Suplemento Ojarasca N° 168

Idioma Español
País México

"Por si faltaran problemas, el reyezuelo espurio ha desgarrado nuestras fronteras visibles en favor del vecino yanqui, pero no lo ha logrado con las fronteras invisibles marcadas por ríos profundos que todos anhelan embotellar o convertir en represas."

Tenemos un país en problemas.

Para empezar, y aunque no sea el único problema, tenemos un presidente que miente de manera sistemática y con una obstinación que asusta, mientras se nos impone una realidad tremenda, como si fuera una fatalidad, y si bien ese señor nos repite que todo está bajo control, sólo podemos citar a ese gran intelectual panista, el Chapulín Colorado, cuando gemía chistosamente: “lo tenía fríamente calculado”. Los optimismos declarativos del ex-gobierno mexicano aún en Palacio (o bueno, Los Pinos) son incapaces de pasar la prueba de ácido de lo real.

Felipe Calderón y sus corifeos más desvergonzados, como el inefable secretario de Hacienda, nos recetan muy orondos, con números y porcentajes refulgentes (tomados del censo del inegi o los indicadores económicos, por ejemplo), un sarta de mentiras que ni siquiera se sostienen en su propia fuente. Según el discurso calderoniano, florecen el empleo, la agradable condición de “clase media”, la dicha intacta del atractivo turístico en nuestras playas ensangrentadas, la certidumbre agraria, el aplicado “combate a la pobreza” (siempre sinónimo de combate a los pobres) y un indiscutible, ese sí, torrente de dólares que se concentran en nuestra insultante decena de millonarios Forbes.

Suplemento mensual *número 168*, abril 2011

Temas: Pueblos indígenas

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