
País Haití

Informes de la 8va Conferencia Internacional de La Vía Campesina

En un giro de acontecimientos preocupante, Haití, país situado en el Caribe, está luchando contra una situación de seguridad cada vez peor, lo que ha llevado a los movimientos campesinos afiliados a La Vía Campesina a realizar un ferviente llamamiento a la fuerza de la solidaridad internacional. Durante las últimas tres décadas, las pandillas han desatado el terror en la vida de la población haitiana, un contexto que ha afectado especialmente a las comunidades rurales y campesinas. Se prevé que la situación empeore, por lo que se evidencia más que nunca la necesidad imperiosa de una solidaridad internacional inmediata. Este llamamiento urgente proviene de las organizaciones campesinas haitianas, entre las que se encuentran: Mouvman Peyizan Nasyonal Kongre Papay (MPNKP), Tet Kole ti Peyizan Ayisyen, Mouvman Peyizan Papay (MPP) y Mouvman Peyizan Acul-du-Nord, MPA (miembro de MPNKP). Estas organizaciones elevan su voz colectiva en la 8.ª Conferencia Internacional de La Vía Campesina, celebrada del 1 al 8 de diciembre en Bogotá, Colombia.

El aumento del pandillerismo en Haití se remonta a principios de la década de 1990, como consecuencia del golpe de Estado de 1991 contra el expresidente Jean-Bertrand Aristide. De ese vacío surgió el infame Frente para el Avance y El Progreso de Haití (FRAPH), por medio del cual se formó una facción armada y paramilitar que traumatizó a una población que abogaba por un Gobierno democráticamente electo. La caída del Gobierno de Aristide no puso fin a las pandillas armadas en Haití. Con el aumento de la relevancia de las elecciones, lxs candidatxs políticxs comenzaron a desplegar individuos armados para irrumpir en los centros de votación y asegurar victorias electorales. Esto incluía a jóvenes y, a veces, a menores de edad. Los sucesivos regímenes de Michel Martelly y Jovenel Moïse organizaron y armaron aún más a las pandillas para obtener y mantener el poder. Incluso después del asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, la comunidad internacional, representada por figuras como Helen La Lime, la representante especial del Secretario General de la ONU para Haití, ha favorecido el statu quo en Haití, ya que este escenario ha fortalecido a las pandillas en los barrios más poblados de Puerto Príncipe. Con impunidad y falta de justicia, estas pandillas siguen estando bajo la protección del actual Gobierno ilegítimo.

Fuerte impacto en lxs agricultorxs campesinxs y el acceso a los alimentos

A medida que las pandillas se propagan en diversas ciudades provinciales y amplían su reinado de terror a nuevas áreas, esta situación en Haití afecta significativamente la vida de la gente común. Limita su libertad de movimiento y ha provocado casos de secuestros, asesinatos, extorsión y otras atrocidades. Esta crisis representa una amenaza significativa para la seguridad alimentaria del país y tiene efectos devastadores para los medios de vida de lxs campesinxs.

«Hay una disminución en el rendimiento agrícola porque hay muy pocas semillas disponibles en el mercado. Lxs agricultorxs no pueden acceder al mercado para comprar semillas. Las zonas más fértiles están ocupadas, como se ve en el valle del Artibonito, un centro de producción nacional de arroz que ahora está bajo el control de las pandillas», dijo Ketty Alexandre, de MPNKP.

Existen casos donde las pandillas invaden y confiscan las tierras de lxs campesinxs, además de que obstaculizan la producción agrícola. «Esta apropiación de tierras por parte de las pandillas ocurre en complicidad con el Gobierno ilegítimo», agregó Ketty.

Asimismo, el suministro de productos agrícolas a los mercados locales es excepcionalmente desafiante debido a la ocupación de todas las principales rutas del país por parte de pandillas. Según Ketty, para transportar productos agrícolas a ciertos mercados locales, los camiones y el transporte público deben pagar tasas a las pandillas que controlan las calles. Así se crean básicamente puntos de peaje en los caminos».

«Esta situación está agudizando aún más el aumento del costo de vida en Haití, lo que lleva a una inflación desenfrenada a causa de la obstrucción de la movilidad de lxs campesinxs hacia las grandes ciudades. Cabe destacar que el departamento del Artibonito posee el potencial de sostener a todo el país con su producción de arroz. Sin embargo, la actual presencia de las pandillas armadas está impidiendo que lxs campesinxs se dediquen a actividades agrícolas. Estas pandillas recurren a la quema de las casas de la población local y lxs obligan a buscar refugio en otro lugar. Imaginen la situación de una persona campesina que ha resistido la vida por 50, 70 u 80 años, y que una mañana es desplazada de su hogar por la fuerza por parte de las pandillas», enfatizó Micherline Islanda de Tet Kole.

Según Jusléne Tyresias de MPP, la burguesía haitiana y lxs políticxs poderosxs se aprovechan de la situación y contribuyen a su empeoramiento. «Se está volviendo cada vez más evidente que existe complicidad dentro del Estado, ya sea a través de un sistema judicial que fomenta la impunidad o a través de quienes están en el poder y que buscan mantener el control. Esto se hace para infundir miedo en la población y desalentar la movilización», explicó.

Una crisis orquestada: sacar provecho del caos para obtener recursos en Haití

Los movimientos campesinos haitianos afirman que la actual crisis de seguridad en Haití no es casualidad, sino el resultado de una colaboración deliberada entre la comunidad internacional y el Gobierno ilegítimo que está en el poder y que trabajan codo a codo con las pandillas armadas. «Este Gobierno de facto carece de legitimidad popular. Sin embargo, goza del apoyo injustificado de instituciones globales, incluida la ONU y varios Estados, en particular del Gobierno de EE. UU. La orquestación estratégica de maquinación política por parte del Gobierno implica la promoción de las pandillas armadas mientras evita soluciones a la crisis de inseguridad y allana el camino para una posible intervención. El motivo subyacente detrás de cualquier posible intervención militar en Haití se ve como un intento de recolonizar la nación y explotar sus abundantes pero desaprovechados recursos naturales», sostuvo Doudou Pierre Festile, líder de MPA.

Los movimientos haitianos creen que la creación intencional y el empoderamiento de las pandillas armadas sirven como una táctica calculada para reprimir las demandas populares, sofocar las protestas y entorpecer la producción agrícola vital, particularmente en áreas como el Artibonito. Esta situación desesperante no es solo el resultado del azar sino un escenario deliberadamente exacerbado, manipulado por la comunidad internacional y los gobiernos en funciones como pretexto para una intervención militar en Haití.

Además, los movimientos campesinos en Haití cuestionan el origen de las armas que llegan a las pandillas, y surge una respuesta contundente: Estados Unidos. En consecuencia, ven esto como una de las formas en que esta nación imperialista es responsable de la situación actual.

Pero los movimientos en Haití no responden pasivamente a estos desafíos. Mientras abordan las necesidades inmediatas de sus comunidades y a medida que se avanza hacia la soberanía alimentaria a largo plazo, están organizando a sus comunidades para poner fin al actual aumento de la violencia. «Estamos involucrando activamente a las comunidades, especialmente a la juventud, para que estén en alerta e informen sobre cualquier persona sospechosa en su vecindad. Es fundamental que comprendan la dura realidad. Informar sobre estas personas es esencial, como se evidencia en un municipio donde operamos. La movilización de la población en esa zona resistió con éxito y logró la victoria al eliminar a numerosas pandillas. En consecuencia, las pandillas fueron obligadas a retirarse. Estamos trabajando incansablemente para movilizar a personas de todas las regiones para que se unan, participen activamente y aumenten su resiliencia para contrarrestar estas amenazas», afirmó Jusléne.

Rechazo a la intervención extranjera: promoción de las soluciones basadas en el liderazgo haitiano

Los movimientos campesinos haitianos, junto con varias otras organizaciones de base en el país, se oponen enérgicamente a la propuesta de las Naciones Unidas de desplegar fuerzas extranjeras, como anunció el Consejo de Seguridad de la ONU en octubre. Argumentan que la nación no está en estado de guerra y subrayan la necesidad de una solución local haitiana como el único curso de acción viable. La Vía Campesina se ha hecho eco de este espíritu, al denunciar con vehemencia la nueva ofensiva imperialista del ‘ Core Group de Haití’ . Esta resistencia a la intervención extranjera también fue respaldada por la Liga Campesina de Kenia en respuesta a la voluntad expresada por el país de África del Este de enviar un contingente militar. Recientemente, un tribunal keniano extendió una orden temporal que impide al Gobierno desplegar a cientos de policías en Haití, ya que considera que el despliegue es inconstitucional.

Los movimientos haitianos ponen de relieve que una ocupación extranjera solo traería consecuencias devastadoras, como sucede en otros casos en Haití y en otros lugares, donde las misiones militares de la ONU se caracterizaron por el abuso de poder, el desprecio por las fuerzas de seguridad locales y la explotación y el abuso sexual de mujeres y niñxs. Además, las misiones militares anteriores trajeron enfermedades que no existían previamente en el país, como el cólera, que mató a muchxs haitianxs, especialmente campesinxs.

La solidaridad internacional de La Vía Campesina y otras formaciones populares es fundamental en un momento en que lxs pequeñxs agricultorxs de Haití enfrentan la amenaza inminente de perder sus tierras y que pone en peligro su existencia como productorxs de alimentos.

«Al igual que estamos en solidaridad con Palestina y otras naciones que luchan contra conspiraciones internacionales, ahora llamamos a La Vía Campesina a apoyarnos en nuestros esfuerzos de incidencia política a nivel nacional e internacional. Nuestro objetivo principal es instar a la comunidad internacional a retirar su apoyo al régimen ilegítimo gobernante, que solo ha alimentado el auge de las pandillas y los sectores criminales. Lxs campesinxs haitianxs nos negamos a permanecer de brazos cruzados, incapaces de cultivar y asegurar la soberanía alimentaria. La solidaridad dentro de La Vía Campesina tiene un inmenso significado para nosotrxs», enfatizó Doudou.

Fuente: La Vía Campesina

Temas: Geopolítica y militarismo, Movimientos campesinos, Soberanía alimentaria

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