Uruguay: Guayubira entrega al gobierno estudio que contradice afirmaciones de empresas de celulosa

Idioma Español
País Uruguay

El informe de WWF sobre la planta de Valdivia en Chile confirma la seriedad de los planteos del conjunto de académicos firmantes de dicha carta. Pese a las promesas de CELCO y pese a los mecanismos de control del gobierno chileno, la contaminación de la fábrica no solo existió sino que fue devastadora. El Grupo Guayubira espera que los organismos correspondientes del Estado tomarán seriamente en cuenta los hallazgos de este informe para evitar que aquí se repita un desastre similar

Comunicado 18 de enero de 2006

En el día de ayer, el Grupo Guayubira hizo entrega a los ministerios de Medio Ambiente, de Ganadería, Agricultura y Pesca, de Salud Pública, de Turismo, de Relaciones Exteriores y de Industrias, de un documento hecho público en noviembre de 2005 por la conocida organización internacional WWF. Dicho documento es el “Informe de Observaciones y Recomendaciones” de la “Misión Internacional de Evaluación de WWF ante la controversia del Santuario de la Naturaleza y sitio Ramsar Carlos Anwandter y la planta de celulosa Valdivia de CELCO” (1). Dado que dicha fábrica opera con el mismo sistema de blanqueo que utilizarían las proyectadas fábricas de celulosa de Botnia y Ence en Uruguay (con dióxido de cloro, también llamado ECF por su sigla en inglés), Guayubira considera que las conclusiones de este informe constituyen un aporte muy importante para demostrar que las afirmaciones de las empresas acerca de la no contaminación de sus procesos son falsas.

Al igual que lo que ha acontecido en Uruguay, el informe dice que en Valdivia “La planta de celulosa de CELCO fue presentada en su inicio como un proyecto limpio, de bajo riesgo y no contaminante; los problemas de contaminación del aire que siguieron y el deterioro del Santuario representó un shock para la opinión pública”.

Con respecto al tema de la contaminación, el informe dice que “La etapa de blanqueo es tal vez la más problemática en términos ambientales en una planta de celulosa kraft blanqueada. Se produce y se usan grandes cantidades de sustancias químicas y suele ser la única parte de la planta que genera un flujo permanente de efluentes”. Tanto Botnia como Ence sostienen que el método de blanqueo que utilizarían (ECF) es de “última generación”, y que no resultará en la emisión de dioxinas ni furanos.

Al respecto, el informe de WWF contradice dichas afirmaciones cuando dice que “El blanqueo ECF ha sido la metodología dominante utilizada en la industria durante los últimos 10-15 años, pero definitivamente no es una tecnología y práctica de punta o de última generación en lo que se refiere a garantizar la protección del medio ambiente. La decisión de usar blanqueo ECF en las plantas de celulosa modernas suele fundarse en conocimientos anticuados y supuestos respecto de la calidad de la pulpa, tal como fue el caso de la planta Valdivia de CELCO. De hecho, desde la introducción del blanqueo totalmente libre de cloro (TCF) a comienzos de los años noventa, los avances técnicos han permitido obtener la misma calidad y brillo de la pulpa que con blanqueo con dióxido de cloro”.

El informe continúa diciendo que “En relación con la tecnología ECF, es necesario mencionar que todos los químicos blanqueadores son oxidantes poderosos y, en consecuencia, constituyen una amenaza para los trabajadores y para quienes viven cerca de la planta. Cuando se compara una gama completa de características, las sustancias químicas en base a oxígeno son menos peligrosas, en general, que el dióxido de cloro (ClO2), compuesto que puede tener efectos tóxicos crónicos y agudos, lo que incluye irritación ocular, nasal y de la garganta, tos, dificultad para respirar (posiblemente tardía), edema pulmonar, posible bronquitis crónica y asma. Todo lo anterior, junto con el cloroformo y otros sub-productos similares del blanqueo ECF, conforma el perfil de peligrosidad del dióxido de cloro”.

Dado que las dos plantas proyectadas se instalarían en las cercanías de Fray Bentos (Botnia a apenas 4 kilómetros y Ence a 12) resulta muy importante saber que este informe sostiene que “Además de los peligros en el propio lugar de trabajo, el dióxido de cloro puede presentar un riesgo muy significativo para las comunidades que viven cerca de una planta. Si bien hasta hace poco las empresas de celulosa sostenían que esta parte del proceso no generaba dioxinas, estudios recientes encontraron dioxinas en residuos provenientes de la producción de dióxido de cloro en tres plantas de celulosa en Suecia”.

Al igual que lo que acontece actualmente en Uruguay, “Durante más de 10 años, las empresas de celulosa han sostenido que no es posible encontrar dioxinas en el proceso ECF, debido al perfeccionamiento de los métodos y procesos de blanqueo. Sin embargo, un estudio reciente publicado en junio de 2005 muestra aumentos en la concentración de dioxinas en las cercanías de plantas de celulosa con tecnología ECF entre1979 y 2000 en el Mar Báltico. Según el grupo de investigación, los indicadores apuntan a una contaminación continua más que a filtraciones desde los sedimentos, lo que fue una hipótesis común. El estudio vincula los mayores niveles de dioxinas al blanqueo con dióxido de cloro como una fuente posible. Los resultados de ese estudio han remecido a la industria en su conjunto y el Organismo encargado de la Protección Ambiental de Suecia y la industria forestal del país han encargado un nuevo programa de investigaciones al respecto”. Sin embargo, no le han “remecido” ni un pelo a Botnia o Ence, que continúan asegurando que su sistema ECF es “limpio” y que no genera dioxinas.

También en Finlandia el blanqueo ECF está siendo cuestionado. Al respecto, el informe menciona que “La industria de la celulosa europea está muy interesada en las investigaciones en torno al blanqueo catalítico con gas de oxígeno que se llevan a cabo en la Universidad Técnica de Helsinki. Según el investigador Tuuhla Lehtmaa, la industria está enfrentando presiones para cambiarse al blanqueo TCF. En este sentido, el blanqueo catalítico con gases de oxígeno ofrecería las ventajas de la tecnología TCF tradicional, al tiempo que sería incluso más eficiente en función de los costos que el ECF”. Sin embargo, ningún funcionario de Botnia parece haberse enterado de dichas investigaciones, que están siendo llevadas a cabo en la capital de su propio país.

A lo anterior se suma la opinión de un conjunto de biólogos y bioquímicos egresados de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, que en agosto de 2005 hicieron pública una “Carta abierta al gobierno nacional” (2). En la misma expresaban su “rotundo rechazo a la instalación de más plantas de celulosa en territorio nacional”, asegurando “que sí habrá contaminación con la instalación de plantas de celulosa que ENCE y Botnia quieren emprender en nuestro territorio”.

El informe de WWF sobre la planta de Valdivia en Chile confirma la seriedad de los planteos del conjunto de académicos firmantes de dicha carta. Pese a las promesas de CELCO y pese a los mecanismos de control del gobierno chileno, la contaminación de la fábrica no solo existió sino que fue devastadora. El Grupo Guayubira espera que los organismos correspondientes del Estado tomarán seriamente en cuenta los hallazgos de este informe para evitar que aquí se repita un desastre similar.

(1) Ver informe completo de WWF: aquí
(2) Ver Carta Abierta y firmantes: aquí

Por más información:

Grupo Guayubira
410 0985 / 413 2989
099 367 966
yu.gro.aribuyaug@ofni
www.guayubira.org.uy

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