Nuevo precedente de lucha en el capitalismo actual: I Encuentro Internacional de los Afectados por Vale

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¿Cómo relacionar la entrada de inversiones externas con la actuación de empresas brasileñas, como Vale, en el exterior? Brasil se está convirtiendo en un inversor internacional, con presencia de empresas y capital financiero brasileño en América Latina, Asia y Oriente Medio, y Vale es una de sus principales corporaciones.

Al mismo tiempo, empresas multinacionales extranjeras se instalan en Brasil para explotar tierras, agua, suelo, energía y trabajadores, muchas veces violando los derechos humanos. ¿Cómo entender el papel de Brasil en la estructura internacional de expansión del capital?

La internacionalización del capital brasileño debe ser entendida a partir de la articulación entre los sectores de la burguesía nacional y el capital transnacional. La entrada de empresas multinacionales e inversiones extranjeras directas en Brasil fue el elemento central para la industrialización de la economía del país, que se aceleró en el período de post-guerra. Apesar de haber impulsado la modernización de la economía y elevado el nivel de vida de algunos sectores de la sociedad, la industrialización brasileña estuvo fuertemente ligada a las demandas externas, profundizando la llamada “doble articulación”: el desarrollo desigual interno y la dominación imperialista externa [1]. De esa forma, la entrada de inversiones externas en Brasil lleva a una industrialización impulsada de fuera para dentro (no a partir de las necesidades de la sociedad y de la clase trabajadora) y orquestada por una burguesía doméstica, aumentando, a la vez, la dependencia económica y política en relación al capital transnacional.

Si históricamente son las empresas estadounidenses o europeas las que vienen a explotar nuestros recursos, nuestra mano de obra, llevando la riqueza y dejando la pobreza, hoy en Brasil tenemos un capitalismo más maduro, que se expande hacia otros países también de manera agresiva. La actuación nacional e internacional de la minera Vale se presenta en este complejo marco.

Con su símbolo verde y amarillo, esta compañía se presenta como representante de Brasil en los lugares a donde llega. Un Brasil que está creciendo, volviéndose “desarrollado” y buscando participar en las instancias de gobernanza global para dictar las reglas del sistema internacional al lado de los grandes, sin cuestionar o alterar, entretanto, la jerarquía del propio sistema capitalista.

¿Quién es Vale?

Vale do Río Doce nació en el Brasil de los años 30 a partir de la adquisición, por parte del Gobierno, de la Itabira Ore Company, una minera inglesa instalada desde el inicio del siglo XX en la provincia de Minas Gerais. Su producción de mineral de hierro abasteció la industria bélica estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial y contribuyó para la reconstrucción de Europa y de Japón posteriormente. En 1997, la empresa fue vendida por un precio subvalorado de 3,4 billones de dólares, en un proceso de privatización que hasta hoy es cuestionado en las cortes de justicia brasileñas [2].

La Vale actúa en cerca de 30 países. En 1984 adquirió parte de la siderúrgica California Steel Industries junto con una siderúrgica japonesa. En el inicio de los años 90 entró en Europa comprando parte de una siderúrgica francesa. Pero es a partir de 2001, con la administración de Roger Agnelli, cuando Vale inició una política agresiva de expansión internacional: en 2000, llega a Oriente Medio adquiriendo el 50% de la Gula Industrial Investment Company (empresa de capital norteamericano); en 2001 y 2002 inicia proyectos con otros minerales diferentes al hierro en Perú y Chile; en 2003 compra parte de una empresa noruega, creando la Río Doce Manganeso Norway [3].

La internacionalización de Vale tiene dos momentos centrales, que determinarán su actuación dentro y fuera de Brasil hasta el día de hoy. Primero, el mayor mercado consumidor de mineral de hierro del mundo –China– firma con la empresa un acuerdo de suministro de 6 millones de toneladas de mineral de hierro por año, a lo largo de 20 años. Las negociaciones entre las mineras mundiales y la Baosteel china se tornaron en referencia para el precio actual del mineral de hierro en el mercado internacional [4]. Vale es altamente dependiente del mercado mundial y China es el destino del 17% de sus ventas.

El segundo momento es la compra de la minera canadiense Inco en 2006, que convierte Vale en la mayor productora mundial de níquel, además del mineral de hierro. La creación de la Vale Inco tiene impactos generales en la economía brasileña, convirtiendo a Brasil en un inversor internacional, y no sólo un receptor de inversiones extranjeras [5]. La compra de la Inco costó 19 billones de dólares, de los cuales 17,8 billones correspondían a su precio y 1,2 billones a su deuda neta [6]. Para esa operación Vale se asoció a bancos internacionales como el Credid Suisse, UBS, ABN Amor y Santander. Con esto, el endeudamiento de la empresa ascendió a 22 billones en 20067. Este hecho, asociado a la caída relativa del precio del níquel en 2009, puede explicar la postura agresiva de Vale contra los trabajadores canadienses, buscando romper los derechos adquiridos a lo largo de décadas de luchas laborales en la antigua Inco. Pero los trabajadores se niegan a pagar los costes de un posible “mal negocio” de Vale y resisten en una huelga histórica que ya dura 10 meses. Es la mayor huelga de la historia de la empresa.

La compra de la Inco también significó la disminución de su base brasileña: del 98% de los activos hasta 2006, pasó al 60% [7]. La empresa incorporó proyectos en Indonesia y Nueva Caledonia. En 2007 Vale entra en el negocio de carbón, con la compra de la AMCI australiana y con el proyecto de la mina de Moatize, en Mozambique. Las actividades en África, a pesar de que son presentadas como un “mercado natural” para Brasil (por las similitudes de lengua e historia), buscan en realidad garantizar espacios de explotación en competición con empresas chinas por el control del mercado en ese país.

La estrategia de internacionalización de Vale está relacionada con el control de toda la cadena productiva, en el sentido de “integración para atrás” en la cadena siderúrgica, donde la empresa garantiza el suministro del producto primario. Vale buscó “limpiar” sus operaciones después de la privatización y pasó a especializarse en mineral de hierro y logística. Su logística es utilizada a servicio del agronegocio y de la siderurgia, transportando productos del acero, soja, fertilizantes y combustibles, entre otros [8]. Al mismo tiempo, la empresa busca el control de toda la cadena de producción, incluyendo, por ejemplo, el suministro de energía. Así, entra en proyectos de grandes presas hidroeléctricas, en especial en la provincia de Minas Gerais, pero también en el Norte del país, como recientemente con la presa de Belo Monte [9]. Su actual expansión hacia el sector de fertilizantes también está directamente relacionada con la internacionalización: los proyectos en Argentina, Perú, Mozambique y Canadá apuntan a la producción de potasio y fosfato, necesarios para la producción de fertilizantes, que será aumentada con la compra de parte de las operaciones de la Bunge (empresa de fertilizantes norte-americana) [10].

Percibimos, por lo tanto, que Vale abraza la reproducción de todo un modelo de desarrollo basado en la producción y en la exportación de productos primarios como minerales y commodities agrícolas, presas, plantas de siderurgia contaminantes, ferrocarriles y proyectos logísticos para exportación –todo eso dirigido a las demandas del capital transnacional y no a un “desarrollo” del país que atienda a las necesidades de las mayorías.

Nuevo frente de lucha: el Primer Encuentro Internacional

Un momento histórico. Así lo describieron muchos de los participantes del Primer Encuentro Internacional de los Afectados por Vale. Por primera vez, representantes de organizaciones, sindicatos y comunidades en lucha contra la minera brasileña se reunieron en la ciudad donde se encuentra su cuartel general. Abrimos un precedente: nunca hubo tal articulación frente una empresa brasileña. Participantes de Canadá, Mozambique, Chile, Perú, Argentina y Nueva Caledonia vinieron a Río de Janeiro para denunciar los problemas de la actuación de la Vale en sus respectivos países. Los participantes brasileños les respondieron con un espejo, un reflejo, una doble cara. La explotación de los trabajadores, la falta de respeto al medioambiente y a los derechos humanos más básicos en las comunidades son patrones que la Vale viene imponiendo en los otros países, del mismo modo que en Brasil en las localidades donde actúa. Adiferencia de las empresas del llamado “primer mundo”, la Vale no se porta con un doble patrón de comportamiento, pero sí aplica una “carrera para atrás”. Es el caso de los derechos laborales en Canadá, Itabira, Congonhas, Parauapebas y Barcarena; de comunidades que luchan por compensaciones justas y en contra de los desplazamientos forzados, como en Mozambique y Açailandia; del uso de milicias armadas en Perú y en Río de Janeiro; de la falta de respeto a las poblaciones indígenas en Nueva Caledonia y en el norte de Brasil; de los riesgos de contaminación y del impacto ambiental en Chile, Argentina, Serra da Gandarela, Ourilândia do Norte y Canaã dos Carajas. Participantes internacionales expusieron una realidad que los movimientos sociales y sindicales en Brasil conocen en su propia piel, en las experiencias de vida de cada una de las personas presentes en estas jornadas celebradas en abril.

Podemos afirmar que el encuentro reflejó una doble dinámica del imperialismo actual: la profundización de las relaciones capitalistas para dentro al mismo tiempo que su expansión hacia fuera [11]. En su análisis sobre el imperialismo, Lenin cita un discurso del político inglés Cecil Rhodes que afirmaba que el imperialismo era necesario para calmar las masas de trabajadores en Inglaterra. “El imperio es una cuestión de estómago.” Según él, era necesario ser imperialista para amansar a las masas y evitar una guerra civil13. En Brasil, y en el caso de Vale, cabe preguntarnos: ¿de qué forma la expansión de las empresas brasileñas hacia el exterior estaría beneficiando a la clase trabajadora en Brasil? ¿Cómo los lucros obtenidos por las empresas son reinvertidos en el país? No hay estudios claros sobre esto, pero algo es cierto: las comunidades y trabajadores son explotados dentro y fuera de Brasil. La riqueza es privatizada y los pasivos ambientales y sociales, socializados. El papel de mantener las masas calmadas es jugado, especialmente, por el Estado brasileño con políticas sociales que llevan una relativa mejora financiera a las familias más pobres. El precio que pagamos por esa relativa mejora a corto plazo es el silencio frente a los problemas permanentes, que no son de hoy, y apenas tienen posibilidad de ser solucionados por la presión y por la organización popular. La empresa aparenta no tener ninguna preocupación en considerar a los seres humanos y la naturaleza como sus dos principales fuentes de riqueza. La ganancia y la truculencia con la que lidia con la clase trabajadora es la principal característica de su actuación, descrita por todos los participantes en el evento.

El encuentro fue más que un acto de tres días en Río de Janeiro con largas mesas de discusión. Fue el resultado de un proceso de un año de preparativos, de una construcción continua. Las caravanas del eje Carajás (Norte) y Minas Gerais (Sudeste) representaron a los territorios de mayor impacto de Vale dentro de Brasil. Esas caravanas, que duraron una semana, también nos dieron a todos la vivencia y la convivencia real entre iguales. Imagínense un campesino peruano que baja de una furgoneta en el alto de una sierra en Conceição do Mato Dentro y se encuentra con un grupo de campesinos, pies descalzos, negros, confusos y sin esperanza. Les amenazarán con la expulsión de sus tierras, que pertenecen a varias generaciones de sus familias. Con los ojos uno en el otro, un reconocimiento, y una sensación de que tienen que motivarse mutuamente en la lucha. El campesino de Cajamarca dice a sus compañeros de Minas Gerais: “Somos como árboles. Vamos a morir en pie, pero nunca de rodillas”. En Itabira, ciudad natal de la Vale, adornada con poemas de Carlos Drummond de Andrade en cada esquina impresos en chapas de acero hechas con el mineral de hierro de la propia ciudad, bajan de la furgoneta dos trabajadores de la Vale Inco de Canadá. Están en plena lucha, en huelga hace meses por la preservación de sus derechos adquiridos a través de la lucha de sus padres y abuelos. Se sienten en casa al llegar a la sede del sindicato que les recibe. Hay café, agua, galletas, una estructura confortable. Frente a frente, se reconocen en los compañeros, trabajadores y sindicalistas de Itabira. Piden apoyo para su lucha. Uno de ellos dice a los colegas: “Me preguntarán aquí cómo estamos aguantando nueve meses en huelga. Yo no me había parado a pensarlo. Puedo decir que no tengo otra opción. No puedo mirar a los ojos de mis hijos, no puedo pensar en tirar para arriba sin luchar, sin preservar lo que mis padres y abuelos conquistaron. Es lo mismo que tirar el futuro de mis hijos. Antes yo era apenas un trabajador, ahora soy un militante”. Muchos intercambios, muchas vivencias, una sensación de estar a gusto con personas que apenas conocíamos.

En Río de Janeiro tuvimos días agobiantes. Mucha prisa y mucha gente, mucho más de lo que esperábamos. Tuvimos la sensación de ser grandes. ¿Qué nos une mundialmente? ¿Cuáles son nuestras demandas? ¿Cuáles son nuestras estrategias de enfrentamiento? ¿Podemos tener estrategias comunes? Los sentimientos oscilaban entre la euforia de haber conseguido realizar este encuentro, la emoción de ver la enorme representación de organizaciones y países y, al mismo tiempo, las dificultades frente a una empresa tan poderosa y para conciliar diferentes expectativas y demandas. Entre los objetivos políticos a largo plazo y las necesidades inmediatas de las poblaciones afectadas. Entre la lucha por la soberanía nacional y popular, y el cuestionamiento del modelo de desarrollo basado en la extracción de recursos naturales. Entre trabajadores y sindicalistas que tienen en la actividad minera su fuente de renta y trabajo, y comunidades y ambientalistas que luchan para impedir la entrada de la minería en su territorio. Demandas por la re-estatización de la Vale en Brasil y la estatización en otros países, y demandas por compensación y reparación de los daños ambientales y del desplazamiento de familias.

Experiencias con emprendimientos mineros y siderúrgicos de muchas décadas, luchas por la mitigación de los impactos de emprendimientos recientes, y la negativa total al inicio de nuevas actividades mineras y siderúrgicas. Al final, ¿qué nos une? Muchas de las diferencias políticas existentes no tuvieron inicio en ese encuentro, por lo que tampoco fueron solucionadas allí. Pero una cosa pareció clara: la lucha nos une. La lucha por los derechos y la lucha por el cambio del sistema como un todo deben caminar juntas. Dentro de cada comunidad y movimiento, todas las luchas fueron reconocidas por todos como legítimas. El reconocimiento mutuo generó sentimientos de unión. Luchadores y luchadoras nos sentimos unidos frente a un mismo enemigo, una empresa transnacional que es reflejo de la actual fase del capitalismo mundial. Salimos más unidos, muy emocionados y mucho más fuertes.

Ana S. Garcia es doctoranda en Relaciones Internacionales en la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro y miembro del Instituto Rosa Luxemburg Stiftung. Texto traducido para Pueblos por Laura Toledo Daudén.

Este artículo ha sido publicado en el nº 43 de la edición impresa de Pueblos, julio de 2010, Especial Multinacionales.

Notas

[1] Fernandes, F. (2005). A revolução burguesa no Brasil. Globo, São Paulo

[2] Godeiro, N.; Moura, E.; Soares, P.; Vieira, V. (2007). Vale do Rio Doce. Nem tudo que reluz é ouro, da privatização à luta pela reestatização. Editora Sundermann, São Paulo.

[3] Goderio et. al: ibid; Casanova, L.; Hoeber, H. (2010). Vale: uma líder multinacional emergente, In Ramsey, Almeida (org.): A ascensão de multinacionais brasileiras. Fundação Dom Cabral: Rio de Janeiro; Elsevier; Belo Horizonte.

[4] “Baosteel abre as portas para reformulação de preços”. Valor Econômico, 26 de março, 2010.

[5] De acuerdo con la investigación realizada por la fundación empresarial Dom Cabral, en 2006, las veinte transnacionales brasileñas más grandes invirtieron 56 billones de dólares en el exterior. La Inversión Brasileña en el Exterior (IBE) está especialmente concentrada en las empresas de recursos naturales primarios, Vale y Petrobrás. Ver www.fdc.org.br.

[6] Casanova, L.; Hoeber, H.: ibid.

[7] ibid.

[8] ibid.

[9] "Vale entra na disputa pela hidrelétrica de Belo Monte”. Estado de São Paulo, 23/02/2010.

[10] “Vale deve estimular expansão em fertilizantes”. Valor Economico, 18/01/2010.

[11] Esa es la manera como Panitch y Gindin describen el imperialismo estadounidense: “deepen of capital at home and expansion of capital abroad”. Panitch, L. y Gindin, S. (2004). Global capitalism and American Empire. Socialist Register. Merlin Press. Londres.

Fuente: Revista Pueblos

Temas: Crisis capitalista / Alternativas de los pueblos, Minería

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