Reforestación y Restauración: dos caminos para hacer más verde la Panamazonía

Idioma Español
País Brasil
Vinicius Abe / Shutterstock.com.
  • Los esfuerzos por salvar las zonas agroforestales requieren de paciencia a largo plazo y una fuerte inversión, pero garantizan que las plantaciones capturen hasta 20% del carbono almacenado en un bosque natural, y se puede retener aún más carbono a través de la restauración del hábitat natural.
  • Killeen explica que las zonas tropicales necesitan retener alrededor del 70% de su cubierta de dosel para mantener el reciclaje atmosférico que sustenta los niveles históricos de lluvias. En el sur de la Amazonía, esto debería aplicarse a 15 millones de hectáreas con una inversión de entre 20 y 100 mil millones de dólares.
  • Es aquí donde entran a tallar los préstamos suscritos bonos verdes y otras formas de financiamiento, que según Killeen no suele destinarse a pequeños agricultores sino que favorece a las jurisdicciones locales y regionales.
  • Para el autor, estos temas resultan más urgentes ya que la amenaza del cambio climático está acelerando la llegada de la Panamazonía a un punto de inflexión irreversible. ¿Los mercados de carbono están dando incentivos que 'premien' la conservación en la Panamazonía?

Uno de los beneficios de la agrosilvicultura y las plantaciones forestales es la capacidad de los cultivos arbóreos para capturar y almacenar carbono en su biomasa aérea. Aunque deben ser renovados (talados y replantados) a intervalos de aproximadamente 20 años, las zonas agroforestales y de plantaciones pueden capturar un 20% del carbono almacenado en un bosque natural, y se puede retener aún más carbono a través de la restauración del hábitat natural. Existen aproximadamente 10 millones de hectáreas de tierra que nunca debieron haber sido taladas ya que estaban legalmente protegidas por el Código Forestal. Es de suponer que estas tierras acabarán siendo reforestadas, y se están llevando a cabo cientos de iniciativas para facilitar ese resultado. Sin embargo, no es una propuesta barata.

Rondônia tiene la mayor población de pequeños agricultores de la Amazonía brasileña. Como sector productivo, también tienen la más baja cobertura forestal. Fuentes de datos: IMAFLORA (2019) y MapBiomas (2021).

Los silvicultores brasileños han desarrollado modelos que reflejan costos y beneficios de las distintas estrategias de reforestación. Los enfoques de restauración pasiva, que se basan en la sucesión ecológica natural, son menos costosos y funcionan bien en tierras que conservan un cierto nivel de cobertura vegetal (sombra y materia orgánica del suelo). Los enfoques activos, que emplean enmiendas del suelo, viveros, control de malezas y eliminaciones periódicas, son más costosos. Pese a ello, permiten al propietario manipular las poblaciones de árboles para favorecer las maderas duras nativas (silvicultura) y obtener un mejor rendimiento financiero, siempre y cuando el propietario pueda permitirse esperar tres décadas

Las inversiones en reforestación y restauración deben protegerse de los incendios y el pastoreo, especialmente durante los primeros años. Se trata de un costo adicional, y requiere de un compromiso a largo plazo que puede no acompañar a todos los enfoques pasivos centrados en los sistemas naturales.

Según los modelos hidrológicos, las zonas tropicales necesitan retener alrededor del 70% de su cubierta de dosel para mantener el reciclaje atmosférico que sustenta los niveles históricos de precipitaciones. Esto requeriría la reforestación de aproximadamente 15 millones de hectáreas en los municipios con menor cubierta natural del sur de la Amazonía. La ejecución de un programa de reforestación de esta magnitud requiere al menos una década, si no más, y exige un presupuesto total de entre 20 mil millones (pasivo) y 100 mil millones (activo) de dólares.

Palma de macaúba. Crédito: Mirian Goulart Nogueira / Shutterstock.com

En este caso, ganaderos y agricultores a gran escala podrían acceder al financiamiento ESG necesario para realizar una inversión de esta magnitud, pero solo si se les obliga a cumplir con el Código Forestal. La mayoría probablemente utilice métodos pasivos siempre que sea posible, especialmente en tierras que están fuera del alcance de cualquier explotación económica futura (Áreas de Proteção Permanente). En el caso de los protocolos activos, los aplicarán en zonas que les permitan recuperar sus costos (Reserva Legal) y muchos optarán por cultivar especies comerciales (exóticas) en plantaciones de monocultivo, lo que está permitido. Este tipo de inversión forestal podrá optar a préstamos suscritos con bonos verdes o, tal vez, a través de inversiones directas en capital para inversores con apetito por un activo no líquido a largo plazo.

En el caso de los pequeños agricultores, es improbable que tengan la capacidad de atraer inversiones en reforestación de parte de los mercados de capital privado. No obstante, las jurisdicciones locales y regionales pueden acceder al financiamiento climático a través de los mercados de carbono y utilizar esos fondos para subvencionar programas dirigidos a este grupo. Los defensores del medio ambiente tienden a favorecer los planes de reforestación y ofrecen a los propietarios de tierras un modesto estipendio como forma de pago por los servicios ecosistémicos. Más allá del destino de la financiación climática vinculada a los mercados de carbono, los sistemas agroforestales serán más populares entre los pequeños ganaderos y agricultores que necesitan una fuente fiable de ingresos.

Los sistemas agroforestales pueden costar entre 1.500 y 2.000 dólares por hectárea, pero requerirían una inversión paralela en sistemas logísticos para recoger y procesar una cadena de suministro difusa y dispersa en miles de pequeñas propiedades, en particular para un sistema de producción basado en aceite vegetal sujeto a deterioro. Las inversiones para crear un sistema de producción basado en la explotación forestal en aproximadamente la mitad de los lugares sin cubierta natural del centro de Rondônia requerirían al menos 10 mil millones de dólares, lo que se traduce en aproximadamente 100.000 dólares por cada pequeña granja en Rondônia.

Palma de macaúba. Crédito: © Raoni Silva, INOCAS CC BY 4.0

Reequilibrando el punto de inflexión en el sur de la Amazonía

La amenaza del cambio climático ha puesto de relieve la importancia de la selva amazónica en el ciclo global del carbono, al tiempo que ha acentuado la fragilidad de su sistema de reciclaje de agua atmosférica. La deforestación corre el riesgo de empujar ese sistema más allá de un punto de inflexión, lo que desencadenaría un colapso de las precipitaciones en todo el continente sudamericano.

Algunos modelos climáticos proyectan que el sur de la Amazonía podría superar este umbral crítico incluso si los habitantes de la región se comprometieran poner fin a toda deforestación futura. Si una pérdida de cobertura forestal inclina la balanza atmosférica hacia la sequía, entonces un aumento de la cubierta arbórea debería reequilibrar el punto de apoyo ecológico. El apoyo a la reforestación es global, pero en realidad es más difícil que detener la deforestación. Talar bosque genera ingresos a corto plazo, mientras que su restauración es extraordinariamente costosa e sustancialmente lenta.

Además, la palabra “reforestación” significa cosas distintas para cada persona: un ecologista usa el término para describir la restauración de un ecosistema casi natural, mientras que algunos silvicultores lo usan para describir plantaciones comerciales de árboles. Ambos conceptos son válidos y ambos deben ser aprovechados para reequilibrar el punto de inflexión en el sur de la Amazonía.

Las sociedades amazónicas nunca han pedido limosna, pero sus representantes han declarado, en repetidas ocasiones, la necesidad de incentivos económicos para premiar la conservación y reforestación de los bosques. Los economistas medioambientales han anunciado durante mucho tiempo que los mercados de carbono pueden proporcionar esos incentivos, pero lastimosamente no se han materializado. Las compensaciones de carbono se están promoviendo nuevamente después de los acuerdos en la COP26 de 2021, y pueden lograr poner fin a la era moderna de la deforestación. Desafortunadamente, es poco probable que los subsidios basados en compensaciones cambien la lógica económica que restringe la plantación de árboles a la escala y velocidad necesarias para reequilibrar el punto de inflexión.

El rendimiento financiero de la reforestación a través de plantaciones forestales depende del desembolso de capital asociado a las diferentes opciones de gestión y del precio de mercado de las maderas nativas. La restauración pasiva es la menos costosa, pero las intervenciones silvícolas mejoran drásticamente el retorno de la inversión si el propietario puede esperar décadas para la monetización. Las plantaciones de eucalipto se entresacan a los siete años, y se cosechan y replantan cada 14 años. Fuente de datos: Instituto Escolha (2021)

Los productores amazónicos, grandes y pequeños, cultivan materias primas para los mercados mundiales y nacionales. No es probable que abandonen sus sistemas de producción convencional por proyectos de reforestación que dependen excesivamente de subsidios regulatorios, especialmente si tardan dos o más décadas en proporcionar ingresos sustanciales. No obstante, los agricultores y ganaderos del sur de la Amazonía podrían utilizar el financiamiento climático para invertir en sistemas forestales de producción de materias primas ecológicas que proporcionen beneficios sólidos a mediano plazo. Los mercados de materias primas convencionales han impulsado la deforestación de la Amazonía, pero los mercados de materias primas verdes pueden impulsar su reforestación.

¿Qué define a un producto verde? Un producto verde debe ser absoluta y verificablemente carbono negativo, y no puede depender de una compensación de carbono para alcanzar la neutralidad, como también su producción debe secuestrar carbono. No puede haber fugas ni cambios indirectos en el uso de la tierra, y si procede de la Amazonía, su producción debe responder a la desigualdad que define la propiedad de la tierra y proporcionar mecanismos de gobernanza para evitar trampas garantizando la transparencia dentro de su cadena de suministro.

La clave para reequilibrar el punto de inflexión en el sur de la Amazonía es descubrir modelos de negocio que proporcionen a los terratenientes un rendimiento económico que sea demostrablemente superior a los sistemas de producción convencionales. El objetivo, de concepto simple pero difícil de implementar, es hacer que plantar árboles sea más rentable que talar bosques. Los sistemas de producción forestal establecidos en zonas previamente deforestadas en el sur de la Amazonía pueden cumplir con ese criterio.

Fuente: Mongabay Latam

Temas: Tierra, territorio y bienes comunes

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