Comercio justo / Economía solidaria

Republica Dominicana: Organizaciones del campo celebran 4ta Feria Peralta Puede

El lema de esta gran feria y campamento 2023:  “Vamos Jóvenes a Volver  al Campo”

Republica Dominicana: Organizaciones del campo celebran 4ta Feria Peralta Puede

Foto: José de Jesús Cortés

“El mar no está quieto, es como una persona, es un ser vivo, es como nosotras”, dice Juana Baloes Zepeda, mujer huave o ikoots de San Mateo del Mar, comunidad del litoral del Pacífico oaxaqueño. Hábiles tejedoras del telar de cintura, ellas narran con hilos de algodón historias de su mar y territorio como memoria para reivindicar y defender su cultura milenaria, como lo han hecho contra las eólicas y actualmente contra el Corredor Interoceánico. Las mujeres ikoots sobrevivieron a un terremoto en el 2017 y a la pandemia de la Covid-19, pero también han resistido contra las empresas eólicas que quisieron apropiarse de su territorio al pretender instalar 132 aerogeneradores en la Barra Santa Teresa; su lucha es la defensa de su mar, que, dicen, “es su todo”, porque les da vida.

San Mateo: tejiendo el mar

Foto: Óscar Rodríguez Vallotton

Para el pueblo nn’anncue ñomndaa, el territorio está intrínsecamente vinculado a una de sus formas: el agua. Ñomndaa significa “palabra del agua” y nn’anncue ñomndaa se refiere a la persona, a la gente que habla la palabra del agua. Para este pueblo ancestral el agua forma parte de su raíz, y guarda una relación estrecha con este ser natural. Por eso, los arroyos, ríos y cerros donde nace el agua, y la vida que albergan, son paisajes del territorio que se representan en los telares multicolores de las mujeres nn’anncue ñomndaa, es decir, de las mujeres de la palabra del agua.

Suljaa’: tejiendo el río

Foto: José De Jesús Cortés

“El mar no está quieto, es como una persona, es un ser vivo, es como nosotras”, dice Juana Baloes Zepeda, mujer huave o ikoots de San Mateo del Mar, comunidad del litoral del Pacífico oaxaqueño. Hábiles tejedoras del telar de cintura, ellas narran con hilos de algodón historias de su mar y territorio como memoria para reivindicar y defender su cultura milenaria, como lo han hecho contra las eólicas y actualmente contra el Corredor Interoceánico.

Tejiendo el mar

Foto: Raúl Ortega

Mariana Díaz es tsotsil de Los Altos de Chiapas, región de tejedoras ancestrales y paisajes montañosos cubiertos por la niebla. Zona de la masacre de Acteal, que está a punto de cumplir un cuarto de siglo y se mantiene impune; y de actuales ataques armados contra la población del municipio de Aldama. Pero también, dice Mariana, región de “resistencia y organización”, donde ella y sus compañeras se mantienen “aparte del gobierno”, del que, asegura, no reciben nada “porque su dinero no nos va a servir y no queremos perder la cultura, el tejido, la lengua y el maíz”. ¿Y qué pasa si recibes el apoyo?, se le pregunta. “Nos van a querer callar”, responde. Por eso, explica, mejor bordan, y de ahí sale un poco para el sustento y la organización.

Acteal: tejiendo la memoria

Foto: Óscar Rodríguez Vallotton

Suljaa’ es un territorio milenario, y en ñomndaa, significa “llanura de flores”. Este municipio está asentado en las faldas de las montañas y cerros que marcan el límite territorial entre la costa y el principio de la montaña. Y constituye el espacio físico, geográfico, espiritual y simbólico que habita el pueblo nn’anncue ñomndaa.

Tejiendo el río

Foto: Óscar Rodríguez Vallotton

Suljaa’ es un territorio milenario, y en ñomndaa, significa “llanura de flores”. Este municipio está asentado en las faldas de las montañas y cerros que marcan el límite territorial entre la costa y el principio de la montaña. Y constituye el espacio físico, geográfico, espiritual y simbólico que habita el pueblo nn’anncue ñomndaa.

Tejiendo el río

Foto: Raúl Ortega

Entre la violencia crecieron las niñas y niños tsotsiles que hoy tienen menos de 30 años. Y, aunque no han vivido otra cosa, no la normalizan. De la precarización que llegó con la guerra contrainsurgente en 1997 y del desplazamiento posterior, el bordado vino no sólo como sustento económico, sino también como forma de organización entre mujeres. Para juntarse entre ellas.

Tejiendo la memoria