Zona de Reserva Campesina: Semilla de la lucha campesina hacia una reforma agraria integral

Idioma Español
País Colombia

En oposición a la campaña de estigmatización contra las Zonas de Reserva Campesina, que por más de ocho años se ha impulsado desde el gobierno nacional y la agroindustria colombiana, nosotros asumimos su defensa como una propuesta de paz para el país, que ha sido reconocida a través del otorgamiento del Premio Nacional de Paz 2010 a la ACVC y su Zona de Reserva Campesina del Valle del Río Cimitarra

Por Comité nacional de impulso de las Zonas de Reserva Campesina

Las organizaciones campesinas de las ZRC constituidas y en proceso de construcción en el territorio colombiano, nos reunimos en el Magdalena Medio para definir las líneas de acción política que seguiremos en la defensa de las Zonas de Reserva Campesina, como semilla de lucha hacia una Reforma Agraria Integral:

 

Después de más de 50 años de incansable lucha por la permanencia en el territorio y el logro de una vida digna, como campesinos reafirmamos nuestro compromiso por la conquista de una Reforma Agraria Integral que resuelva los problemas estructurales que afectan al campo colombiano.

 

Uno de los escenarios desde los cuales mantenemos en alto las banderas de nuestra inclaudicable lucha por la tierra, lo constituyen las Zonas de Reserva Campesina, figura que acogemos con el espíritu con el que miles de campesinos del sur del país la crearon a través de intensas movilizaciones, que presionaron su consagración en la legislación colombiana, en resistencia a la economía de mercado impuesta por el modelo capitalista.

 

Defendemos las reservas campesinas como única figura que en el marco institucional hace un reconocimiento explícito y jurídico del campesinado y su derecho a la tierra, pues a diferencia de las garantías de protección del territorio de los Pueblos Indígenas (Resguardos) y Afro- Colombianos (Consejos Comunitarios), los campesinos no contamos con tal respaldo constitucional.

 

En este marco, entendemos las zonas de reserva campesina como nuestra alternativa de permanencia en el territorio, una herramienta para combatir el latifundio, elemento central de la persistente crisis agraria del país; una apuesta por soberanía alimentaria que genera respuestas ante la crisis alimentaria mundial, desde la eficiencia demostrada de la pequeña propiedad rural en articulación con los centros urbanos; una alternativa real de sustitución a los cultivos de uso ilícito, y un camino hacia la construcción de modelos de vida en equilibrio con la naturaleza.

 

A través de las reservas campesinas los campesinos podemos tener acceso a la tierra, estabilizar una economía campesina en función de la producción agroecológica de alimentos, garantizar una protección real de las reservas naturales, aportar desde el fomento de la agricultura campesina al enfriamiento del planeta y obligar al Estado, no sólo a implementar los planes de desarrollo sostenible definidos por el campesinado organizado, sino también a garantizar nuestra participación y autonomía en instancias de gobierno local y regional.

 

Rescatamos el origen campesino de las zonas de reserva campesina y nos oponemos a cualquier desnaturalización de la figura que intente orientarse en función de intereses opuestos al campesino. En este sentido, rechazamos el uso de las zonas de reserva campesina como estrategias de saneamiento de los territorios en el marco de los planes de consolidación de carácter militar, que se han dirigido a garantizar el desarrollo de la agroindustria o la extracción indiscriminada de nuestros recursos naturales.

 

Así mismo, rechazamos el asistencialismo propio de las políticas públicas dirigidas al campo, en tanto concibe al campesinado como población marginal desconociendo su importancia como actor político y económico para el país. En su lugar, exigimos nuestra activa participación en el diseño y ejecución del desarrollo local descentralizado, pues hemos demostrado capacidad y transparencia cuando lo hemos hecho.

 

En oposición a la campaña de estigmatización contra las zonas de reserva campesina, que por más de ocho años se ha impulsado desde el gobierno nacional y la agroindustria colombiana, nosotros asumimos su defensa como una propuesta de paz para el país, que ha sido reconocida a través del otorgamiento del Premio Nacional de Paz 2010 a la ACVC y su Zona de Reserva Campesina del Valle del Río Cimitarra.

 

Exigimos del gobierno nacional que cese la persecución contra las organizaciones campesinas, sus dirigentes y comunidades de base, garantice el reconocimiento de los derechos del campesino y brinde las garantías de seguridad para continuar fortaleciendo los procesos organizativos que se construyen alrededor de la figura en distintas regiones del país. Este compromiso gubernamental que exigimos, debe ir de la mano del mantenimiento de la Unidad Agrícola Familiar – UAF como base de la limitación al latifundio en Colombia, la asignación de recursos y apoyo técnico para garantizar la ejecución de los planes de desarrollo integral de las zonas de reserva campesina y el respeto de la actual consagración legal de la figura en la Ley 160 de 1994, en el marco de nuevas iniciativas legislativas relacionadas con tierras y desarrollo rural.

 

Si bien las zonas de reserva campesina no constituyen la estrategia del movimiento agrario colombiano en la lucha por la conquista de una Reforma Agraria Integral, nos permite avanzar en la acumulación de fuerzas por una sociedad realmente incluyente que reconozca el protagónico papel social, político y económico que cumple el campesinado en nuestro país. En este sentido reafirmamos nuestro compromiso con los espacios organizativos y de movilización popular que mantienen en alto las banderas de la Reforma Agraria Integral, y entendemos nuestro quehacer como un aporte a los mismos.

 

Las organizaciones campesinas comprometidas con el impulso de Zonas de Reserva Campesina teniendo en cuenta los anteriores lineamientos políticos:

 

DECLARAMOS

 

. Conformado el Comité de Impulso de las Zonas de Reserva Campesina como un espacio de articulación y coordinación de las organizaciones campesinas impulsoras de zonas de reserva campesina, de carácter popular y comprometidas con la defensa del territorio y la tierra para el campesinado.

 

. Los propósitos inmediatos de nuestro plan de acción son:

 

Garantizar que la política pública de Zonas de Reserva Campesina sea construida con la participación del campesinado organizado.

 

Impulsar y fortalecer los procesos de Zonas de Reserva Campesina constituidas y por constituir, teniendo en cuenta los acumulados políticos y metodológicos propios de cada proceso organizativo y los aportes construidos en el marco del Proyecto Piloto de Zonas de Reserva Campesina.

 

Posicionar en el escenario internacional la figura de Zona de Reserva Campesina, como un avance hacia una Reforma Agraria Integral en Colombia, a través de alianzas estratégicas con el movimiento campesino internacional.

 

Por la unidad del campesinado en lucha por la Reforma Agraria Integral, la soberanía alimentaria y la vida!!!

 

Por nuestro reconocimiento como protagonistas políticos y económicos en la construcción de país!!

 

COMITÉ NACIONAL DE IMPULSO DE ZONAS DE RESERVA CAMPESINA

Fuente: Prensa Rural
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Por qué queremos esta tierra

Por Asociación Campesina del Valle del río Cimitarra
Discurso de la ACVC para el encuentro de reconocimiento institucional: “La Zona de Reserva Campesina del Valle del Río Cimitarra: Derechos Humanos, Tierra y Paz”. Puerto Matilde, Magdalena Medio. Febrero 16 de 2010.

La Zona de Reserva Campesina representa un proceso que inició de la mano de la ACVC en 1998 en las zonas rurales de los Municipios de Remedios y Yondó, Antioquia; y San Pablo y Cantagallo,Bolívar, en el Magdalena Medio.

 

El Magdalena Medio constituye una región geográfica y cultural con una estructura económica fragmentada y desarticulada en la que coexisten una economía exportadora, agroindustrial, agropecuaria, minera, cocalera y de colonización campesina. El carácter híbrido de estas estructuras económicas permite que coexistan expresiones sociales, organizativas y políticas altamente contradictorias.

 

El problema de la tenencia y la propiedad sobre la tierra se expresa en el Magdalena Medio en la alta concentración de la propiedad territorial y en la presión permanente sobre las parcelas campesinas. A su vez, la región se caracteriza por la falta recurrente de inversión social por parte del Estado, lo cual se expresa en el deficiente funcionamiento institucional. Las relaciones de poder municipal y de toma de decisiones están intermediadas por la politiquería, el clientelismo, la corrupción, la negligencia, presentándose un bajo nivel de eficiencia y eficacia para el cumplimiento de los planes de desarrollo aprobados.

 

En este contexto, la creación de la Zona de Reserva Campesina del Valle del Río Cimitarra obedece a un acuerdo entre el campesinado movilizado durante el Éxodo campesino del Magdalena Medio, que exigía derechos civiles, políticos, económicos y sociales, y el gobierno del presidente Pastrana, acuerdo firmado el 4 de Octubre de 1998. Pastrana se comprometió a “definir las Zonas de Reserva Campesina” a criterio de la Mesa de trabajo por la Paz del Magdalena Medio, de la cual hacía parte la ACVC, en el marco de un plan de desarrollo regional formulado por el campesinado y financiado por el gobierno.

 

Han pasado 6 décadas atravesadas por la guerra en estos campos, tiempos de violencia extrema y de despojo. El dolor se fue tragando, durante estos años, a nuestros abuelos y a nuestros padres, hasta alcanzar a nuestros hijos. En este trance muchos campesinos perecieron, unos se fueron corriendo y otros se fueron armando. La violencia se volvió el método de hacer política, de acumular tierras, bienes y fundamentalmente de ejercer el poder. La violencia se tornó entonces en la normalidad de las cosas, de tal forma que algunos están convencidos, todavía, de que eliminando al opositor, cualquiera que sea, con más plomo y más bombazos, se pondrá fin a esta guerra.

 

El fin de la guerra con más guerra se agotó ya en el Magdalena Medio y en este país, como lo dijimos al recibir el premio nacional de paz. Los que estamos aquí, los sobrevivientes, sabemos que si el conflicto empezó por tratar de acceder a la tierra para unos, entonces, el conflicto nacional terminará, necesariamente, cuando sea vigente el derecho a la tierra para todos.

 

Alrededor de la tierra está la totalidad de los intereses enfrentados de este país. Aquí, en estos valles, ríos y montañas, que hemos denominado Zona de Reserva Campesina del Valle del Río Cimitarra, vemos como se enfrentan a diario por esta tierra, ganaderos, latifundistas, narcotraficantes y /o paramilitares, empresas multinacionales, instituciones del estado, campesinos, agro-negociantes y guerrilleros. Así de diverso es el conflicto por la tierra aquí. Y así de diversas deben ser sus soluciones.

 

La Zona de Reserva Campesina es una de estas soluciones, se trata de cómo atraer la inversión social de las instituciones civiles del estado, de cómo lograr la participación efectiva de las alcaldías en el desarrollo rural, de cómo ordenar el territorio y la explotación de sus recursos, de cómo regularizar la propiedad campesina, sustituir la coca, recuperar la economía campesina, articularla con la economía de las ciudades, hacer vigentes los derechos humanos en su integralidad. Es así como vemos el inicio de la paz. Las Zona de Reserva Campesina, estamos convencidos, representan una de esas formas de hacer la paz. Son una iniciativa agraria de paz. Son un camino hacia la paz.

 

Después de ocho años de obscurantismo, al fin podemos estar acá reunidos, campesinos e instituciones, para hablar decentemente, con dignidad. Hoy, en Puerto Matilde. No importan los reiterados ataques de siempre. Estamos por fin hablando de la cuestión fundamental. Queremos esta tierra porque es nuestra. Este debe ser el principio básico. Queremos esta tierra para seguir siendo campesinos. Queremos esta tierra para desarrollar, en su seno, condiciones de vida digna para nuestros hijos. Queremos esta tierra para que en ella se consagre la vida y queremos esta tierra para que desde acá se empiece, por fin, a construir la paz.

Fuente: Prensa Rural

Temas: Defensa de los derechos de los pueblos y comunidades

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