Argentina: recuperación de cultivos olvidados en la Patagonia

ICEPH (Instituto Cordillerano de Estudios y Promoción
Humana), de Bartiloche (Argentina), mediante su Programa
Rural, está desarrollando distintas experiencias dirigidas a
mejorar la alimentación de las familias campesinas del área
abarcada por las acciones

En la mayoría de los casos se trata de aplicar innovaciones
apropiables; en verdad, la propuesta básica es probar en
forma grupal variedades vegetales que se adapten
fácilmente, mediante tecnologías sencillas.

Un rubro fundamental de estas experiencias es la recuperación
de cultivos olvidados o descuidados en la región. En ese
sentido distinguimos tres tipos: variedades nativas (quinua,
tuberculos silvestres), variedades importadas, aprovechadas
y después abandonadas (por ejemplo los cereales) y variedades que proliferan en forma desordenada, como es el caso de las grosellas.

En conjunto, el cultivo ordenado de estas variedades puede
llegar a mejorar la disponibilidad alimentaria de la zona, y
podrían ser una oferta importante en el plano de la soberanía
alimentaria, ya que se trata de cultivos que pueden
sustentarse sin dependencia de las multinacionales de la
semilla y los agroquímicos. Esto sería factible si se realiza
un avance gradual en la obtención local de material para la
reproducción.

En la ejecución de esta propuesta es destacable el trabajo
que se lleva a cabo en el campo de la familia Rosales, en
plena meseta patagónica. Alli, de ser una "experiencia
adaptativa" la quinua fue incorporada como cultivo regular.

Cristian Rosales y su familia integran el grupo Caniadon
Barullo, que se conformó en el marco del programa Rural de
ICEPH. Su campo está ubicado en la zona de Anecon Chico,
cerca de la localidad de Clemente Onelli, Río Negro. Es una
zona árida, a unos mil metros sobre el nivel del mar, con
temperaturas invernales de hasta 30º bajo cero.

Cristian es un campesino joven y dispuesto a permanecer en el
campo. El establecimiento, tradicionalmente, estaba dedicado
a la producción lanera, pero desde que Cristian se integró al
programa de ICEPH se volcó con entusiasmo a diversificar la
producción. En tres años de trabajo, esta diversificación
sumó producción de grosellas, orégano, alfalfa, avena, y,
como experiencia singular, quinua (Chenopodium quinoa;
CHENOPODIACEAE. Nombre omun "quinua", "achita", "canigua",
"quinoa", "trigo inca")

Este pseudo cereal, considerado por la FAO como una de las
plantas andinas de mayor valor nutritivo, no es nuevo en la
región; hay registros de su siembra y consumo hasta la década de 1920. En la actualidad se la puede encontrar en algunos lugares como planta silvestre, que muchos campesinos
consideran un "yuyo".

La semilla que arrancó la experiencia fue provista por ICEPH
en una pequeña cantidad, proveniente de Temuco, Chile, y fue sembrada en la primavera de 2001. En principio, había fuertes dudas sobre las posibilidades del cultivo, dado que el origen de las semillas era una región con condiciones agroecológicas muy diferentes; además, no se conocen otros proyectos similares en la región.

Pero los resultados fueron óptimos; no sólo las plantas se
desarrollaron perfectamente, sino que también fue alentadora
la actitud de la familia Rosales, que incorporó una rápida
capacitación sobre su uso: por ejemplo, el proceso previo de
quitarle el amargor, lo que se hace mediante un lavado
manual.

En la actualidad, Cristian cuenta con una parcela sembrada
más importante (obtenida a partir de la propia semilla),
previéndose una cosecha relevante de grano para consumo y
semilla. Para los Rosales, la quinua ya es un componente de
la dieta familiar (aprovechando granos y hojas, y siguiendo
una serie de recetas tradicionales) o de la alimentación de
animales de corral, entre lo que se destaca el comienzo de
una cría de choiques (ñandu, avestruz patagónico).

El pasado 28 de febrero se realizó un taller en el predio familiar, con participación de integrantes del Programa Rural de ICEPH. El campo de la familia Rosales quedó definido como unidad demostrativa de las ventajosas posibilidades que ofrece la diversificación productiva, con respecto a la monoproducción lanera. En esa ocasión, varios de los participantes expresaron su interés en ser multiplicadores de la experiencia de la quinua en sus campos. La quinua en la Patagonia parecía perdida... ahora puede recuperarse y aportar su granito a la seguridad alimentaria y la sustentabilidad ambiental.

El Programa Rural de ICEPH se ejecuta en áreas campesinas de
la Patagonia argentina, en zonas de las provincias de Río
Negro y Neuquén. Está integrado por el proyecto Alternativas
Productivas en Áreas Campesinas de la Patagonia, el Programa
de Mejoramiento de la Vivienda Rural, y PIDAASSA, Programa de Diálogo, Asesoramiento e Intercambio en Agricultura
Sostenible y Seguridad alimentaria.

Comentarios

05/03/2006
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